Guindados de la puerta o sentados en las canasteras de los microbuses, decenas de capitalinos recorren a diario un tramo mortal de tres kilómetros que pasa por enormes residenciales y circula sobre curvas pronunciadas y grandes subidas y bajadas en el sector sur de Managua.
Se trata de una ruta que comunica a los pobladores y trabajadores desde el sector del Club Terraza en la pista suburbana hasta el sector cercano al residencial Portal del Bosque, pasando por los Altos de Villa Fontana, Montecarlo y otros residenciales. Solo en ese sector, al menos tres microbuses prestan el servicio, cobran 10 córdobas por pasajero y montan a las personas sin discriminación.
Los usuarios de esa ruta reconocen que “no tenemos de otra”, como dice Marlene Cruz, una doméstica que se atrevió a viajar guindada en la puerta del microbús placas M-097353. Todo, según dice, para llegar temprano a su empleo en una vivienda de los Altos de Villa Fontana.
“Pero vamos lento, no es tan peligroso”, justifica Eduardo Ramírez, el conductor del microbús que transportaba a Cruz y a otra decena de personas, que en su gran mayoría son empleados de los residenciales.
El microbús de Ramírez no es el único que circula en la zona antes descrita. En ese mismo tramo hay otros dos microbuses que prestan el servicio desde hace más de cinco años.
“Este es un trayecto para ayudar a la población y nadie nos ha reclamado nada, claro que contamos con los permisos”, defiende Ramírez que alega haber recibido una autorización del Instituto Regulador del Transporte Municipal de Managua (Irtramma).
Sin embargo, en el Irtramma las autoridades desconocen de las operaciones de transportistas en la ruta que arranca media cuadra al sur de los semáforos del Club Terraza y que se extiende hasta el residencial Portal del Bosque.
EL PROBLEMA DE LA REGULACIÓN
En comarcas como Jocote Dulce, San Isidro de la Cruz Verde y San Isidro Libertador la necesidad de un transporte formal también representa un riesgo para quienes transitan en esa zona.
“Aquí nos toca resolver con las caponeras. Uno se acomoda”, dice Fermín Lanzas, quien se apresura a montarse en una de las mototaxis que se mantienen estacionadas en la entrada de la comunidad Jocote Dulce, al sur de la Colonia Miguel Bonilla.
Lanzas compartirá asiento con otros tres usuarios que van a la misma comunidad, a pesar de que el Irtramma estableció desde 2008 que el máximo de pasajeros por cada mototaxi es de tres.
En ese momento, el Irtramma contabilizó que más de 150 mototaxis circulan en Managua y prestan servicios especialmente en Esquipulas, Ticomo y Nejapa.
A nivel nacional, las mototaxis pueden superar más de cinco mil operando en diferentes municipios del país, según los datos de las empresas privadas.
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