Leandro Aníbal Sánchez Aráuz recientemente presentó por segunda vez su celebrado monólogo Marx ha vuelto , obra que goza con 36 presentaciones internacionales.
Dicha tragicomedia es un encuentro imaginario de Marx con el anarquista ruso Mijaíl Alexándrovich Bakunin, aprovechado por Leandro al darnos un Marx actualizado que sigue cuestionando los grandes “errores históricos”; que justifica su “retorno del más allá” para aclarar las tergiversaciones sobre su vida y obra; las opiniones de sus detractores y praxis de algunos “marxistas”.
Todo esto es logrado con gran humor desde la entrada a la salida, resultando en escena una adaptación interesante de la obra original Marx en el Soho , del norteamericano Howard Zinn.
Revela parte de su historial en el teatro, sus personajes estelares como Pedro Navaja , Boda de sangre ; de la primera pieza que montó Ñaque o de piojos y actores ; de sus actuaciones múltiples en San Salvador y por su supuesto de su comedia sociopolítica, Marx ha vuelto.
Obra que cierra con un llamado a la justicia social y el “apoyo entre risas” de Sócrates, Mahatma Gandhi, Mark Twain, Buda y Sandino; este último convoca a marcha a favor del retorno de Marx al mundo de los vivos.
Papel interpretado por Sánchez con un excelente manejo del texto y la ironía, superando las ideologías.
MARX HA VUELTO
De esta última obra de Marx ha vuelto , su actuación cumbre en el monólogo ¿cómo es que llegas a ella?
Entonces me dije: ahora sí va Marx, y se presentó en el Teatro Nacional de San Salvador, y se estrenó en noviembre del 2009, y desde entonces llevo 36 presentaciones, en distintas partes de El Salvador, y después hice una gira, pasé por Honduras, vine a Nicaragua, en Argentina, y cerré en Paraguay en un Festival Internacional. Esta es la segunda vez en Nicaragua y estoy esperando llevarla de nuevo a El Salvador, y a otros países de la región latinoamericana.
¿Cómo ha sido recibida su obra en estos países, dado que si bien tiene humor, su contenido es una crítica a los poderes dictatoriales que se enriquecen a costa de la sociedad?
Esta obra es un bumerán, que si bien te reís de la derecha, también te reís de la izquierda, de los dogmas, las religiones y del mismo personaje, incluso de ti mismo, y eso me parece genial.
Bueno es la oportunidad, Marx aprovecha su vuelta para criticar a los famosos marxistas; bueno, no nos alcanza la vida para madurar. Es la oportunidad de ver a un tipo que viene después de la muerte con otras formas, algunas no las cambia, y otras son de reflexión.
La actuación
¿Qué es el teatro visto desde tu actuación y diario vivir?
Y ha sido una aventura costosa, pero también ha sido gloriosa, viniendo a ser mi estilo de vida. Ahora bien: uno no vive de las presentaciones, sino que el abanico teatral te lleva a dar clases de actuación, oratoria, hacer doblajes, publicidad. El hacer teatro es toda odisea.
¿Cómo saber cuando está actuando, si para unos la vida misma es un teatro?
En la segunda presentación en la Sala Experimental Pilar Aguirre, en su monólogo Marx ha vuelto , pude ver una gran dosis de humor en esta obra cargada de drama social y político, ¿cómo lo logra?
El humor es parte esencial para todo drama. No podés hacer algo dramático sin meterle humor, el contrapunto, que son los momentos chistosos, humorísticos; y para que haya momentos divertidos tiene que haber drama.
¿En sus aventuras iniciales cuáles fueron los personajes que te rodearon o influyeron en esa etapa vital de tu vida?
Las reuniones de mi padre con nicaragüenses que estudiaban en Argentina eran recitales de poesía y guitarreadas, porque si algo caracteriza al nica es el amor a la poesía; siempre los versos de Darío, de Salomón de la Selva, Alfonso Cortés salen a flor de piel.
El nica suda poesía y no puede ocultarla. Y por el lado de mi madre, ella me llevaba al teatro en Argentina y Chile; a mí me encantaba la magia de los personajes que se quedan en la memoria. A los cinco años hacía mis “showcitos” en las escuelas; y a los 17 me picó el gusanito del teatro. Y estando en Argentina me metí a un curso en la Escuela Provincial de Teatro, de La Plata.
Su historia ante un público más exigente surge en Nicaragua. ¿Qué dice?
Estamos hablando de 1986. Montamos una obra de Mario Benedetti, que se adaptó al teatro, se llama Como Greenwich . Aquí actuamos cuatro personas, del grupo del taller teatral, TEUCA. Y lo integraban Denis Navas, Morayma Sánchez y Griselda Rodríguez. Esto me llevó a estudiar a la Escuela Nacional de Teatro.
Los talleres
Sí, pero esto es a nivel de talleres universitarios, pero ¿cuándo es que se puede irrumpir profesionalmente? Ñaque o de piojos y actores . Obra del valenciano José Sánchez; esta es la historia de dos autores, Ríos y Solano, que deambulan y aparecen en el escenario como fantasmas de actores del Siglo de Oro español, con mucha picaresca enfrentándose a la liviandad del teatro que nace y muere en el mismo lugar.
Después vino de Nueva York la profesora Jeanet Langon y hace una selección de varios actores, entre ellos de la Comedia Nacional, del Teatro Justo Rufino Garay y del grupo Roque Dalton, Denis Navas y yo: Ahí nace el montaje Esperando al zurdo , de Clifford Odets, esta obra fue presentada en la Sala del Experimental Pilar Aguirre.
Personifico a ese gran personaje de la mafia, Pedro Navaja ¿qué tal experiencia?
En los años noventa se refunda el TEUCA, en ese entonces viene Guillermo Madrigal a formar parte, con quien se montan obras como El león enamorado , obra para niños de Lauro Olmo, y la comedia de un acto de Antón Chejov.
Paralelamente a estas obras fui invitado a las producciones del Teatro Nacional Rubén Darío, paso a formar parte del elenco de Pedro Navaja, que es el principal personaje de La verdadera historia de Pedro Navaja que la viene a dirigir el cubano Nelson Dorr, donde se reunió un sinnúmero de artistas.
Este es el mítico personaje de sombrero blanco, que se traslada a Puerto Rico allá por los años cincuenta. El ambiente es de mafia, donde Navaja quería llegar a ser un pez gordo. Trata mucho de corrupción, está inmiscuida la policía; la cuestión es que era un crítica en su momento y lo más lindo que fue musical.
En 1993. Pasamos a realizar Bodas de sangre , drama de amor de Federico García Lorca, versión libre dirigida por Mario Pérez Calero y era una producción del Teatro Nacional, eran los tiempos en que Rosa Bernheim Salinas era su directora.
El Salvador ¿Qué ha sido de su paso por este país?
En 1995 hay un decaimiento, hay cambio de gobierno y tuve que emigrar a El Salvador. Me asocio con Baltazar López en su proyecto Teatro circulante, que tenía un camión Ford de mudanza, y se actuaba en una de sus paredes laterales, como un escenario móvil, por eso andábamos de pueblo en pueblo. Ahí se presentó El enfermo imaginario de Molieri, y Petición de mano , obras para la educación y derecho del niño, Llevamos el teatro a lugares inaccesibles.
Una de las primeras salas en San Salvador, que era un café-teatro, donde a parte de cocinar y todo salíamos a escena, esto duró poco. Y paso a formar parte de un elenco de televisión y comedia, y comienzo a dar clases de teatro, y poco a poco me voy haciendo un autor y director independiente.
También he trabajado con distintos directores en diferentes obras, entre ellos el director emblemático de ese país Roberto Salomón, con Filander Funes, otro director que egresó de la Unión Soviética; y he actuado en obras como El rey Lear , de Shakespeare.
La gata sobre el tejado ardiente , de Tennessee Williams, en fin, en el Teatro de los sinvergüenzas en el 2007, me junté con Enrique Valencia y reestrenamos y celebré mis 20 años pasaditos de teatro, con la obra Ñaque o de piojos y actores .
Este es mi grupo de dos actores, y dos obras, incluyendo Marx ha vuelto , que son obras de pequeño formato y de compañía.
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