Un niño al que se le pone a jugar, que se le habla y canta desde que nace y al que se le proponen metas tan sencillas como idear el alcance a una pelota cuando apenas comienza a dar sus primeros pasos, aprende con mayor facilidad las lecciones que se imparten en la escuela durante la educación preescolar, según las autoridades del Centro de Investigación y Acción Educativa Social (CIASES).
“En esta etapa (de cero a seis años) es cuando el niño necesita desarrollar todas las habilidades neurológicas que le van a permitir tener un mejor desarrollo intelectual cuando vaya a la escuela, por eso hay que educar a los niños desde que nacen”, dijo Josefina Vigil, miembro del CIASES y experta en educación.
En diversos estudios de la neurociencia se ha reiterado que el buen desarrollo neurológico del niño influye en la obtención de buenas notas en la escuela y en el aprendizaje íntegro del niño que ingresa a
la escuela en tiempo y forma.
ETAPA DE ORO
Vigil afirmó que la mayoría de las neuronas se crean durante los primeros cinco meses de gestación, pero solo cuando estas se conectan entre sí (durante los primeros seis años) el niño puede desarrollar movimientos complejos, aprenden a hablar y a razonar.
“Por eso es que la estimulación temprana de los niños puede perfectamente facilitar el aprendizaje de estos cuando vayan al preescolar, que es donde ellos realizan trazos, conocen los colores, las texturas (…) también evita la deserción escolar porque el niño le toma amor al aprendizaje”, resaltó Vigil.
Actualmente en Nicaragua, de cada 10 niños que ingresan a la escuela tan sólo cinco consiguen culminar el preescolar y los seis grados de primaria.
“Claro que esto no te garantiza que el niño apruebe o no su preescolar pero sí le facilita el aprendizaje. Se ha descubierto que los ejercicios físicos agilizan el desarrollo mental de los niños, porque ellos van descubriendo las funciones de su cuerpo como cuando aprenden a caminar”, explicó Vigil.
Diversos expertos en materia educativa han señalado la importancia del aprovechamiento de la “etapa de oro” de los niños que inicia a los cero años y culmina a los ocho.
En todo este tiempo es cuando el niño asegura el futuro de su aprendizaje porque entre los cero y ocho años el cerebro de los niños cumple la función absorbente de una esponja de acuerdo con Vigil.
“Pero hay que saber educar al niño, no hay que regañarlos, ni gritarles porque su mente se bloquea (…) hay prácticas tan sencillas que se pueden utilizar desde pequeños como contarles cuentos dramatizados y mediante el juego”, recomendó Vigil.
En el país el preescolar luce como la “cenicienta” de la educación. El Mined apenas invierte 103 millones de córdobas, pese a que en el país hay unos 400 mil niños, de entre tres a cinco años de edad, que demandan educación preescolar. De estos se calcula que 179 mil no reciben ningún tipo de atención educativa. En 2009 el Mined registraba 2,128 preescolares a nivel nacional. Sin embargo, en el país existían otros 5,888 preescolares comunitarios. Es decir, alrededor del 73 por ciento de los centros preescolares del país eran atendidos por la comunidad y sólo un 27 por ciento por el Mined, según cifras oficiales.
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