BEIRUT/ AP
Las fuerzas de seguridad sirias mataron ayer a un estudiante durante una protesta en la Universidad de Damasco, según activistas, al tiempo que crece la presión internacional sobre el régimen.
Con este deceso aumentó a 170 el número de personas que han muerto en las más de tres semanas de protestas.
“Las reformas y la represión son incompatibles”, expresó el Ministerio del Exterior de Francia. Por su parte, un portavoz de la canciller alemana Angela Merkel dijo que el uso de la fuerza contra manifestantes pacíficos era “deplorable y vergonzoso”.
Hasta hoy muchas potencias mundiales se habían abstenido de condenar las acciones del presidente Bashar Assad.
Imágenes de vídeo publicadas en internet mostraban a presuntos agentes de seguridad vestidos de civil golpeando a manifestantes y llevándose a algunos de ellos a la fuerza mientras marchaban dentro de las instalaciones de la Universidad de Damasco.
Los reportes del estudiante muerto no pudieron ser confirmados debido a la represión del Gobierno a los periodistas.
Ammar Qurabi, presidente de la Organización Nacional por los Derechos Humanos, dijo que el estudiante murió baleado, pero Ausama Monajed, un activista en Londres, dijo que murió por golpes.
Ayer 2,000 dolientes gritaron que “la muerte es mejor que la humillación” durante el funeral de varias víctimas en Banias.
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