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Así quedaron escritorios y sillas de la escuela primaria de Okawa durante el tsunami que afectó en Ishinomaki, Prefectura de Miyagi, al norte de Japón y que hoy sus alumnos regresaron a clases. LA PRENSA/AP/Yu Vicente

En medio de devastación, Japón reanuda las clases

La ola gigantesca mató a 74 de los 108 alumnos de la escuela primaria de Okawa y a 11 de las 12 maestras.El edificio principal está partido, con árboles incrustados en las aulas del segundo piso y el gimnasio y el patio de juegos han quedado reducidos a los cimientos de concreto enlodados.

ISHINOMAKI, Japón/ AP

La ola gigantesca mató a 74 de los 108 alumnos de la escuela primaria de Okawa y a 11 de las 12 maestras. El edificio principal está partido, con árboles incrustados en las aulas del segundo piso y el gimnasio y el patio de juegos han quedado reducidos a los cimientos de concreto enlodados.

Sin embargo, las clases empiezan dentro de una semana.En todas las conmovidas costas nordeste de Japón, las escuelas han resultado sumamente dañadas o convertidas en refugios y familias enteras se quedaron sin empleo, vivienda permanente o automóviles, pero la nación está decidida a llevar a cabo una de sus rutinas primaverales: el comienzo del año escolar en abril, aun mientras el país sigue de duelo.

“Todavía no estoy lista para pensar en la escuela. Ni siquiera han hallado a mi hija”, se lamentó Naomi Hiratsuka, que perdió a su hijita Koharu, una alumna de sexto grado en la escuela de Okawa y tiene otra menor que entra en primer grado.

Las autoridades dicen que establecer rutinas es un paso decisivo para reconstruir las comunidades y alejar a los residentes de la sensación de crisis.

Los 34 alumnos sobrevivientes de la escuela primaria de Okawa comenzarán las clases el 21 de abril en cuatro aulas de una escuela cercana, permaneciendo juntos y tratados como si estuvieran en una escuela separada.

“Todavía no sabemos si la escuela puede ser reconstruida, pero queremos mantener la continuidad para los alumnos”, explicó Kato Shigemi, funcionario de educación en Ishinomaki, una comunidad devastada a 350 kilómetros (220 millas) al nordeste de Tokio.

El daño al sistema escolar es inmenso. En las prefecturas (provincias) de Fukushima, Miyagi e Iwate, que sufrieron el grueso de los daños por el terremoto y tsunami del 11 de marzo, más de mil estudiantes y maestros están muertos o desaparecidos, dentro de una cifra de bajas que podría superar las 25.000.

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