Unos los llaman artistas del bateo, otros bateadores puros. Lo cierto es que son un espectáculo con el madero en sus manos.
Los bateadores puros son aquellos de una extraordinaria capacidad para hacer contacto con la bola. Por lo general no tienen poder pero poncharlos es una proeza. Son hiteadores capaces de colocar la bola en los huecos del infield, gracias a su precisión.
Jim Murray, el célebre escritor de Los Ángeles Times, decía que ver batear a Rod Carew era como ver hacer un reloj a Joseph Bulova o escuchar a Enrico Caruso, “porque Carew no batea hits, los compone”, lleva el arte a su máximo nivel de expresión.
En nuestro medio, y hablando estrictamente de los últimos años, los bateadores más puros han sido Nemesio Porras y Henry Roa. Ya se les agregó Jimmy González, y está también Ofilio Castro. Y más abajo viene ese chavalo brioso de 22 años, Jilton Calderón, quien crece cada día.
Antes vimos impactar a Julio Medina, Cayetano García y Elry Britton, entre otros. A inicios de los setenta, el tigre era Cirilo Herrington. Y antes, se cuentan las historia de Paco Soriano, de quien se dice le regalaba dos strikes al pítcher antes de conectarle hits. Y que cuando tocaba, lo hacía con el mango del bate.
Cierto o no, Soriano es un nombre que siempre se menciona cuando se habla de gente de tacto, rubro distinto al de los sluggers, donde se incluye bateadores de poder, que mezclan ambos elementos (tacto y fuerza) como lo hacían Pedro Selva y Ernesto López, y el mismo Nemesio.
Entre los jugadores actuales, el mejor bateador es Jimmy y el que le sigue es Ofilio, pero la mayor promesa del beisbol nacional, en cuanto a bateadores de tacto, es Calderón. De swing corto y compacto, Jilton va directo a la bola y la hace saltar del bate. Es muy selectivo y tiene mucha disciplina en el plato.
Tras el fin de semana, Calderón batea .432 y ha demostrado su nivel en la Profesional, en esta liga y donde ha jugado. Es un bateador nato. Tiene 41 hits en 95 turnos para el .432, pero se poncha sólo tres veces, es decir, abanica el tercero una vez cada 32 chances y recibe 15 bases.
En el pasado torneo, acumuló .358 y sólo se tragó 16 ponches en 240 turnos. Y en la Profesional, tras resumir .288 en la fase regular, cerró con .474 en la Final y fue hasta Jugador Más Valioso.
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