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“Yo quiero morir escribiendo”

El periodismo nacional recibió una noticia agradable esta semana. El premio Ortega y Gasset 2011, el más importante entre los de habla hispana, fue otorgado por primera vez en la historia a un periodista nicaragüense: Octavio Alfonso Enríquez, o simplemente Octavio Enríquez.

Por Eduardo Cruz

Fotos LA PRENSA/ GERMÁN MIRANDA Y MIGUEL LORÍO


El periodismo nacional recibió una noticia agradable esta semana. El premio Ortega y Gasset 2011, el más importante entre los de habla hispana, fue otorgado por primera vez en la historia a un periodista nicaragüense: Octavio Alfonso Enríquez, o simplemente Octavio Enríquez.

Durante cuatro meses Enríquez investigó una de las formas en que uno de los comandantes de la Revolución Sandinista, Tomás Borge Martínez, quien decía servir a los pobres, es ahora un acaudalado que amasa una fortuna de millones de dólares.

La valentía de investigar a Borge, especialmente en una situación en la que el periodismo nicaragüense sufre la falta de información oficial, le valió este importante premio a Enríquez.

:::¿Cómo te sentís por haber ganado este premio?

Yo creo que las piernas no me han dejado de temblar desde que el subdirector de El País (diario de España) me llamó a mi teléfono, cuando venía en el bus para el trabajo. Esa anécdota que salió de que tuve que parar el bus para atender la llamada es cierto, me bajé y luego de la comunicación que tuve con él, donde me comunicaba la decisión del jurado, todo ha sido maravilloso en estos días.

:::¿Qué llamadas has recibido?

Una cantidad de llamadas increíble. Primero para entrevistas, me han llamado de Colombia, de España, de México, de otros sitios y me han llamado también muchos amigos de Nicaragua. Al principio estaba un estado de shock, pero luego te das cuenta que hay una cantidad de gente que uno ni se imaginaba que lo quisieran tanto, uno se siente muy contento.

:::¿Entre tus compañeros de trabajo cómo se ha recibido este premio?

Lo primero que te tengo que decir es que cuando recibí la noticia sentí una fuerte necesidad de darle un abrazo a mi esposa y a mis hijos, salí corriendo, llegué desesperado a la casa, llorando, lloré muchísimo. Mi esposa estaba bañando a nuestro niño Matías y estaba de espaldas a donde yo estaba llorando y cuando me vio llorar, ¿qué pasó? La pobre ha de haber creído que ocurrió una tragedia como para que me viera salir tantas lágrimas, y cuando yo le dije me dijo: “¿Por eso estás llorando?” Claro le dije yo. Ella tardó también tiempo en asimilarlo y después mi hija sentó las cosas en su lugar, me llamó la Sofía y me dice: “Felicidades papá por mi premio”, entonces las cosas quedaron claras.

:::¿Y en LA PRENSA?

Cuando vine a LA PRENSA, para mí fue muy emocionante ver a los más chavalos levantarse de sus asientos y aplaudirme. A mí no me gusta cuando los reflectores están sobre mí, yo siempre he creído que el periodista como tal no tiene por qué tener los reflectores encima, que son las noticias que contamos y eso es lo que siempre me ha gustado de la prensa escrita, que vos leés la noticia y no le ves la cara al que está escribiendo.

:::Con este premio Octavio, digámoslo así, estarías entrando en la historia del periodismo nacional.

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Yo no diría que entrando a la historia del periodismo nacional, en este país hay muchos periodistas buenos, que han obtenido preseas altas que han llenado de orgullo al país. En el caso de este galardón soy el primer periodista nicaragüense que lo recibe, pero no quiero sentirme como un héroe que acaba de ganar una presea y se va a pasear por el Olimpo exhibiéndola, no, prefiero sentirme como el periodista que hizo un trabajo y logró que su retrato llamara la atención de un jurado internacional. Mi trabajo es un retrato del comandante Borge, nunca pretendí otra cosa.

:::¿Y cómo nació ese trabajo?

Ese trabajo es una investigación que constó de cinco entregas sobre una historia de enriquecimiento del comandante Borge, él se vio involucrado en unas partidas que sumaron 3.9 millones de dólares, 2.3 que provienen de capitalizar una serie de bienes que él adquirió a través del mecanismo de la “piñata” y 1.6 que salieron cuando comenzamos a investigar los terrenos pequeños vinculados a él y a su esposa y nos encontramos que uno de 417.5 varas cuadradas, en un barrio muy pobre de Managua que se llama Largaespada, ahí por el Hospital Bautista, había sido la garantía para un préstamo que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social le dio a una policlínica a la cual él está vinculado, de muchas manera. Primero los terrenos estuvieron a nombre de unos familiares de él, segundo la sociedad de Policlínica Cruz Azul estuvo integrada por esos mismos parientes originarios de Matagalpa, que eran los dueños de los terrenos, después los terrenos pasaron a nombre de la esposa, después el mismo Borge apareció involucrado en latrama y después en el Registro quitaron el nombre de Borge, cuando revisamos los documentos y allí quedó la huella. Es una historia en la que llevamos mucho esfuerzo.

:::¿Qué dificultades tuviste cuando estabas realizando tu investigación?

La primera etapa fue de soledad absoluta. Fue la etapa de recopilación de documentación. En 2005 LA PRENSA había publicado una serie de reportajes elaborados por Jorge Loáisiga Mayorga, en los cuales él había publicado cómo Tomás Borge había vendido los terrenos donde está Plaza Las Américas hoy, y ese fue el inicio del descubrimiento de la otra cara de Tomás Borge. Resulta que paseando por Plaza Las Américas me di cuenta que otra parte de ese terreno, la parte donde está un hotel había sido vendida y estaban construyendo precisamente el hotel. Me plantee hipótesis como periodista: ¿Aquí qué está pasando? Vendió aquí, vendió allá. También el mismo Borge en una entrevista defendiendo meses antes a Roberto Rivas, me había dicho que solo tenía ocho mil dólares en su cuenta, en esa ocasión me lo encontré con Mario Valle.

:::Precisamente el del Rolex.

Precisamente el del Rolex. Todas esas dudas me llevaron a encaminar un trabajo porque uno lo que hace en esto es que abrís una carpeta y vas avanzando un trabajo, abrís una carpeta y vas avanzando otro trabajo y vas documentando uno y vas completando el otro. Vino después la etapa de buscar a los involucrados y esa etapa fue muy difícil porque el comandante Borge al principio estaba muy amable, pero después estalló de molestia. Hubo una parte en que me amenazó, en que dijo que de alguna forma se iba a cobrar eso y luego la entrevista con el diputado Valle, el del Rolex, fue en condiciones muy difíciles.

:::¿Qué pasó en esa entrevista?

Estábamos yo y la Loanny (Picado) por LA PRENSA TV. Del otro lado estaba una persona con un celular encendido mientras conversábamos, no sé con quién estaban comunicándose en ese momento, la abogada Alma Leony González, quien es la abogada de Borge, participó en crear toda esa trama legal. Luego estaban Mario Valle, su hermano y un camarógrafo filmándonos. Hubo una serie de constantes alusiones personales en toda la entrevista. Como me miraba los zapatos rotos, sucios, me decía: “Vos que te deben de pagar mucho en LA PRENSA”, y durante toda la entrevista fueron constantes alusiones personales, tratando de herir mi dignidad, a tal punto que al final de la entrevista Mario Valle se disculpa, me da un abrazo y dice que esto es contra LA PRENSA, que no es contra mí. Si yo creo que hubo un éxito en esa entrevista fue mantener la cordura ante tantas provocaciones.

:::¿Hubo más amenazas?

Fueron amenazas públicas. Recibí un montón de llamadas de números privados, pero yo no contesto números privados, no sé si en alguno de ellos había alguna amenaza, que si me anduvieron siguiendo o algo por el estilo, lo desconozco. Yo no quiero sentirme protagonista de la historia, yo quiero que el personaje Borge sea el protagonista de la historia, yo quiero permanecer detrás de la historia que construí durante cuatro meses, no quiero ser yo la figura principal, no me gusta.

:::¿Cómo fueron tus inicios como periodista?

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En mi casa se arrecharon conmigo cuando les dije que iba a estudiar Periodismo, porque mis mejores notas eran en matemáticas y física. De repente que viniera un loco a querer estudiar Periodismo lo vieron raro. Mi mamá quería que yo estudiara y cuando yo le dije, (me dijo): “Amor usted estudie lo que usted quiera, además usted es muy tapudo, va a ser como Edgard Tijerino”, al cual admiramos mucho en la casa.

:::¿En qué momento de tu vida te diste cuenta que querías estudiar Periodismo?

Cuando leí Cien años de soledad , yo quería escribir, sentí una necesidad urgente que todavía siento que no ha muerto, que todos los días crece, de escribir, de contar historias.

:::¿Cómo te sentís siendo periodista?

A mí me encanta, creo que es lo mejor que se pudo haber inventado, lo disfruto muchísimo. Cuando estoy escribiendo soy centrado, muy ordenado con mis cosas, le doy mucha importancia a la metodología, cómo trabajar una investigación. Me le robó mucho tiempo a mi familia, por eso es que mis héroes son mis hijos, mi esposa Gloria, mis hijos Sofía y Matías, les robo mucho tiempo, hay veces que se enojan. “¿Por qué hablás tanto por celular?”, me reclaman. Lo vivo con pasión. Otras veces estoy leyendo y a veces platico de periodismo con mi esposa. Soy un lunático del periodismo.

:::¿Cómo mirás al periodismo de Nicaragua actualmente?

Yo creo que está viviendo un momento muy saludable. Nosotros, la generación que estamos actualmente en los medios, estamos en la senda del buen periodismo que han hecho generaciones de periodistas anteriores a nosotros, desde el doctor Chamorro y mucho antes, Manolo Cuadra, de toda la gente que ha escrito en los diarios, nosotros estamos continuando esa senda. Hay un punto muy importante, una serie de periodistas están ganando muchos premios a nivel internacional. Yader Luna, Carlos Fernando Chamorro con el premio Moors Cabot, a nivel nacional Amalia Morales, que vos sabés que es una gran amiga mía, un tesoro como ser humano; Joaquín Torres, en la UCA; Moisés Martínez, Carlos Salinas, una lista enorme, todos ellos son el círculo de cómplices que llevamos años leyendo libros, compartiéndolos, discutiéndolos, acabándonos cuando los textos no nos quedan bien. Así que este premio también es de ellos porque me han aguantado en las pláticas.

:::¿Hay personas que te han ayudado a crecer?

Le debo a muchísima gente. Uno es el resultado no solo de tu talento y de la búsqueda del ideal periodista que querés hacer, sino de buenos jalones de oreja también de alguna gente. Si tengo que mencionar a un maestro tengo que mencionar a Danilo Aguirre, por ejemplo, quien peregrinaba a cada rato en su oficina cuando me tocaba escribir una nota que no me salía bien, las líneas torcidas las enderezaba él, la malicia me la enseñaba el doctor. Fabián Medina, buen periodista, excelente escritor, también aprendí muchísimo de él. En el caso de Eduardo Enríquez, el rigor, ese reportaje no sale Octavio hasta que no me consigás tal fuente, hasta que no la busqués, y en la tarde me aparecía con los documentos, anduve tocando diez puertas, me corrieron de tres pero aquí están los papeles.

:::A propósito de puertas, en estos días es muy difícil obtener información oficial del Gobierno.

Sí, sos tratado como un paria. Para citarte un ejemplo, cuando nosotros investigamos el caso de Yota, en el que está involucrado un empleado del presidente, yo hice una solicitud de información a Enatrel, yo cumplí con los requisitos. Yo llamé preguntando que cuando me daban la información y se rieron en mi cara. Ah es que te faltó una “n” en lo que escribiste. Yo lo sentí como una burla, una burla que esconde la poca voluntad del poder de mostrarle a la ciudadanía la información a la que tienen derecho. No se burla el poder del periodismo, se burla de la ciudadanía. El poder es así, es abominable.

:::Kapuscinski decía que antes a los periodistas se les veía como intelectuales, pero ahora ya no. ¿Qué opinás vos?

A mí lo que me gusta de Kapuscinski es que detestaba a los periodistas de escritorio. Si hay algo como lo que yo no quiero mirarme es como un periodista de escritorio.

:::¿Qué significa eso para vos?

Un periodista de escritorio es el que llega a su buró y le importa más su oficina que hacer periodismo, a importarle que el vecino anda un carro más lindo que el tuyo. Yo no quiero ser así. Yo quiero morir escribiendo, quiero andar en la calle, tener contacto con la gente.

:::¿En qué condiciones trabajan los periodistas actualmente?

Muy difíciles. Primero hay bloqueo informativo, luego los medios están bajo una presión financiera y eso obliga a que tengamos que trabajar bajo muchas presiones de todo tipo, con las uñas. Por eso es que todo este montón de muchachos que han ganado premios y los que vienen todos los días a trabajar aquí merecen mucho más reconocimiento que el que nos están dando a nosotros ahorita.

:::¿Qué le enseñarías a los nuevos periodistas?

Nada, no soy quién para enseñarles.

:::¿Qué les aconsejarías?

Tampoco, yo creo que cada quien sigue su senda y yo lo que sí diría es que nunca pierdan el hambre por escribir historias. El día que se acabe eso, nos jodimos en el periódico.

:::Con el premio ganaste algunos recursos, ¿qué pensás hacer con ellos?

No me ha dado tiempo de pensar en eso. Ha sido tan deslumbrante lo que me pasó que no sé, todavía no lo he pensado, pero si te digo algo, ya mi hija me dejó claras las cosas. Es mi premio papá, felicidades me dijo, entonces el premio es de la familia.

:::Contanos de tu familia.

Es una linda familia, la he construido con Gloria Picón, periodista también del Diario LA PRENSA, una hermosa mujer en todo el sentido de la palabra. Yo la amo, un ser humano maravilloso. Hemos tenido dos hijos bellos, Matías y Sofía. Matías está recién nacido, nació el 17 de febrero.

:::Te ha llovido premio sobre premio.

Los más grandes reconocimientos los tengo en la casa, son ellos. Son maravillosos.

Espectáculo galardón Ortega y Gasset premio archivo

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COMENTARIOS

  1. Ariel
    Hace 13 años

    Que puedo decir? Un periodista honrado y valiente, un verdadero nicaraguense que si ama a Nicaragua. Mis mayores repetos para el y su estimable familia. Quien le iba a decir al enano de Tomas Borges, el responsable de todas las torturas y asesinatos del Ministerio del Interior durante los ochentas, de que un periodista le iba a encontrar la horma de su zapato.

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