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Eran otros tiempos, cuando estaban unidos en el PLC, Enrique Quiñónez, Arnoldo Alemán y José Rizo. Ahora Rizo apoya a Quiñónez en la ALN y Alemán sigue como caudillo del PLC.

Opositores de Nicaragua… ¿Uníos?

Al parecer, es la única posibilidad que tendría la oposición de ganarle a Daniel Ortega, o forzar una segunda vuelta en las próximas elecciones presidenciales.

Fotos LA PRENSA

La primera encuesta en este proceso electoral del 2011, realizada por M&R Consultores, parece apoyar una propuesta que en los últimos días ha predicado José Rizo: que se realice una encuesta entre los cuatro candidatos de la oposición y que el que aparezca arriba sea apoyado por los otros tres, quienes deberán declinar su candidatura.

Al parecer, es la única posibilidad que tendría la oposición de ganarle a Daniel Ortega, o forzar una segunda vuelta en las próximas elecciones presidenciales.

Rizo propone que para septiembre, cuando se celebren los días patrios, los políticos de oposición le podrían anunciar esa buena noticia al pueblo.

Según la encuesta, matemáticamente ni siquiera uniendo sus intenciones de votos los cuatros candidatos opositores podrían ganarle al candidato ilegal del Frente Sandinista (FSLN). El sondeo de M&R señala que Ortega encabeza en estos momentos la intención de votos de los nicaragüenses, con un 47 por ciento, encima del 12 por ciento alcanzado por el candidato de la alianza PLI-UNE, Fabio Gadea Mantilla, el poco más de cinco por ciento del expresidente Arnoldo Alemán, del PLC. Más abajo aparecen Enrique Quiñónez por la ALN y Miguel Ángel García, de Apre.

A estas alturas del proceso, cuando ya el calendario electoral cerró las puertas a una posible alianza de la oposición, ¿será posible una alianza de hecho? ¿Qué dicen los representantes de los partidos opositores que están participando en la contienda electoral acerca de la propuesta de Rizo? ¿Qué opinan cada uno de estos partidos?

“La llave de la unión

de la oposición la tiene Arnoldo Alemán”, considera Edmundo Jarquín, candidato a la vicepresidencia por la alianza PLI-UNE. “Si Alemán declina, la unión sería automática. Él no tiene posibilidades de crecer, pero sí tiene posibilidades de desunir”, agrega el candidato.

Fabio Gadea salió mejor parado que Arnoldo Alemán en la reciente encuesta de M&R Consultores. Su equipo apuesta a que será el candidato que aglomere a todos los votantes opositores al Frente Sandinista (FSLN).
Primero que todo habría que definir si el hecho de que existan varios candidatos opositores significa que el voto opositor será dividido, señala Jarquín.

Para Jarquín, aunque existan en la actualidad cuatro candidatos opositores, eso no significa que la oposición esté fragmentada, mucho menos el voto opositor y señaló que, con la encuesta de M&R Consultores, quedó demostrado que Ortega aún no supera su techo de 38 por ciento del electorado a favor suyo, el que ha mantenido desde 1990, porque en la misma encuesta se reflejó una abstención del 31 por ciento.

La encuesta “nos ha alegrado”, dice Jarquín, porque demuestra que Fabio Gadea tiene margen de crecimiento, pero no Arnoldo Alemán, ya que en la misma encuesta se señala que un 78 por ciento de los nicaragüenses nunca votaría por el caudillo liberal.

Jarquín considera que el PLC invitó a unas primarias en las que solo votarían los liberales, pero las mismas no agrupan a todas las personas de la oposición del país.

“No ha habido ninguna conversación desde enero cuando Arnoldo Alemán engañó al pueblo diciendo que estaba dispuesto a declinar”, dijo Edmundo Jarquín.

La alianza PLI-UNE, de Gadea Mantilla, mantiene las esperanzas de que conforme se acerque el día de las elecciones Gadea irá creciendo en intención de voto, ya que actualmente tiene más del 12 por ciento sin siquiera haber gastado un solo centavo en campaña política.

Miguel Ángel García (dcha.), el candidato presidencial del Apre, es el que menos intención de votos capta, según la encuesta de M&R Consultores.
Otra de las esperanzas de dicha alianza es que Alemán pierda terreno debido al enorme desprestigio que acarrea en su propio partido, donde se considera que él ayudó a Ortega a regresar a la silla presidencial.

“Ortega no es invencible”, dice Jarquín.

Para José Rizo Castellón, quien apoya al candidato de ALN, Enrique Quiñónez, la población resiente la división que existe entre los líderes de la oposición y por lo tanto se hace necesario que los candidatos que tienen menos opciones dentro del electorado, declinen y apoyen al candidato que esté arriba en las encuestas.

José Rizo Castellón no entiende cómo cuatro personas, Alemán, Gadea, Quiñónez y Miguel Ángel García, quienes tienen en el liberalismo a un mismo cordón umbilical y en el pasado reciente hasta han trabajado juntos en cargos públicos, no han podido entenderse y unirse en favor de la democracia.

La idea de Rizo, que según otros políticos no es nueva, es que se realice una encuesta entre los cuatro candidatos y quien salga más alto sea apoyado por los demás, quienes deberán declinar su candidatura. “Nada deseable es fácil”, dice Rizo, quien señala que la unión de hecho solo sería en las candidaturas a presidente y vicepresidente, pero cada partido conservaría su lista de candidatos a diputados.

“El PLC ha hecho hasta lo imposible por lograr esa unión. Esa encuesta (de la que habla Rizo) ya la propuso el PLC cuando se le ofreció primarias a Eduardo Montealegre y luego a Fabio Gadea y hasta le dijimos a Gadea que él pusiera el aparato electoral (de las primarias), pero no quiso. Yo de él hubiera aceptado”, manifestó Francisco Aguirre Sacasa y luego lanza su veredicto:

“Esa unión (de la oposición) se tendrá que dar a nivel de las bases. Más de un año hemos trabajado en eso (unión), pero no se logró a nivel de cúpula”, dice.

José Rizo aseguró que Enrique Quiñónez tiene toda la disposición de ayudar a que se logre la unidad opositora. “Los líderes de todos los partidos tienen que conversar primero”, afirmó.

El candidato

a la vicepresidencia por el PLC, Francisco Aguirre Sacasa, considera que la encuesta de M&R no es creíble y que aún faltan siete meses para el día de las elecciones, por lo cual la encuesta solo responde a la agenda política de los medios y no es un indicativo real de cómo está la intención de voto de los nicaragüenses.

Enrique Quiñónez (izqda.) estaría dispuesto a ceder políticamente a favor de una unidad en la oposición, pero junto a García también aparece con números pobres en el sondeo.
Para Francisco Aguirre Sacasa lo que podría pasar es que en las elecciones de noviembre reine el abstencionismo, porque es a lo que está apostando el presidente Daniel Ortega.

Aunque en el CSE están inscritos cuatro partidos de oposición, para Francisco Aguirre Sacasa solo existen dos partidos de oposición, el PLC y la alianza PLI-Vamos con Fabio, dice, haciendo alusión al Movimiento Vamos con Eduardo, que apoya a Fabio Gadea Mantilla.

“Uno de esos dos va a aglutinar el voto de todas las personas opositoras”, expresa Aguirre Sacasa.

La intención de voto de los nicaragüenses tendrá forma para en agosto próximo, considera Aguirre, y el PLC aspira a ser el partido que acapare los votos opositores.

“Nosotros no estamos en plan de negociar con nadie, ni estamos aspirando a quedar en un honorable segundo lugar, lo que queremos es ganarle a Daniel Ortega”, enfatiza el candidato liberal.

En conclusión,

los líderes de la oposición dicen no estar preocupados por lo que digan las encuestas en la actualidad y confían ciegamente en que cada uno de ellos tiene opciones para capturar el grueso de los votos de los nicaragüenses que no quieren la continuidad de Ortega en el poder. Históricamente el porcentaje de ese voto opositor es del 62 por ciento.

El fantasma de la división anda rondando, pero los líderes opositores no se asustan y continúan haciendo cálculos para ser los cabecillas de la oposición.

En lo único en que coinciden los representantes de los partidos políticos de oposición es en que en los últimos meses no ha habido contactos para negociar una posible unión.

En las elecciones

de 1990 participaron, además del Frente Sandinista (FSLN), nueve partidos de oposición. Pero uno de ellos, la Unión Nacional Opositora (UNO), aglutinaba a 14 partidos. El voto de los nicaragüenses se volcó hacia la candidata de esa alianza opositora, doña Violeta Barrios de Chamorro.

La historia se repitió en 1996, cuando hubo 24 partidos políticos participando en la contienda electoral, tal vez la elección con más candidatos en la historia del país. Pero la votación se polarizó en solo dos, el FSLN y la victoriosa alianza del PLC, con Arnoldo Alemán Lacayo a la cabeza.

La cantidad de partidos en contienda mermó considerablemente en el año 2001, con solo tres partidos inscritos. La batalla se libró nuevamente solo entre el FSLN y el PLC de Enrique Bolaños, quien resultó ganador de manera arrolladora.

Cinco partidos presentaron candidatos en las elecciones del año 2006. En esta ocasión sí pesó el hecho de que la oposición al FSLN haya encarado el proceso electoral dividido en dos principales bandos liberales, el PLC de José Rizo y la unidad liberal liderada por Eduardo Montealegre.

Entre Rizo y Montealegre obtuvieron muchos más votos que el caudillo sandinista Daniel Ortega, pero divididos no pudieron hacer nada por evitar el retorno de Ortega al poder. Aunque casi cinco años después el Consejo Supremo Electoral no ha sido capaz de informar sobre el ciento por ciento del conteo de los votos, solo se conoció que Ortega ganó con el 38.07 por ciento de los votos, frente al 29 por ciento de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) de Eduardo Montealegre, y al 26.21 por ciento del candidato del PLC, José Rizo.

En la actualidad nuevamente son cinco partidos los que están inscritos para participar en las elecciones generales de noviembre próximo. Y el fantasma de la división entre los opositores al gobernante FSLN anda rondando, al acecho, propiciando que Ortega se entronice en el poder.

Mientras la unidad de la oposición se aleja más de lo que se acerca, todos aspiran a que se repita lo de las elecciones de 1996 o del 2001, cuando a pesar de los muchos partidos el voto se polarizó en favor del FSLN y de las alianzas liberales, pero lo que todos temen es que la división afecte nuevamente como en el 2006, cuando Ortega recobró el poder después de las frustraciones de tres elecciones consecutivas.

Aunque la unidad de la oposición parece imposible, en Nicaragua todavía algunas personas no pierden la esperanza, como algunos jóvenes agrupados en Juventud por el Cambio.

La Prensa Domingo encuesta opositores política archivo

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