Los productores en el campo cada día luchan por subsistir ante una situación económica que golpea de acuerdo a las actividades en que se involucra, haciendo esfuerzos para salir adelante y lograr que los objetivos sean materializados para generar empleos que son tan necesarios en el sector rural.
Algunos economistas desde su escritorio hacen análisis sobre la situación que se presenta en nuestro país, en donde se proyectan crecimientos económicos para este año, entre un 3 por ciento y 5 por ciento en el Producto Interno Bruto, lo cual nos indica que la situación está cambiando para beneficio de nuestro país.
Las proyecciones que se presentan demuestran que se están presentando cambios en la economía aprovechando los buenos precios del mercado internacional, incrementándose las exportaciones y generando mayores cantidades de divisas, en donde se están aprovechando los tratados de libre comercio que fueran firmados por nuestro país y que ha beneficiado al sector exportador.
Mientras tanto, el productor no logra que los buenos precios del exterior se traduzcan en una mejoría, por lo que trata de diversificar la producción en su propiedad, generando trabajo en el campo, pero con un costo bien alto debido a los incrementos de los insumos, afectando además la baja capacidad económica de la población, para poder consumir lo que se produce en el campo, sobre todo en lo que se refiere a la hortaliza, eso le ha traído muchas deudas a los productores que han escogido como alternativa de producción esta actividad.
Los problemas de comercialización han sido un factor que ha golpeado a los productores, los cuales se vieron incentivados en producir por los altos precios que se presentaron en el invierno pasado, derivado de las pérdidas que tuvieron otros productores y que a la fecha, los que tienen préstamos tendrán que asumir esos compromisos después de haber trabajado durante cuatro meses sin haber devengado un solo ingreso, esto viene a afectar la economía de muchas familias que se dedican a esta actividad, sin que a la fecha ningún organismo se haya preocupado por el destino de estos productores.
El productor al vender a precios bajos le provoca un endeudamiento, elevando el poder adquisitivo de la población, ya que esta se beneficia al comprar productos relativamente baratos con la deuda de los productores, creando en la Red del Consumidor la satisfacción de que la población compra un producto que se encuentra al alcance del consumidor cuando en realidad lo que se necesita es mejorar el ingreso familiar.
Como una medida ilustrativa me permito manifestar lo siguiente: los productores en el campo venden la libra de cebolla a 100 córdoba el quintal, de los cuales para su empaque pagan un saco que se le llama malla costando 10 córdobas cada uno y para su empaque todavía el productor paga 10 córdobas, lo cual significa que lo está vendiendo en 80 córdobas el quintal o sea que la libra la vende en el irrisorio precio de 0.80 centavos de córdoba generando cuantiosas pérdidas.
Los costos, la comercialización y la falta de productividad son factores que están hundiendo a los productores que trabajan sin horario con el único fin de seguir produciendo alimento para el consumo, sin embargo es importante que puedan contar con el apoyo de instituciones y organizaciones para que se puedan disminuir los riesgos que tienen que asumir cuando se limitan a producir, ya que no se le puede llamar desarrollo cuando un productor se encuentra afectado económicamente.
Productores de los municipios de Somoto, Totogalpa, Pueblo Nuevo, Condega, Estelí, La Concordia, Jinotega, están afectados en su comercialización, por lo que algunos han tenido que tomar la decisión dolorosa de echarle el ganado a las cosechas, como es el caso del tomate, ya que a veces sale más caro la recolección de esta hortaliza que dejarla en el plantío debido al precio bajísimo que se ha mantenido en el mercado. Muchas familias en el campo dependen de este trabajo lo cual les ayuda a su mantenimiento, sin embargo la vida se les puede hacer más difícil al no apoyarse dicha actividad.
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