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Factura petrolera sube 80.7%

La factura petrolera de Nicaragua ascendió a 193.17 millones de dólares durante los dos primeros meses del año, lo que representa un incremento del 80.7 por ciento con respecto al mismo periodo del 2010.

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La factura petrolera de Nicaragua ascendió a 193.17 millones de dólares durante los dos primeros meses del año, lo que representa un incremento del 80.7 por ciento con respecto al mismo periodo del 2010.

Los altos precios del petróleo marcaron el aumento de la factura petrolera, ya que entre enero y febrero pasado el valor promedio del barril de petróleo ascendió a 90.4 dólares, es decir que se encareció en 19.65 por ciento con respecto al mismo periodo del 2010. Las importaciones de petróleo crudo se incrementaron en 3.6 por ciento en términos de volumen, según un reporte del Banco Central de Nicaragua (BCN).

Los economistas Róger Cerda y Adolfo Acevedo coincidieron en subrayar que la escala alcista del crudo provocará un efecto dominó en todos los sectores de la economía nacional, que finalmente repercutirá en el consumidor, especialmente en los trabajadores, con un aumento generalizado de los precios es decir, de la inflación.

[doap_box title=”La tajada Albanisa” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • El reporte del BCN detalla que, de los 193.17 millones de dólares que sumó la factura petrolera a febrero, 159 millones de dólares correspondieron a importaciones hechas desde Venezuela.
Con dicho país con el gobierno del presidente Daniel Ortega mantiene un acuerdo petrolero que le permite pagar a 25 años el 50 por ciento de la factura, pero que Albanisa lo vende al consumidor a precios de mercado.

El resto de compras se realizó principalmente en Estados Unidos, El Salvador, Honduras, Costa Rica y México.

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“Todo indica que este año el peso de la factura petrolera en 2011 será mucho mayor que en 2010, transmitiéndose vía alza de costos de factores de producción y presiones salariales, hacia una elevación de la inflación de precios y una baja del crecimiento. Este es un choque externo y, ante choques externos, solo cabe protegerse, en especial, proteger a los sectores más pobres de nuestra población”, valora Cerda.

Subraya que el alza de precios de los derivados de petróleo —gasolina, diesel, gas y búnker para generación eléctrica— “parece indetenible y poco a poco irá arrastrando los costos de producción, transporte y generación eléctrica, así como los precios de los alimentos y los demás precios de nuestra economía”.

“La mejor manera de contener la inflación de los precios de los alimentos es estimular el aumento de la oferta de alimentos”, recomienda.

SUBSIDIOS NO SON SUFICIENTES

Entretanto Acevedo destaca que “el congelamiento de las tarifas de la energía y el subsidio a ciertos segmentos del transporte han evitado que el impacto del incremento del precio del petróleo se sienta con toda su fuerza en nuestra economía”.

Señala que como la tarifa de la energía eléctrica permanecerá congelada hasta junio, por el momento se está evitando que el incremento de los precios del petróleo provoque un aumento del costo de la energía eléctrica.

“Pero el subsidio a la tarifa de la energía eléctrica habrá que pagarlo después, posiblemente a través del presupuesto, o impidiendo que la tarifa baje cuando baje el precio del petróleo, como ya se ha hecho antes”, añade.

No obstante, Acevedo indica que el incremento del precio del petróleo no ha dejado de tener su impacto, pese al subsidio a la tarifa de energía y al transporte que también lo recibe, aunque recuerda que “diversos voceros de este sector han dicho que el subsidio que reciben es insuficiente”.

Explica que el primer impacto sobre la economía esta representado por el impacto directo sobre el índice de precios al consumidor que tiene el incremento del precio de los combustibles y, en segundo lugar, por la influencia del aumento del precio del gas licuado.

“En la medida en que el incremento del precio de los combustibles impacte el costo del transporte de las empresas, y estas trasladen este incremento a los precios, tendremos lo que se denomina un efecto de segunda ronda, el cual se multiplicará a través de toda la cadena de costos y precios de la economía”, advierte.

A ello hay que sumarle que el incremento de los precios del petróleo “se refleja en el costo de los insumos agropecuarios, traduciéndose en el aumento de los costos, lo cual anula parte del beneficio de la mejoría de los precios internacionales de nuestros productos agropecuarios”.

Además, añade Acevedo, en la medida en que aumente el precio de los combustibles y del gas licuado, podría alentar las expectativas inflacionarias.

En marzo se registró un repunte de la inflación. El acumulado al primer trimestre fue de 1.21 por ciento. Es decir que si algo costaba 100 córdobas en enero, subió a 101.21 en marzo.

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