Cuando Daniel Ortega asumió la presidencia de la República en enero de 2007, el salario mínimo promedio mensual de un trabajador formal era de 1,400 córdobas.
Sin embargo, dijo Aguirre, muchas de esas promesas que hizo al pueblo no salen de la bolsa de Albanisa sino que ya estaban incorporadas al presupuesto de la nación.
“Un ejemplo es el subsidio a la tarifa de los buses y el subsidio a la tarifa diferencial que se le otorga a los pequeños consumidores de energía eléctrica que sale del presupuesto de la nación, pero eso no lo explica (Ortega) y hace creer al pueblo que sale de sus bolsillos o de Albanisa”, afirmó Aguirre.
En cuanto a la propuesta que hizo el candidato de la Alianza-PLI Fabio Gadea, de incorporar el bono “solidario” al salario, Aguirre comentó que esto no es posible debido a las condiciones con el Fondo Monetario Internacional.
Recordó que dentro de las negociaciones con el FMI una de las preocupaciones que tenía era la masa salarial, por eso cuando Ortega anuncia, hace un año, la entrega del bono solidario, eso causó la postergación del programa económico con Nicaragua.
“Una de las mayores preocupaciones del FMI es el número de empleados que tiene el Estado y el monto de la masa salarial. Es por eso que Nicaragua debe transparentar la cooperación venezolana y se le debe dar un enfoque de desarrollo, pero sobre todo se debe incorporar al Presupuesto de la República con el fin de dar prioridad a la inversión pública”, sostuvo Aguirre.
Además, lamentó que la cooperación esté siendo utilizada de manera burda y con intereses politiqueros. “Hay muchos países que pertenecen al Alba, o que reciben ayuda de Petrocaribe, entre ellos República Dominicana, pero el dinero no se utiliza de manera tan discrecional como lo hace el gobierno sandinista”, criticó Aguirre.
La diputada María Eugenia Sequeira es de la opinión que Ortega debería ser más serio e incorporar ese bono al presupuesto de la nación, para que realmente tenga un valor verdadero. “La población debe estar clara que algún día ese dinero se acabará, incluso el presidente puede quitarlo después de la campaña electoral. Lo que se le debe asegurar a los trabajadores para que reciban ese beneficio de acuerdo a la ley”, afirmó.
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Con ese pago el asalariado cubría el 45 por ciento del valor de la canasta básica, que para entonces estaba valorada en 3,046.37 córdobas.
Cuatro años después, la paga mínima promedio de siete sectores de la actividad laboral es de 3,313.83 córdobas. Este ingreso apenas alcanza para comprar el 35 por ciento de la cesta básica que a febrero de 2011 cuesta 9,300.68 córdobas.
La situación se complica más para el obrero del campo, pues con los 1,891.29 córdobas de salario mínimo que devenga actualmente apenas le alcanza para cubrir el 20 por ciento de los 53 productos y servicios que componen la cesta básica necesaria para subsistir en este país.
Estos simples números evidencian que los trabajadores en Nicaragua no han mejorado su situación económica durante el gobierno de Ortega. Muy por el contrario, sus ingresos en términos reales han perdido capacidad de compra con respecto al encarecimiento del costo de la vida. Y es que mientras el salario mínimo apenas incrementó en 1,913 córdobas en la administración orteguista, no ha sido ni la mitad de lo que la canasta básica se ha encarecido en el mismo período que ha sido en 6,254.31 córdobas.
Es decir que mientras los nicaragüenses han sufrido un aumento del costo de la vida en un 67 por ciento, los ajustes a sus ingresos apenas han sido mejorados en un 50 por ciento.
CST VE OTRA REALIDAD
Y aunque los número oficiales son claros, el secretario general de la Confederación Sindical de Trabajadores José Benito Escobar (CST-JBE), afiliada al Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), Luis Barbosa, asegura que “hoy más que nunca los trabajadores tenemos por qué celebrar”.
Según Barbosa, hoy 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, entre las “victorias” “que no podemos negar es que en estos cuatro años hemos tenido un 80 por ciento de incremento salarial”.
Barbosa resalta, además, la tracción de nuevas inversiones al país, que ha permitido el entendimiento entre empresa privada, Gobierno y sindicatos para acordar los convenios colectivos y los ajustes salariales.
Por supuesto, Barbosa resalta que uno de los mayores logros es la entrega del bono-regalo, que reciben 153 mil empleados públicos, que a partir de mayo será de 700 córdobas para cada trabajador.
NADA QUE CELEBRAR
Pero Álvaro Leiva Sánchez, secretario de Asuntos Laborales de la Federación Democrática de Trabajadores del Servicio Público (Fedetrasep), dice que este 1 de mayo no hay mucho que celebrar.
“Aquí no existe un salario digno para la clase trabajadores”, reclama Leiva.
“Hablamos —sostiene— de un salario mínimo de lo que se ufana. De manera populista dice este Gobierno, pero que ni siquiera alcanza para comprar la mitad de la canasta básica”.
Para Leiva el gobierno de Ortega carece de un plan nacional de generación de empleos y mejoras de salarios.
“La situación que atraviesa la clase trabajadora es el de crisis, por eso es que este 1 de mayo los trabajadores no tenemos nada que celebrar, por el contrario es un día de luto”, afirma.
Esto, dice, porque simplemente nos enfrentamos a inestabilidad laboral, violaciones a los derechos constitucionales que nos permita tener un empleo digno y ganarnos un salario sin tener que ser obligados a rendir culto a Ortega.
SUBEMPLEO PRIVA
Y si de empleos se trata la situación tampoco es de bonanza como Ortega y sus sindicatos agrupados en el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) venden en sus discursos triunfalistas.
De acuerdo con el BCN, entre 2007 y 2010, la tasa de desempleo se elevó 1.9 por ciento, al pasar de 5.9 a 7.8 por ciento.
En números tangibles, hay actualmente un millón 129 personas desempleadas de la Población Económicamente Activa (PEA). El economista Adolfo Acevedo analiza que “en Nicaragua el problema fundamental no es tanto el desempleo abierto, como el subempleo”.
OTRA MENTIRA
El año pasado, cuando el presidente Ortega anunció la entrega del “bono cristiano, socialista y solidario”, prometió que tendría mantenimiento de valor, es decir que se incrementaría conforme el deslizamiento del córdoba frente al dólar, con el fin de que no pierda poder adquisitivo. Sin embargo, esto ha sido incumplido, porque los 170 córdobas que incrementó corresponde a cubrir la pérdida adquisitiva con respecto a la inflación del primer trimestre del 2011.
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