El vicio de alargar su estadía en la universidad que tienen algunos dirigentes de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) podría terminarse con la implementación de la nueva transformación curricular que preparan las universidades más grandes del país.
La propuesta prevé reglamentar que los estudiantes culminen sus carreras en tiempo y forma.
En la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), el rector Élmer Cisneros Moreira señaló que a partir del próximo año aplicarán el nuevo currículo académico con el que los alumnos pasarán de la modalidad semestral a la cuatrimestral.
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Además, esta transformación curricular obliga a las autoridades educativas a rediseñar la normativa estudiantil para evitar que un estudiante permanezca más de seis años en la misma carrera universitaria.
MAYORÍA TERMINA EN SEIS AÑOS
La UNAN-Managua atiende a 28,500 estudiantes. De estos se estima que el 30 por ciento no culmina sus estudios en seis años. El otro 70 por ciento culmina la carrera universitaria entre cinco y seis años.
“El reglamento estudiantil tendrá que variar como parte de la transformación curricular. Esto será discutido porque no es posible que un estudiante pase un año más de los que establece su plan de estudios. Es decir, que pase dos años más en la universidad estaríamos hablando de recursos mal utilizados”, señaló Cisneros.
El promedio de graduación en Centroamérica anda por el orden de los seis años. Y en Nicaragua un grupo de estudiantes aglutinados en la UNEN acaparan las aulas hasta por más de siete años.
El año pasado el presidente nacional de la UNEN, James Chamorro aseguró haber entrado a la carrera de Economía en el 2004 y hasta la fecha le falta tres años más en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) para culminar con un promedio regular.
El presidente del Consejo Nacional de Universidades (CNU), Telémaco Talavera, dijo que “no se puede educar a profesionales del futuro con planes de estudios del pasado”.
No obstante, Talavera reconoció que los 2,147,000 de córdobas, equivalentes al seis por ciento constitucional, resultan insuficientes para asumir el costo que conlleva una transformación curricular en el sistema de educación superior.
“Necesitamos más recursos definitivamente, de donde sea. Pero debemos ser más eficientes también”, dijo Talavera.
Unos 50,000 bachilleres egresan cada año de los colegios de Nicaragua, según el Ministerio de Educación (Mined). De este total, apenas el 22 por ciento es admitido en las universidades públicas y privadas del país. Esta es otra de las brechas que Nicaragua deberá superar, tomando en cuenta que la media Latinoamericana de captación estudiantil ronda el 30 por ciento, según Talavera.
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