Tomado de El Universal
CARACAS/VENEZUELA
A partir del cuarto trimestre del año pasado el precio de la cesta petrolera, principal fuente de ingresos de Venezuela, alcanzó un promedio de 78 dólares y en los primeros tres meses de 2011 se disparó hasta 94 dólares. No obstante, el Ministerio de Finanzas mantiene hundido el acelerador de la deuda pública.
Entre diciembre y marzo la deuda del Estado con la banca, representada en letras del tesoro y bonos, asciende a 64,212 millones de bolívares (alrededor de 14,933 millones de dólares), una magnitud que se traduce en un salto de 30 por ciento en los primeros tres meses del año 2011.
Para las torres bancarias la compra de bonos y letras al Gobierno representa una salida en un entorno donde los bolívares en depósitos crecen y las solicitudes de préstamos no aumentan lo suficiente. Una muestra de que las entidades financieras tienen exceso de bolívares es que durante 2010 mantuvieron mensualmente, en promedio, 16,000 millones de bolívares (3,720 millones de dólares) sobre el monto que obligatoriamente deben congelar como reserva en el Banco Central y, en febrero de este año, el excedente se duplicó y alcanzó 32,821 millones de bolívares (7,632 millones de dólares).
Para la administración de Hugo Chávez la continua venta de bonos y letras del tesoro le permite obtener recursos para inyectarle fondos a la economía y reanimar el consumo que tiene dos años en retroceso. La estrategia ya está en marcha.
En los dos primeros meses de este año el gasto público, sin incluir las erogaciones relacionadas al pago de la deuda, se incrementa 23 por ciento respecto al mismo lapso del año pasado aun después de ajustar por la inflación. Lo previsible es que el Gobierno continúe inyectando fondos sobre todo con las perspectivas de altos precios del petróleo para el resto del año.
El Gobierno ha preferido endeudarse en mayor medida dentro del país que en el exterior, básicamente, porque se trata de bolívares, a bajas tasas de interés y una porción importante de la factura está en manos de bancos controlados directamente por Finanzas.
La deuda en bolívares ofrece otra ventaja. En el caso hipotético de que en el futuro no existan suficientes recursos para pagarla es posible negociar un refinanciamiento con los bancos del país o incluso devaluar la moneda para obtener más recursos por los petrodólares.
Una porción muy importante de la deuda pública con las entidades financieras está en el portafolio de los bancos públicos, como el Venezuela, Bicentenario, Industrial, Tesoro y Agrícola.
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