Por GONZALO SOLANO
QUITO/AP
Los centros de votación se iban llenando cada vez más conforme avanzaba la jornada en la que los ecuatorianos votaban por un referendo que de ser aprobado reformará el sistema de justicia e impondrá nuevas normas a los medios de comunicación, entre otras medidas.
Desde que las juntas receptoras de votos se instalarón la jornada transcurría sin incidentes violentos de relevancia en todo el país.
En el acto inaugural del evento, Correa afirmó que “es una día de fiesta, los ciudadanos tomando directamente sus decisiones, esa es la nueva democracia radical que vive el país”.
Añadió que “con el ejercicio pleno de la democracia estamos dejando atrás el pasado… consultaremos el pueblo cuantas veces haga falta… nada ni nadie va a detener este huracán de soberanía y dignidad”.
Poco después, el mandatario y su hija Sofía, de 16 años, votaron en el norte de la capital.
Correa, en declaraciones al canal estatal Gama Tv destacó que “estamos con el ánimo muy en alto, independientemente de los resultados electorales, ya es una victoria para el pueblo ecuatoriano, para la democracia, el que se le consulte sobre las grandes decisiones del país”.
Durante la jornada no se han registrado incidentes violentos, aunque la policía había multados a al menos 142 infractores de la prohibición de vender o consumir alcohol en la jornada.
La nutrida concurrencia de electores y ventas ambulates ubicadas en las afueras de los recintos de votación generan congestionamiento vehicular. En los centros de votación hay urnas separadas para hombres, mujeres y personas con discapacidades.
Los locales de votación son resguardados por personal militar y policial. Más de 122.000 efectivos fueron desplegados en todo el país y entre otras cosas, vigilan que no haya actos proselitistas.
La consulta busca reformar un lento e ineficiente sistema judicial y establecer un órgano que controle los contenidos de medios de comunicación.
También, de ser aprobado, se emitirá una prohibición de que los propietarios de medios de comunicación y bancos tengan intereses económicos en áreas diferentes a esa actividad.
La consulta también plantea una eventual prohibición de casinos, espectáculos crueles con animales, penalizar la no aifliación de los trabajadores a la seguridad social y el enriquecimiento no justificado.
Las encuestas hechas durante los meses anteriores pronosticaban que los electores aprobarían las propuestas del gobierno.
El ex mandatario Lucio Gutiérrez, opositor de Correa, dijo a la AP que con esta consulta el presidente “busca tomarse por asalto la justicia y dominar a los medios de comunicación”.
Dijo esperar que el mensaje del pueblo sea “no a la dictadura, no al poder totalitario, queremos vivir en democracia, con libertad de expresión, con independencia de poderes”.
El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, opositor al régimen, tras votar en la ciudad portuaria de Guayaquil, dijo a periodistas que “mi voto por el no es porque no puedo volverme parte de un engaño colectivo… en cuatro o cinco meses estaremos discutiendo (que) esto, una vez más, no sirvió para nada”.
La ministra Coordinadora de la Política, Doris Soliz, dijo que el referendo también representa una señal de respaldo y confianza al presidente “como proponente de la consulta popular”.
La jornada electoral inició a las 7.00 de la mañana (1200 GMT) y se extenderá hasta las 17.00 horas (2200 GMT).
Un total de 11,15 millones de ecuatorianos empadronados han sido convocados para expresarse en un referendo acerca de 10 preguntas, cinco de las cuales implican cambios constitucionales y las otras cinco, cambios legales.
Están obligados a votar los ciudadanos de 18 a 65 años, mientras que es opcional el voto de los jóvenes de 16 a 17 años, de los mayores de 65 y de militares y policías.
Desde que llegó al poder en enero del 2007, Correa ha consolidado su liderazgo a través de plebiscitos y votaciones. Después de cuatro años de gobierno conserva una popularidad del 65% en un país donde revueltas populares causaron la caída de tres presidentes a lo largo de una década.