Sobre esta obra, también llamada La Monna Lisa, La Joconde en francés o Madonna Elisa, que data entre los años de 1503 o 1506; admirada, plagiada, falsificada, intervenida, reproducida, y parodiada, sigue predominando la interrogación: ¿quién fue la modelo que inspiró a Leonardo?
La versión histórica más aceptable que se conoce es la del pintor italiano Giorgio Vasari quien en 1550 escribió que este retrato fue hecho para Francesco del Giocondo, y la que aparece en él era su esposa, Lisa Gherardini.
El testimonio de Cassiano dal Pozzo, dado en 1625, afirma que dicha obra en madera del nogal era el retrato de una mujer llamada Gioconda. Por lo que su nombre proviene de esta antigua versión.
Otras de las históricas afirmaciones sobre la identidad, es relacionada a Isabel de Aragón, quien Davinci la dibujó en lápiz y luego la llevó al lienzo.
También se le ha asociado a Constanza d’Avalos, duquesa de Francaville, mencionada en un poema de la época, que afirma que Leonardo la pintó “bajo el hermoso velo negro”.
Pero una de las teorías que ha causado gran revuelo es que esta obra genial es nada menos que el autorretrato de Leonardo travestido de mujer, de la cual realizaron fotomontajes con sus dibujos.
Otro investigador que ha dedicado 25 años de su vida a indagar en este polémico asunto es Giuseppe Pallanti, quien concluye que Lisa Gherardini ingresó al convento después de enviudar, y que murió a los 63 años de edad siendo enterrada en convento Santa Úrsula de Florencia.
Para Vincent Pomaréde, quien ha laborado como conservador de arte del departamento de pintura del Museo del Louvre, los misterios sobre la identidad de la modelo que posó para la obra aún no han sido resueltos, y sus repercusiones en su historia son tan sorprendentes y numerosos que podría tratarse literariamente en una novela policial.
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