Benedicto XVI llegó ayer a Venecia como parte de una visita de dos días a la región de Friuli-Venecia Julia. Primero estuvo en la basílica de Aquileia y de ahí se trasladó a la plaza del Capitolio, donde una densa muchedumbre lo recibió. El pontífice pidió a los católicos “nuevos objetivos misioneros” y un “compromiso de gran envergadura ante la gran conmoción” de los inmigrantes africanos e hizo hincapié en el respeto de sus derechos “inalienables”. Se trata de la primera visita de un pontífice a esta ciudad italiana desde que su predecesor Juan Pablo II surcara sus famosos canales hace 26 años. LA PRENSA/AP /GREGORIO BORGIA