WASHINGTON/AFP
Pakistán rechazó ayer las acusaciones “absurdas” de una eventual complicidad oficial con Osama bin Laden, mientras que Estados Unidos se negó a pedir disculpas por la operación que eliminó al líder de la red Al Qaeda en suelo de ese país aliado.
En una entrevista con la cadena CBS el domingo, el presidente estadounidense Barack Obama reclamó a Islamabad iniciar una investigación sobre el “apoyo” del que se habría beneficiado Bin Laden en Pakistán.
“Estamos determinados a saber por todos los medios cómo, cuándo y por qué Osama bin Laden estuvo en Abbottabad. Se ordenó una investigación” al respecto, respondió ayer ante los diputados del Parlamento el primer ministro de Pakistán, Yusuf Raza Gilani. El dirigente calificó de “absurdas” las acusaciones de complicidad en el gobierno o el ejército paquistaníes para posibilitar la presencia de Bin Laden en Abbottabad.
Recordó que “Al Qaeda y sus aliados realizaron centenares de atentados suicidas” en Pakistán en los últimos años para castigarle por su compromiso en la lucha contra el terrorismo junto a EE. UU.
“Sí, hubo un fracaso de los servicios de inteligencia, pero no solamente del nuestro. Es el fracaso de todas las agencias de inteligencia del mundo”, expresó Gilani, y reiteró los descargos realizados por Islamabad.
Gilani atribuyó a Occidente, fundamentalmente a EE. UU., haber “creado” al jefe de Al Qaeda. “¡Al Qaeda no nació en Pakistán!”, exclamó. “¿Quién es responsable de haber construido el mito de Bin Laden?”, insistió, aludiendo implícitamente a Estados Unidos.
En los años ochenta, los muyahidines afganos combatieron contra la Unión Soviética gracias al apoyo, con armas y dinero, de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), a través de los servicios secretos paquistaníes.
Acusado de unilateralismo por Gilani, Washington se negó a excusarse por el operativo contra Bin Laden. Al reiterar que EE. UU. considera “complicada” pero “importante” su relación con Pakistán, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, afirmó que “no pediremos disculpas por las decisiones del presidente” Obama.
La senadora de la Comisión de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, afirmó ayer que Bin Laden no podría haber vivido de la forma en que lo hizo en Pakistán sin alguna “complicidad” oficial. Además prevé recortes en la ayuda estadounidense si Pakistán no cambiaba el curso.
Washington expresó la semana pasada que las autoridades paquistanés no habían sido advertidas de antemano de la operación por temor a posibles “fugas”. Pero el domingo, el consejero de seguridad nacional de Obama, Tom Donilon, buscó calmar las aguas al subrayar que Washington carecía “de prueba alguna de que el gobierno de Islamabad estuviera al tanto” de dónde se ocultaba Bin Laden.
No obstante, reclamó que Islamabad transmitiera a EE. UU. la información recogida por las autoridades paquistaníes en la residencia donde se ocultaba Bin Laden y le diera acceso a sus tres mujeres detenidas, para poder interrogarlas.
Como síntoma de la degradación de las relaciones entre ambas naciones, está el nombre de un hombre presentado como el jefe de la CIA en Pakistán fue revelado por varios medios paquistaníes en los últimos días.
Un responsable estadounidense que pidió el anonimato dijo que la CIA no preveía repatriar al responsable de sus operaciones en Pakistán.
Muchos analistas estadounidenses estiman que el origen de la filtración estuvo en el ISI, el servicio de inteligencia paquistaní.
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