CORRESPONSAL/MATAGALPA
Procedentes mayoritariamente de las 38 comunidades rurales, miles de católicos llegaron este jueves a la cabecera municipal de Rancho Grande, para festejar con una ceremonia religiosa las fiestas patronales en honor de Nuestra Señora de Fátima.
Las solemnidades fueron presididas por el Obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, quien visitaba por primera vez a ese municipio distante a 83.5 kilómetros de la cabecera departamental, por lo que una multitud lo esperó en el empalme de El Comején.
En el recorrido de 4.5 kilómetros de El Comején hasta el poblado de Rancho Grande, el Obispo fue acompañado por la muchedumbre que iba a caballo, en bicicletas, motos, vehículos livianos, camiones y buses. En el tramo final monseñor Álvarez también montó a caballo.
Alrededor de 15 mil personas participaron en el evento, lo que equivale a ocho veces más la cantidad de pobladores en el casco urbano del municipio que, según el último Censo de Población y Vivienda hecho en 2005, es de mil 648 personas.
“Ha sido extraordinaria la participación de la gente que demostró una fe y un amor inclaudicables por Jesús, la Virgen y la Iglesia”, comentó el obispo Álvarez, indicando que “esto solo puede entenderse por la fuerza sobrenatural que tiene la fe”.
Hubo quienes caminaron hasta ocho horas para participar de la actividad. Otros como Ana Julia, Zeneida y Bertilda, procedentes de la comunidad El Galope, caminaron cuatro horas.
Contrario a otros lugares, en Rancho Grande las fiestas patronales son eminentemente religiosas, comentó el alcalde liberal Sabino Leiva, quien entregó un pergamino de bienvenida al Obispo de Matagalpa.
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