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Foto de La Prensa/ Archivo

“Ser ñajo fue mi bendición”

Encontrar a Clodomiro es un tanto complicado porque nunca está en su casa. Un humilde cuarto ubicado frente a la Coca Cola en la Carretera Norte.

Encontrar a Clodomiro es un tanto complicado porque nunca está en su casa. Un humilde cuarto ubicado frente a la Coca Cola en la Carretera Norte.

Sale temprano y llega muy tarde, trabaja todo el día vendiendo lotería, cuidando y lavando carros. “Donde de fijo lo encuentra es en el estadio cuando juega el Bóer”, me dice el vecino de la vulcanización.

Al fin lo encuentro en los billares Topacio, donde un antiguo vecino del barrio San Luis le da permiso de cuidar y limpiar carros.

::: Yo no sabía si me iban a regañar por andar diciendo Clodomiro. ¿Cuál es su nombre?

Esteban Marcos Marenco Peralta. Hace algún tiempo no se lo hubiese dicho porque había un concurso en el estadio para que adivinara el nombre. Me mandaban a las muchachas más bonitas a preguntarme.

::: ¿Cuándo le comienzan a decir Clodomiro, don Esteban?

No me digas don Esteban, yo soy Clodomiro, mi nombre es más bien mi apodo, soy Clodomiro El Ñajo.

::: ¿Entonces cuándo le comienzan a decir Clodomiro?

Fue en los años sesenta, en el Canal 6 había un programa que se llamaba Domingo Gigante . Yo siempre iba y me acuerdo que ese día un el portero dijo: “Aquí está el ñajo de nuevo”. Yo me sentí como azareado porque en ese tiempo a mí me daba pena y andaba siempre cubriéndome la boca con un trapo.Cuando entré al programa me llamó Miguel Robelo y me dijo que si quería personificar a Clodomiro El Ñajo de la canción y yo le dije que sí. Me quité el pañuelo y hasta baile.

::: Y se hizo famoso.

Sí, yo he dado hasta autógrafos, me entrevistaron de la Radio Mundial, de todas las radios, vinieron periodistas de Guatemala, Costa Rica, a buscarme, hice posters para la cervecería tomando cerveza, para la Milca bebiendo Rojita.

::: ¿Y cuándo comienza a ser boerista?

Soy boerista desde que nací en 1951. Nunca he dejado de serlo. Es más ,el día que me muera quiero que me velen en el estadio, con los jugadores uniformados y las canciones de Clodomiro y el Bóer a todo volumen.

::: ¿Le pagan por estar en el estadio cuando el Bóer juega?

No, no me pagan. El grito me sale del corazón. Un día llegué al estadio y lo grité. A la gente le gustó y los boeristas dicen que un estadio donde juega el Bóer sin Clodomiro no es lo mismo.

::: ¿Tiene familia?

Nunca me casé. Yo pensé que con la fama de la canción y hacerme conocido iba a encontrar una mujer que me quisiera y tener un hijo. Pero soy feo, nadie me quiso.

::: ¿Es virgen entonces?

No, no soy virgen. Pero quisiera tener una mujer que me acompañe. Yo no discrimino si es renca, ñaja, viuda, divorciada, gorda o flaca. Todo va de viaje, pero ya no quiero estar solo.

::: ¿Y qué le ofrece si aparece una interesada en quedarse con usted?

Pues lo que con el trabajo honrado que tengo, vendiendo lotería, lavando y cuidando carros pueda darnos. Tengo una casita, se está cayendo, pero en el Comedor Marlene me dijeron que me la van a construir. Ojalá que sí.

::: ¿Y ya no toma?

Gracias a Dios no. Hace tres años casi que dejé de beber guaro. Mucho guaro bebí en mi vida, ahora ya no bebo y me siento mejor.

::: ¿Cómo hizo para dejarlo?

Yo andaba bolo y un evangélico me engañó. Yo se lo agradezco porque me prometió invitarme a comer y me llevó a un centro de rehabilitación. Ahora voy a mis reuniones de alcohólicos anónimos y ya no le voy a dar gusto al diablo. Ya no voy a beber guaro.

::: ¿Tuvo oportunidad de operarse el labio leporino?

Sí, pero estaba en el estadio y mucha gente me decía que si me operaba se me acababa el negocio. Yo me puse a pensar: Si me opero no seré nadie, entonces no me operé porque me voy a morir como Dios me mandó. Estoy orgulloso de ser ñajo y soy un ejemplo para que la gente joven, los niños, miren que uno no debe acomplejarse como yo me acomplejé tapándome con un pañuelo.

::: ¿Qué habría pasado si otro ñajo llega el día que Carlos Mejía cantó esa canción en Canal 6?

No sé, sería un ñajo más sin pena ni gloria. Por eso estoy agradecido. Ser ñajo, aunque a veces la gente me haga repetir las cosas, como vos, ha sido mi bendición.

La Prensa Domingo

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