Los obispos de la Iglesia católica de Nicaragua están enviando constantes mensajes de orientación y aliento a los creyentes y a todo el pueblo nicaragüense, en las circunstancias sombrías que prevalecen actualmente en el país que sin duda son las peores desde que terminó la primera dictadura del Frente Sandinista y Daniel Ortega, en el año de 1990.
En ese sentido, el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez Solórzano, durante la misa que ofició el domingo recién pasado en la Catedral de Managua llamó “a los nicaragüenses a desarrollar el sentido de intuición con miras a las elecciones presidenciales y parlamentarias que se celebrarán en este país en noviembre próximo”, según reportó internacionalmente la agencia de noticias Acan-Efe y lo informaron ampliamente aquí, el Diario LA PRENSA y otros medios independientes de comunicación social. “Estamos en Nicaragua en un año electoral en el que estamos oyendo voces de gente que se autoproclama y que ofrece muchas veces más de lo que puede cumplir y de lo que realmente quiere hacer por el pueblo”, expresó monseñor Silvio Báez al pronunciar la homilía en la principal misa dominical de la Iglesia católica en el país.
Después de demandar que sean aclarados “los casos de corrupción que lamentablemente están ocurriendo a diario”, el Obispo auxiliar de Managua recordó que “las ovejas saben reconocer la voz de quien es verdadero pastor y de quien es un ladrón, un mercenario y un bandido que no busca el bien de las ovejas”. Y advirtió monseñor Silvio Báez que: “Así como en el Israel antiguo, también hoy hay gente responsable y que merece confianza porque se la ha ganado con su currículo de vida, por lo que ha hecho, por su moralidad, pero también hay quienes merecen, como en el antiguo Israel, el título de ladrón, bandido y mercenario, porque se aprovechan de las ovejas para sí mismo”.
La Iglesia católica celebró el domingo pasado la festividad del Buen Pastor. Por eso el mensaje de los obispos y sacerdotes fue inspirado en el Evangelio según San Juan, en el cual se enseña que las ovejas atienden la voz del Buen Pastor, lo siguen porque conocen su voz y confían en él, mientras que a los malos pastores no lo seguirán, sino que huirán de ellos, “porque son ladrones y bandidos” que “manipulan las leyes para su beneficio y oprimir al pueblo”. Así lo señaló el presbítero Pablo Villafranca en su reflexión sobre el evangelio dominical publicada en El Profeta, el boletín arquidiocesano de Managua.
Es que en la concepción de la Iglesia católica el pastor no es solo el sacerdote, sino también el gobernante, el primero que apacienta y conduce a sus feligreses y el segundo que dirige a los gobernados. De manera que así como hay buenos pastores sacerdotales, también hay buenos pastores gubernamentales. Y de igual manera, así como hay malos pastores sacerdotales existen también pésimos gobernantes, los cuales son como “bandidos y salteadores” que se aprovechan del pueblo para favorecer sus particulares intereses, tal como lo explicara el padre Villafranca.
En realidad, el mensaje de la Iglesia católica de Nicaragua es muy claro para todos los que quieran entenderlo. La Iglesia está ahora al lado de su pueblo como lo estuvo en la época de la lucha frontal contra la dictadura somocista. Igual que en el período de la “noche oscura” — como calificara a la dictadura sandinista el Papa y ahora Beato Juan Pablo II, en 1996, cuando visitó Nicaragua por segunda vez—, hoy la Iglesia católica le está infundiendo fe al pueblo nicaragüense, animándolo a luchar cívicamente por su propia liberación. Y otra vez como en las elecciones de 1990 —cuando la nación se abocó a la decisión crucial de escoger entre la continuación de la dictadura o la apertura hacia la democracia—, ahora que se acerca otra cita electoral que será tan decisiva como aquella los buenos pastores de la Iglesia católica están con sus ovejas, confortando al pueblo, infundiéndole esperanza y alentándolo a saber “reconocer la voz de quien es verdadero pastor y de quien es un ladrón, un mercenario y un bandido que no busca el bien de sus ovejas”, según lo dicho por monseñor Silvio Báez en su homilía del domingo pasado.
En ese mismo sentido, el 9 de mayo corriente la Conferencia Episcopal convocó a todos los nicaragüenses creyentes, a unirse en oración “para que Dios derrame la sabiduría, entendimiento, fortaleza y demás dones que en este momento estamos necesitando de manera prioritaria…” Y subrayaron los obispos católicos la necesidad de renovar la consagración mariana “que hicimos en los años ochenta”. Más claro no podría ser el mensaje de los obispos.
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