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Darío Ramírez. LA PRENSA/G. Miranda

“La prensa no puede trabajar con miedoâ€

El crimen organizado podría encontrar en Estados corruptos, que no permiten el libre acceso a la información, un aliado importante de forma indirecta para intimidar a los medios de comunicación, advierte Darío Ramírez, director del organismo Artículo XIX en México.

El crimen organizado podría encontrar en Estados corruptos, que no permiten el libre acceso a la información, un aliado importante de forma indirecta para intimidar a los medios de comunicación, advierte Darío Ramírez, director del organismo Artículo XIX en México.

Ramírez explica a LA PRENSA cómo ha aumentado el acoso al periodismo en América Latina.

¿Cuál es ese peligro inminente que enfrenta la prensa hoy?

La falta de cobertura fomenta la impunidad y la corrupción en todos los ámbitos. ¿Quiénes atacan a la prensa? Evidentemente el crimen organizado que ha mutado. Lo más claro y es la alerta para Centroamérica, es que dejó de tener interés en asesinar a periodistas y está mutando al interés de influir en líneas editoriales de medios de comunicación. Lo que estamos observando en México y alertando en Guatemala, es que llegan a las redacciones y dicen “quiero que imprimas esto”. Si no, matan al editor. Eso sucede en Tamaulipas, Durango, Zacatecas, Nuevo León (México).

¿Esto implica un retroceso para los medios de comunicación?

¿Cuál es la involución? Es que los medios de comunicación empiezan a decir en los editoriales, yo ya no cubro tales temas, ya no cubro corrupción, no cubro política, no cubro crimen organizado y ya no cubro policíacos. El año pasado cinco periódicos relevantes de México se retiraron de la cobertura en esos ámbitos… Al final, la prensa está en un fuego cruzado; no lo imprimo me matan, lo hago, pero te vuelves una herramienta absoluta del crimen organizado.

¿A qué atribuye que los periodistas opten por mantenerse al margen de lo que está sucediendo?

Dos cosas, primero porque el contexto es tan adverso que no hay ningún tipo de seguridad para hacer su trabajo, no la hay de los gobiernos, porque a los gobiernos les conviene tener una prensa silenciada. ¿Qué gobierno va a apoyar y qué gobierno va a implementar las medidas necesarias para que la prensa haga su trabajo? Yo todavía no lo conozco y ojalá algún día lleguen, pero el contexto adverso de seguridad es un elemento muy importante, porque no se le puede pedir a un reportero, oye, saca la nota y ponle precio a tu cabeza. El otro problema es que además está la información ciudadana, y a veces es información que no tiene ningún tratamiento. Al final los mismos criminales empiezan a usar el internet, entonces hay demasiada información en internet, por ejemplo, el “blog del narco”.

Pero esa búsqueda puede resultar peligrosa, porque la sociedad encuentra información en lugares indebidos.

El problema al final es el derecho de la sociedad a la información, es lo que subyace detrás de todo esto, porque al utilizar fuentes que no son tan éticas la sociedad mexicana, por ejemplo, tiene menos información de lo que pasa en su entorno comunitario, porque los medios deciden tomar la información del boletín oficial y de ahí sacar las notas, contraviniendo todos los principios que nos enseñan en la escuela; y el derecho a la información se diluye. Vean lo que sucede en Honduras. El problema es la polarización de la información y la poca capacidad de los medios de comunicación para informar de manera equilibrada, veraz, y al final los que están teniendo serios problemas para localizar la información son los miembros de la sociedad. Entonces, cuidado que la sociedad empiece a tomar como fuentes los escritos de los narcos, por ejemplo, porque la prensa se retira…

¿Se debe educar a la ciudadanía sobre la buena y mala información?

Utilizan el internet para dar a conocer lo que ellos quieren (ejemplo de los narcos). Hay buena y mala información, por eso se debe fortalecer a la ciudadanía y a la sociedad, para que escoja bien la información, que no se deje llevar, por ejemplo, con lo que se sube al “blog del narco”, que es un espacio que publica lo que acaba de suceder casi en tiempo real. Hay serios problemas para la cobertura, los periodistas se limitan a lo que llega a los medios de comunicación, y a veces se excluye información por temor a posibles represalias.

¿Cuál es el principal problema?

El problema es el miedo, la prensa no puede trabajar con miedo. No puede trabajar con miedo ni de los gobiernos ni de los poderes fácticos; es de los pocos grupos sociales que está en medio del fuego cruzado, porque es incómodo para los poderes fácticos, es incómodo para los gobiernos. Para los únicos que no puede ser incómodo es para la sociedad, porque les debería fortalecer, pero para todos los otros actores políticos y económicos es incómoda la prensa.

¿Es posible tratar de detener la información?

Al final la información es como el agua. Sale, se puede tardar un poquito más, se puede tardar un poquito menos, pero sale; y creo que en lo que debemos de tener mucho cuidado es en el tratamiento de la información y evidentemente en fortalecer los marcos legales porque, mientras, los gobiernos pueden a su discreción tratar de controlarla, porque la prensa es incómoda para ellos. Obviamente los gobiernos son opacos por naturaleza. Ni el gobierno norteamericano ni el británico son abiertos por mutuo propio. Son abiertos porque la sociedad ha ganado tener leyes de información que les obligan a dar la información, pero esa opacidad de los gobiernos es su naturaleza; y lo que sí tienen que hacer la prensa y la sociedad es evidenciar ese tipo de cosas.

En el plano latinoamericano, ¿se puede decir que el periodismo está entre dos amenazas? Además del crimen organizado, hay gobiernos que intimidan al periodismo.

Lo que pensamos que habíamos dejado atrás, la censura por parte de órganos del Estado, aún persiste. Principalmente uno puede ver a Rafael Correa, puede ver a Hugo Chávez y su presidente (Daniel Ortega), que sigue los malos pasos, y creo que lo relevante que nosotros vemos son dos cosas: A esos dos, crimen organizado y poder político, también atendería un tercero, que son los poderes fácticos económicos, los que aparecen cuando el gobierno no es el que limita a los medios de comunicación, porque se vuelven censores de los mismos.

Política acoso crimen organizado Darío Ramírez archivo

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