¿Podrán 120 unidades de transporte público trasladar a unas 60,000 personas? Podría usted pensar que no, pero en el municipio de Ciudad Sandino viaja diario esa cantidad de gente en ese número de buses, que en su mayoría está en mal estado.
Apretujados y maltratados por los conductores y cobradores van los pasajeros, de acuerdo a un sondeo que realizó LA PRENSA.
En el municipio de Ciudad Sandino, ubicado a 13 kilómetros al oeste de la capital, existen siete cooperativas de buses intermunicipales, según los registros de la dirección de transporte de esa municipalidad.
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El recorrido de las unidades de transporte de cinco rutas diferentes que convergen en el mercado Oriental, más una que llega hasta la catedral de Managua inicia a eso de las 5:15 a.m.
Desde esa hora los primeros pasajeros abordan las unidades de buses. La hora pico matutina comienza a las seis y media y acaba a las ocho de la mañana.
Carol Guadalupe Estrada ve su reloj una y otra vez. Faltan 10 minutos para las siete de la mañana. Dice que su clase de Estadística Social en la Universidad Centroamericana (UCA) inicia a esa hora. Sabe que no llegará a tiempo.
Estrada asegura que “no es su culpa”. Dice que llegó a eso de las 6:20 de la mañana a la parada de buses de la entrada principal de Ciudad Sandino, pero que pasaron tres buses diferentes de la ruta 210 y que ninguno se detuvo, porque iban repletos de pasajeros.
“Yo vine temprano. Pero hay días en que las rutas se llenan más de la cuenta y pasan de viaje. Y si se detienen uno tiene que ir colgado en la puerta y a ellos no les importa, porque caminan a gran velocidad”, indicó la joven.
“Los choferes hasta le gritan a uno. No les basta prestar un mal servicio con esos buses que se ven deteriorados sino que hasta lo tratan mal y el que no es dejado se agarra a la boca con ellos”, dice Juana Estrada mientras espera la ruta 172 en la parada de buses del mercado municipal.
Alberto Huete Espinoza, conductor de una unidad de trasporte de la ruta 113, reconoce que generalmente viaja con exceso de pasajeros.
Además señala que la capacidad de un bus es de unas 60 personas, pero que esa cantidad llega a duplicarse por la escasez de buses.
“El problema es que los buses no dan abasto para tanta gente. Ellos por la necesidad de llegar a su trabajo se montan, aunque el bus esté repleto, y nosotros también por necesidad de ganar más los trasladamos”, dice el conductor.
Al mal estado de las unidades de buses, el exceso de los pasajeros y el supuesto maltrato de los transportistas son apenas algunos de los problemas cotidianos del transporte colectivo.
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