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Cartas al Director

HONESTIDAD

“La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones”.   

Juvenal (67-127); poeta satírico romano.

CANDIDATOS PROBOS

 Definitivamente, a seis meses de las elec- ciones generales nosotros como parte del pueblo unido debemos escoger como próximo primer ciudadano y presidente de la República, a alguien que reúna las cualidades de hombre probo, honesto, intachable, respetuoso de las facultades que la Constitución le confiere para hacer cumplir leyes en beneficio de las mayorías. Y sobre todo que consolide las bases de un Estado de Derecho donde nadie esté por encima de la ley y tampoco que la irrespete.

Cuando el Estado sea un servidor eficiente, podremos ver las transformaciones que necesita Nicaragua desde hace 82 años, esclavo del pasado, sumido en guerras civiles, revoluciones, dictadores de derecha e izquierda, de conflictos internacionales, de capitalismo salvaje, de terrorismo de Estado, de persecución religiosa, de un Estado convertido en caja chica y botín de sinvergüenzas descarados que solo llegan a enriquecerse ilícitamente, de pésimas y ridículas pensiones de los jubilados que no van acordes a la inflación galopante, es decir un Estado draconiano que solo sirve para mantener instituciones con más funcionarios de alto rango que empleados que sí necesitan trabajar con eficiencia y honestidad.

Lo peor del caso es que existe una oposición que se divide. Pero es por eso que los ciudadanos deben votar por el mejor candidato, por el que piense en hacer un país próspero, con mejores programas sociales y educativos, para que las futuras generaciones valoren y piensen en amar una Nicaragua verdaderamente democrática y en paz.

Alejandro García

PODER DE LA DEMOCRACIA

 La soberanía política de la democracia pertenece a los ciudadanos, caracterizada por su participación, por la sabia organización del poder público donde deberían de involucrarse todas las fuerzas políticas del país para su continuo desarrollo como acepción moderna para gobernar con nuevos toques y retoques democráticos de beneficio para todos.

Por ejemplo, en las próximas elecciones del 6 de noviembre, la democracia no tiene enemigos, algunos políticos y partidos son los que se debaten en discordias al no comprender y aceptar que la democracia del voto es la que tomará decisiones, no los hombres en el poder, lo cual es incompatible con las formas de gobierno aristocrático y autocrático.

Cabe señalar que la expresión de la democracia popular es un pleonasmo, puesto que la democracia significa gobierno popular, y etc., y no de unos cuantos, es por eso que la ideología de la democracia radica sustancialmente en que todo poder dimana del pueblo y se constituye para su beneficio.

De tal suerte, la democracia tiene prioridad sobre lo que dicta la práctica para entrar a la acción. Por supuesto, de seguro no todos los servidores públicos comparten este paradigma, lo cual les debería ser impuesto o sugerido porque ya es hora que aporten al desarrollo de lo que tenemos de democracia en nuestro país, por el bien del futuro de la democracia nicaragüense, lo cual no hace daño más bien nos beneficia a todos.

Por tanto, el poder moral de los ciudadanos en democracia influye como una fuerza significativa política y de conceptos, como parte de la vértebra principal, médula para no ignorar su poder y sus usos democráticos, que evidentemente es un desafío inevitablemente en la verdadera salud del pueblo para buscar el equilibrio ciudadano aún más y de gobierno democrático.

William Shakespeare, magistralmente en su obra Ricardo Tercero , dice: “Es que yo no sé adular y parecer alegre, no sé sonreírles a las gentes en la cara, suavizar, engañar, hacer trampas, agacharme ni hacer venias francesas con cortesías de mono y por eso me toman como enemigo rencoroso” (pág. 44. Editorial Norma 2004-Bogotá). La realidad es la mejor verdad y esta no hace trampas ni rinde pleitesía a nadie.

La democracia se ve afligida y es como la moneda que padece de inflación y que está en peligro de perder su valor si no se le atiende. La clase política actual debería sentarse a conversar civilizadamente sobre lo que tenemos de democracia para hacer nuevos planteamientos para que continúen desarrollándola. Aclaración

Bayardo Quinto Núñez

D’ANDRIA, NO BONIVER

 En la nota publicada en la edición de ayer viernes, en la sección de Revista, bajo el título “Los italianos en Nicaragua”, erróneamente se escribió en el pie de foto que el nombre del embajador de Italia era Alberto Boniver, siendo lo correcto: Antonio D’Andria.

Ofrecemos nuestras disculpas al embajador D’ Andria por este lamentable error.

La redactora

Opinión
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