Marvin Zelaya abanicó a siete bateadores costeños en dos salidas como relevista el pasado fin de semana y se convirtió en apenas el quinto tirador de mil ponches en los 41 años de la historia moderna de los campeonatos nacionales de beisbol.
Julio Espinoza (1,449), Asdrudes Flores (1,362), Martín Bojorge (1,209) y Diego Raudez (1,121) le dieron la bienvenida al leonés en este exclusivo club.
Sin embargo, la frecuencia de ponches por innings de cada uno de ellos no califica entre las diez mejores de nuestro beisbol.
Los de mil chocolates alcanzaron esa cifra gracias a su durabilidad y consistencia, lo que tiene mucho mérito, así como lo aspiran conseguir en un futuro cercano Álvaro López, quien reúne 815 fusilados y Julio Raudez, quien va por 742.
Por otro lado, ocurre que en las largas carreras de estos tiradores bajó su promedio de abanicados en la recta final, cuando ya no tenían en su brazo la misma fortaleza de la juventud.
De los cinco, Espinoza y Raudez (padre) se aproximan más al concepto de ponchador.
Espinoza es el único del grupo con una temporada de más ponches que innings lanzados (178 K en 175.2 In) en 1974 y de 1971 a 1977 eslabonó una cadena de siete años con 100 o más kaes .
En tanto, Raudez padre recetó 230 ponches en 237 entradas en 1983, incluyendo un partido de 20 abanicados.
Sin embargo, hay tiradores con números más impresionantes y los dos principales son zurdos: Adolfo Álvarez y Martín Polanco.
Álvarez tiene la mejor frecuencia de ponchados en una temporada. En 1980 propinó 186 strikes outs en 168 entradas, para un escalofriante ritmo de 9.96 cada nueve entradas.
De 1980 a 1983, el rivense acumuló 572 ponches en 578.1 entradas, a casi uno por inning.
En el caso de Polanco es el único con dos campañas de más de un ponche por inning. En 1989 abanicó a 105 bateadores en 102.1 entradas y en 1992 aniquiló a 168 en 159.1.
Al igual que Álvarez, Polanco tuvo un período de cuatro años mortífero en la colina.
Entre 1989 y 1992 fue capaz de abanicar a 488 bateadores en 493.1 entradas.
El zurdo leonés Orlando Cuevas también se metió en la pelea, con 132 ponches en 126.2 innings en 1991 y una campaña después abanicó a 173 en 176.
En el repaso de los campeonatos nacionales solamente dos lanzadores cerraron sus carreras con más de un ponche por inning, pero en un tramo muy corto.
Aubrey Taylor abanicó a 320 bateadores en 314.2 innings y Trinidad Vallejos, antes de firmar con Baltimore, ponchó a 232 en 219.1 entradas.
Los ponchadores han desaparecido de nuestro beisbol y el de mejor frecuencia en este momento es el relevista zurdo Justo Pérez, quien lleva 116 chocolates en 112.2 innings desde el 2010, para un ritmo de 9.3 fusilados cada nueve entradas.
En ese mismo período, Carlos Pérez Estrella ha puesto fuera a 200 bateadores por la vía de los strikes, pero en 253 episodios, lo que da una frecuencia de 7.11 cada nueve innings, la cual está por debajo del zurdo Pérez.
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