Mientras el Miami Heat trata de descubrir el antídoto que frene a Dirk Nowitzki, los Mavericks de Dallas podrían tener más trabajo aun intentando lo mismo contra LeBron James y Dwayne Wade, más Chris Bosh, en el otro extremo de la cancha.
Y aunque los expertos debaten respecto a quién tiene más posibilidades de imponerse en esta Final de la NBA, que enfrenta a un club tan equilibrado y compacto como el Heat y a otro abrumador y hambriento de éxito como Dallas, James podría estar en una batalla muy particular frente a la historia.
Desde que comenzó a rebotar por las calles de su natal Akron, en Ohio, aquel balón obsequiado por su madre, LeBron ha parecido destinado para cosas grandiosas en el baloncesto. El problema es que la medida de la grandeza en este deporte fue elevada a su máxima potencia por Michael Jordan, el mejor jugador de todos los tiempos.
Y pese a que tiene dos títulos de Jugador Más Valioso de la NBA en la sala de su casa, a James lo ha perseguido su estrepitoso fracaso en la final del 2007, cuando las Espuelas de San Antonio borraron en cuatro juegos a los Cavaliers de Clevaland con él incluido. Así que tiene esa asignatura pendiente.
Pero James tiene 26 años, uno menos de los 27 de Jordan cuando ganó el primero de sus seis títulos con los Bulls en 1991. Claro, Jordan luego agregó dos más en línea. Y tras retirarse en 1995, volvió para triunfar en 1996, 1997 y 1998, para volver a retirarse después, y luego regresar con Washington, antes de su salida definitiva.
Y todos los que han osado retarlo, han acabado frustrados porque como dijo Magic Johnson, “el mejor jugador del mundo soy yo”. ¿Y Jordan? le increpó un reportero. “Ah, Jordan es de otra galaxia”. Y eso que dicen sus cifras, pero igual que las marcas, las leyendas son el mayor impulso hacia la excelencia.
Así que James afronta a partir de hoy uno de los retos esenciales en su pretensión de dejar huellas y quizá rescribir la historia, pero lo hará a la sombra de Jordan, cuyo impacto dentro y fuera de la cancha no solo ganó campeonatos, sino que ayudó a incrementar la popularidad de este electrizante deporte.
Si en algún momento a James le gustaría ser comparado con Jordan, es mejor que comience a ganar ahora.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 B