CORRESPONSAL/MATAGALPA
“Hay que respetar el dolor, el hambre y la pobreza de este pueblo”, exhortó el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, al criticar la politización que impera en el Hospital César Amador Molina, de Matagalpa, el cual comparó con una casa de campaña de un partido político.
El jerarca católico estuvo visitando enfermos en el centro asistencial y elogió el buen trato que recibió de médicos y enfermeras de quienes dijo “están haciendo una labor grande”. Sin embargo, señaló que “la parte lamentable es que parecía casa de campaña de un partido político y eso es doloroso”.
Monseñor Álvarez calificó la politización y partidización del hospital como “una grosería y hasta vulgaridad” indicando que “cuando la gente no es profesional y es fanática anda tratando las cosas públicas como si fueran cosas de su casa y me dio lástima el hospital de Matagalpa”.
Recientemente, el director del hospital, Henry Dávila, justificó la existencia de afiches y otros artículos propagandísticos del partido gobernante, tan incontables como las plagas de cucarachas que persisten en el centro, señalando que “existe en cada trabajador la libertad que nos permite tener una opción política”.
Según el funcionario, “muchos trabajadores nos sentimos identificados con este proyecto de Gobierno que ha permitido reivindicar derechos a la población”, dijo Dávila en medio de adulaciones al presidente sandinista Daniel Ortega y críticas a los “gobiernos liberales” en los que él fungió como subdirector del Sistema Local de Atención Integral en Salud (Silais), cargo en el que debía velar por el funcionamiento del hospital.
Justificando el proselitismo político en el hospital, Dávila agregó que “como sandinistas que somos, con mucho orgullo, nosotros nos identificamos con este Gobierno”.
POBLACIÓN MERECE RESPETO
Sin embargo, el obispo Álvarez considera que la población merece respeto porque “al hospital no solo llegan miembros de un partido, al hospital llegan enfermos y no llegan a ver campañas publicitarias a favor de un partido, si la gente pobre llega con dolores y a veces con el hígado de fuera, para estar todavía en un ambiente de partidización y totalmente parcializado. Yo creo que hay que respetar el dolor, el hambre y la pobreza de este pueblo”.
“No estamos en contra de nadie ni de ningún partido, estamos en contra del fanatismo, de la partidización de las instituciones públicas, de la manipulación del Estado en provecho de un sector”, enfatizó monseñor Álvarez.
El jerarca católico aclaró que en su visita al hospital “no llegué a preguntar cosas políticas, yo andaba viendo enfermos y no hay necesidad de escuchar quejas (porque) basta ver que hay banderas por todos lados, rótulos partidarios y afiches por todos lados”.
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