La llegada de Kung Fu Panda en 2008 marcó un importante punto y seguido en el sector de la animación digital.
Tiene estupendos méritos artísticos y técnicos, esto por la obligación que imponía a la competencia de redoblar sus esfuerzos para mantener sus identidades y nichos de mercado.
El éxito de aquel golpe de efecto de DreamWorks impulsa esta vez Kung Fu Panda 2, secuela que, afortunadamente, no ha perdido relevancia respecto de su predecesora.
Sobre una sencilla pero nutrida historia firmada por Jonathan Aibel y Glenn Berger, la directora Jennifer Yuh articula una divertida, amena y rapidísima aventura que encuentra en el cuidado técnico de su equipo, una vez más, la mejor de sus virtudes.
El trabajo digital es limpio, claro, muy agradable, con un soberbio uso de la luz, que dota de un ambiente realmente auténtico.
Sin duda alguna esta segunda entrega de Kung Fu Panda, hará gozar a muchos niños, pero a la vez alienta a los mayores a disfrutar de una propuesta que explora perfectamente las cristalinas profundidades de un 3D no abusivo.
VOCES DE LUJO
Dentro de una trama bien hilada, conocemos nuevos aspectos del pasado del protagonista, en una estupenda combinación con la animación tradicional, al que presta su registro Jack Black (Po), quien vuelve a dotar de vida propia a un personaje que se le ajusta perfectamente, puro impulso y pasión inexperta aún cuando ha alcanzado su máxima aspiración imaginable, convertido en el defensor definitivo del Valle.
DIFERENCIA CON LA PRIMERA ENTREGA
Mientras que la primera película se inspiró y utilizó materiales de referencia numerosos libros y búsquedas en el Internet sobre arte, arquitectura, símbolos, vestuario, cocina, paisajes de China, además de asesoramiento con expertos culturales.
El segundo filme fue una experiencia práctica para los realizadores, quienes exploraron todas esas facetas con sus propios ojos durante varias semanas en varios sitios en China.
El equipo creativo visitó la antigua ciudad amurallada de Pingyao, el monasterio Shaolin y Pekín, pero se concentró durante más tiempo en Chengdu, en el sureste de la provincia Sichuan.
Visitaron una reserva de panda y los templos y santuarios budistas y taoístas, muchos de los cuales se encuentran en las montañas místicas llenas de neblina del área.
Aún con todos los adelantos tecnológicos, la adición de más acción y medioambientes más impresionantes, además del impacto visual del 3D, Kung Fu Panda 2 continúa siendo la historia de un soñador llamado Po.
“Aunque la mayoría de nosotros no somos pandas que se convierten en maestros del kung fu, todos tenemos sueños secretos y pensamos, por alguna razón, que no podemos realmente hacer lo que deseamos porque quizás otras personas nos dicen que no somos lo suficiente buenos para lograrlo”, reflexiona Jonathan Aibel.
“Así que pienso que es la vulnerabilidad de Po y el hecho que nunca se rinde y finalmente triunfa lo que hace que nos identifiquemos con sus aventuras”.
PO ES AMENAZADO
En esta segunda entrega el héroe panda Po está ahora viviendo su sueño como Guerrero Dragón, protegiendo el Valle de la Paz junto a sus amigos y compañeros maestros del kung fu, los Cinco Furiosos: Tigresa (Angelina Jolie), Mono (Jackie Chan), Mantis (Seth Rogen), Víbora (Lucy Liu) y Grulla (David Cross).
Pero su nueva e impresionante vida se encuentra amenazada por la aparición de un formidable villano, Lord Shen (Gary Oldman), quien planea usar un arma secreta invencible para conquistar China y destruir el kung fu.
Po debe volver la vista a su pasado para descubrir los secretos de sus misteriosos orígenes, solo entonces será capaz de reunir las fuerzas necesarias para vencer.
A partir de hoy podrá disfrutar de esta magnífica propuesta visual animada en las salas de cine de su preferencia.
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