Las tasas de los intereses que se cobran en los préstamos que otorgan las microfinancieras tenderán a reducirse durante los próximos tres años, como efecto de las regulaciones al sector que establece la Ley de Fomento y Regulación de las Microfinanzas.
El presidente del BCN, Antenor Rosales, dijo esperar que la ley contribuya a recuperar los recursos que dichas instituciones perdieron.
Además, dijo “respetar” la decisión de los diputados de que la legislación no cubra a Alba Caruna que, aunque oficialmente es una cooperativa de ahorro y crédito, actúa como una financiera de segundo piso.
“Nosotros como gobierno y como banco y Banco Central en particular, observamos que los diputados han sabido escuchar un clamor nacional que dice que es necesario regular un sector, a través de una ley que permita el financiamiento, pero también que impulse la cultura de pago”, declaró Rosales.
Rosales insistió en que la Ley de Microfinanzas es “un marco regulatorio para quienes otorgan microcrédito, para el sector de las microfinanzas, entonces no se trata de incluir o no a una entidad particular”, es decir a Alba Caruna.
El diputado Eduardo Montealegre dijo que en realidad la ley regula a Alba Caruna “porque regula toda actividad de microfinanzas y Alba Caruna debe acatarla en sus actividades micronfinancieras”, dijo.
Rosales dejó claro que Nicaragua cumplirá con el compromiso asumido ante el FMI de emitir normas que establezcan criterios estándares que faciliten la publicación de los estados contables auditados de las cooperativas de ahorro y crédito, incluyendo a Alba Caruna.
“La medida es general, las medidas particulares no abonan a crear un sistema legal que garanticen transparencia y seguridad jurídica, de manera que (la norma a ser emitida en las próximas semanas) es para todas (las cooperativas de ahorro y crédito) sin excepción”, confirmó Rosales.
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La ley se aprobó en lo particular en la Asamblea Nacional con 54 votos, siendo respaldada por todas las bancadas. Ya había sido aprobada en lo general en 2006.
La reducción de los intereses es el efecto que tendrá el mercado del microcrédito, según los presidentes de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto, Wálmaro Gutiérrez y René Romero, de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas (Asomif).
Gutiérrez, diputado sandinista, explica que la nueva ley “prohíbe agregar a la tasa de interés” que se acuerde cobrar al usuario de las microfinancieras una serie de elementos que encarecen actualmente el crédito y “lo convierten en leoninos”.
Dice que aunque la tasa de interés de los préstamos seguirá siendo pactada de manera libre, “se establece que solo se puede cobrar una única tasa de interés efectiva” prohibiendo poder agregar a ese porcentaje cargas de comisiones “que la hacen crecer de manera anómala”.
“Yo puedo (actualmente) cobrarte el 16 por ciento de tu tasa, pero si empiezo a crearte cargos por mantenimiento de valor, transferencia tecnológica, visitas de campo y cualquier cosa que se me ocurra en concepto de gasto y comisiones, sencillamente la tasa no es del 16, sino del 30, 40, 50 y 60 por ciento”, asegura Gutiérrez.
Agrega que la única tasa adicional que podrá cobrarse es la de interés moratorio, la cual igualmente tiene un límite, pues no podrá ser mayor al 25 por ciento de la tasa del interés corriente pactada cuando se aprobó el crédito.
Igual quedó prohibido que las microfinancieras calculen el cobro de los intereses moratorios sobre el monto del préstamo que adquirió el usuario cuando firmó el contrato, donde no deben estar incluidos otros intereses.
Las microfinancieras tendrán obligación de publicar los modelos de los contratos.
ASOMIF: HABRÁ REDUCCIÓN DE TASA DE INTERÉS
Romero, de Asomif, cree que sí habrá una reducción de la tasa de interés los próximos tres años, pues “al existir institucionalidad” las microfinancieras tendrán que ser más eficientes en los gastos operativos para impulsar su expansión en el mercado. La tasa de interés promedio actual es del 40 por ciento anual.
Asomif agrupa a 22 de las 45 microfinancieras que operan en el país. La cartera de Asomif se redujo de 250 millones de dólares a 181 millones de dólares en dos años.
Asimismo cubren a 275 mil clientes cuyos préstamos oscilan entre 1,200 y 1,500 dólares.
RETOMAR CRECIMIENTO
Gutiérrez y Romero coinciden en que la nueva ley establece claridad sobre cuáles son las entidades que podrán ofrecer los servicios del microcrédito y el marco legal en que se desarrollarán.
La entidad reguladora y supervisora será la Comisión Nacional de Microfinanzas (Conami), ante la cual será obligación registrarse por parte de toda entidad que quiera intervenir en la actividad del microcrédito.
Una de las nuevas normas es que los Organismos No Gubernamentales (ONG) tendrán que renunciar a su personería jurídica para funcionar como microfinancieras.
Dice el diputado Gutiérrez que actualmente muchas ONG buscan fondos en el exterior que terminan colocando como créditos y acaban convertidas en bancos tras ejercer una actividad que no les fue aprobada.
Asomif prevé lograr una recuperación por el sector de la capitalización de los fondeadores externos al retomar la confianza hacia el país, tras perder el último año 80 millones de dólares.
Esta pérdida fue consecuencia de la crisis generada por el movimiento de los No Pago (el cual fue apoyado por el presidente de la República, Daniel Ortega).
Se espera que el sector logre colocar en un año unos 20 mil nuevos créditos, de los 35 mil que dejó de distribuir el último año.
ALBA CARUNA PRIVILEGIADA
Durante la aprobación de la ley, no logró pasar la moción del diputado Víctor Hugo Tinoco, de la bancada del MRS, para que las cooperativas que no se limitan al crédito y ahorro, como es el caso de Alba Caruna, quedaran obligadas a someterse a las regulaciones de las Ley de Microfinanzas.
Pero 41 votos de los sandinistas, del PLC y ALN evitaron incorporar este cambio. En tanto, Eduardo Montealegre, de la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN), cuestionó que las Alba Caruna queden como una cooperativa “supranacional”, porque la Ley de Cooperativas no establece ninguna regulación cuando ofrecen créditos a quienes no son sus afiliados. La BDN se abstuvo de votar en al capítulo uno de la ley.
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