Las denuncias por contaminación al medio ambiente y por anomalías e incumplimiento de acuerdos de parte de las urbanizadoras siguen lloviendo.
En esta semana, el turno le tocó a una decena de vecinos del Residencial Montecristi, quienes hasta interpusieron una denuncia en la Policía Nacional debido a la supuesta estafa de parte de Desarrolladora Integral S.A. (Desinsa).
“Cuando querían vendernos las casas nos ofrecieron casi una isla de la fantasía y ahora, 12 años después han incumplido los compromisos. No tenemos el parque que prometieron, la seguridad que prometieron, y el parqueo que habían respetado ahora lo están poniendo a la venta”, se quejó Yanina Guerrero, una de las denunciantes.
Auxiliadora Gómez, otra de las inconformes, aseguró que en Montecristi también hay serios problemas de inundación debido a la ausencia de un drenaje pluvial integral. Además, “las casas se han deteriorado con mucha rapidez debido a la falta de calidad”.
En Montecristi, ubicado al norte del sector de la Carnic, hay unas 300 viviendas y se espera que los vecinos se reunan hoy por la tarde para definir una nueva estrategia ante las anomalías del lugar.
LA PRENSA llegó hasta las oficinas de Desinsa, en busca de su versión, pero nadie atendió al equipo.
También se llamó a Silvio Estrada, quien ha sido el representante de la urbanizadora ante los vecinos. Sin embargo, tampoco fue localizado.
ANOMALÍAS PICAN Y SE EXTIENDEN
Los problemas no solo se han dado en Montecristi, en general las urbanizadoras enfrentan graves deficiencias en el departamento de Managua.
En marzo por ejemplo, la Procuraduría General de la República (PGR) llevó a los juzgados a la urbanización Ríos de Agua Viva, ubicada en Sábana Grande.
El proceso judicial inició porque la urbanizadora tenía un manejo inadecuado de las aguas residuales provocando contaminación al suelo y subsuelo. Esta situación pone en alto riesgo el manto acuífero de la zona y afecta de manera directa a los pozos de Enacal y la salud de los pobladores en el lugar.
Durante 2007 ya se habían detectado a otras 40 urbanizadoras que tenían deficientes sistemas de drenaje sanitario.
A inicios de este año, hasta la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif) tuvo que ver con el funcionamiento de las urbanizadoras porque las empresas constructoras de viviendas financiadas con créditos hipotecarios no entregaban las casas en los plazos que establecidos en los contratos. LA PRENSA llamó a Ingrid Herrera, directiva de la Cámara de Urbanizadoras, para consultarle del tema. No fue contactada.
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