WASHINGTON/AFP
Funcionarios estadounidenses advirtieron ayer en el Congreso que no descartan “ninguna opción” en cuanto a sanciones contra Venezuela por su relación con Irán y su inacción contra el narcotráfico, aunque el canciller venezolano Nicolás Maduro rechazó las advertencias y recalcó que estas amenazas solo avivan el patriotismo.
“Ninguna opción está fuera de la mesa y el departamento continuará estudiando cualquier acción adicional que pueda ser necesaria en el futuro”, señaló Kevin Whitaker, de la oficina para América Latina del Departamento de Estado en una audiencia ayer ante la Cámara de Representantes.
“El Departamento [de Estado] instó con fuerza a Venezuela a tomar el camino de la cooperación y la responsabilidad en vez de seguir aislándose, y lo seguiremos haciendo”, dijo Whitaker, que fue ministro consejero en la embajada estadounidense en Caracas de 2005 a 2007.
RECHAZAN ADVERTENCIAS
Las advertencias del Congreso fueron rechazadas por el canciller venezolano. “Repudiamos las propuestas (…) Nuestro pueblo está absolutamente seguro y tiene confianza para no solamente enfrentar estas amenazas de la Cámara de Representantes, sino para salir adelante si se llegaran a concretar”, declaró Maduro a la prensa.
Estados Unidos impuso sanciones a la petrolera estatal venezolana PDVSA el 24 de mayo por sus relaciones comerciales con Irán porque, a su juicio, contraviene las sanciones internacionales decididas contra los iraníes por su programa nuclear.
Las sanciones le impiden a PDVSA participar en contratos directamente con Washington, acceder a cierto financiamiento y obtener licencias para tecnologías petroleras estadounidenses.
Maduro aseguró que las advertencias de EE.UU., “solo crearon una ola de sentimiento patrio, de solidaridad internacional y ahí está PDVSA, creciendo, consolidándose. Cualquier amenaza que ellos tomen nos consolida como país”.
“No hay extremista fascista en el mundo que pueda amenazar a nuestra patria. Estamos preparados para relacionarnos con los países que consideramos conveniente relacionarnos”, retó el canciller.
Al Departamento de Estado le preocupan los nexos de Venezuela con Irán, su “apoyo a la (guerrilla colombiana marxista) FARC”, su “débil cooperación” en antiterrorismo y su “demostrable falta de cumplimiento de sus obligaciones internacionales antidrogas”, dijo Daniel Benjamin, coordinador de antiterrorismo del Departamento de Estado, en la audiencia convocada por los republicanos para discutir nuevas sanciones contra Venezuela.
El jefe de la subcomisión para América Latina de la Cámara de Representantes, el republicano Connie Mack (Florida), insistió durante la audiencia en que Venezuela debe ser designada como “Estado patrocinador del terrorismo”, un título que Estados Unidos le otorga a Cuba, Irán, Sudán y Siria.
Además, Mack afirmó que las sanciones tomadas contra PDVSA han sido débiles. “Queremos ver sanciones que afecten la industria petrolera (…) Todo ese petróleo está financiando la capacidad (de Chávez) para patrocinar el terrorismo”, dijo el legislador.
Pero Benjamin se mostró reacio. Si Washington toma esa decisión podría afectar las operaciones de numerosas empresas estadounidenses en Venezuela, dijo.
Maduro también atacó las declaraciones de Mack, a quien llamó “loco fascista”.
“Lamentablemente el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes (del Congreso de Estados Unidos) está en manos de un loco fascista de la extrema derecha estadounidense que viene acorralando a todos los sectores”, expresó Maduro.
El jefe de la diplomacia venezolana repudió lo dicho por Mack y le atribuyó tener “una agenda extremista en contra de varios países del mundo, entre ellos Venezuela”.
Venezuela, miembro de la OPEP, es el quinto proveedor de crudo de Estados Unidos, con un suministro que ronda el millón de barriles diarios.
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