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“Somoza Debayle era un sargentón”

Es un hombre que inspira respeto, todo un “ gentleman”, con aire de pergamino y de libro abierto. Habla al estilo Sherezade y mil y una noches, tejiendo y destejiendo mitos y verdades, anacronismos y tratados, anécdotas y enciclopedias. Debe ser una de las mentes más brillantes de Nicaragua. Sin embargo, don Bayardo Cuadra no se ha esforzado en perfilarse como gran intelectual en los medios de comunicación, prefiere permanecer tras los telones, respondiendo a consultas acerca de cine, música, deportes e historia, cuatro campos de los que pocos conocen tanto como él.

Por Amalia del Cid.- Es un hombre que inspira respeto, todo un “ gentleman”, con aire de pergamino y de libro abierto. Habla al estilo Sherezade y mil y una noches, tejiendo y destejiendo mitos y verdades, anacronismos y tratados, anécdotas y enciclopedias. Debe ser una de las mentes más brillantes de Nicaragua. Sin embargo, don Bayardo Cuadra no se ha esforzado en perfilarse como gran intelectual en los medios de comunicación, prefiere permanecer tras los telones, respondiendo a consultas acerca de cine, música, deportes e historia, cuatro campos de los que pocos conocen tanto como él.

Ha vivido 72 años y presenciado varios episodios cruciales en la biografía de nuestro país. Dueño de una memoria prodigiosa y porfiada, recuerda hasta los más breves detalles de lo que fue ayer, como lo que dijo Anastasio Somoza García el día en que él, por entonces un adolescente, lo conoció, o las películas que se presentaron en la inauguración del desaparecido Teatro Salazar.

Tal vez por eso tiene una visión tan clara de lo que pasa hoy y una idea concisa de lo que podría ocurrir mañana.

Allí en la casa azul donde reside, dentro del perímetro resguardado por la Policía para la tranquilidad de su vecino, el presidente Daniel Ortega, don Bayardo concedió una entrevista a Domingo , en la que habla a sus anchas de sus mayores pasiones, de leyendas, momentos y personajes y de por qué en Nicaragua seguimos y seguimos repitiendo la historia.

:::¿Cómo un ingeniero químico, o sea usted, se convirtió en historiador?

No es por ingeniero, es por uno. Ser historiador es una consecuencia de mi actividad como persona, que me ha ido enriqueciendo. Yo empecé a leer a los tres años, era muy curioso. Además recuerdo que en la secundaria un profesor me decía: “Todos los días analizate, si has aprendido algo, felicitate; si no, preocupate”.

:::¿Ha sido ratón de biblioteca?

Sí. Pero de joven yo iba al cine, escuchaba música e incluso iba a fiestas; nunca me vieron estudiando a medianoche y aun así era buen alumno. Lo que pasa es que ahora los chavalos ya no leen y el nivel de educación ha bajado. Uno escucha a los que hablan en la televisión y dice: ¡Dios mío!

:::Además de historiador, usted es cronista deportivo y ama el beisbol. ¿De dónde viene esa pasión?

Fue causal. Cuando yo era niño, uno de mis primos me llevaba al estadio viejo y yo veía los juegos y coleccionaba las figuritas que venían con los chocolates. Una vez un padrino me regaló cinco córdobas, que entonces era un capital, y compré una bolsa con cien tabletas de chocolate, me di una empachada que en 20 años no lo quise volver a probar (ríe).

:::¿Otras aficiones?

La música y el cine norteamericano y mexicano, porque de niño una tía mía que está cumpliendo 90 años me llevaba al cine a ver películas muy bonitas de música, bailes y actores que ahora no se ven.

:::¿Nostalgia del pasado?

Es una reacción natural del ser humano, una tendencia casi inconsciente a que en el momento de echar una mirada hacia atrás los hechos negativos queden superados por los recuerdos buenos. No importa el tipo de infancia que uno haya tenido, siempre hay algo que te recuerda a tu mamá o a tu primera novia. La primera novia no se olvida.

:::Volvamos a Nicaragua y al deporte. ¿Cuál fue la época de oro?

Esa todavía está un poquito a la espera. Sin embargo, en los años 60 y 70 el beisbol en Nicaragua era de alta calidad. También el futbol estaba en auge, había apoyo del sector privado; estaban el Milca Roja y el Santa Cecilia. Ahora a la pobre Nicaragua en futbol todo el mundo la penquea, porque ya pasó esa época. En boxeo tenemos como referencia a Alexis Argüello, un hombre al que yo admiraba mucho porque a la hora de entrenar era un ermitaño, solo pensaba en que tenía que ganar la batalla. Era extraordinario, por eso llegó a ser lo que fue.

:::¿Qué hubo antes de Alexis?

Estaban (Eduardo) “El Ratón” Mojica y (Francisco) “El Toro” Coronado, pero no tuvieron la suerte ni la disciplina de Alexis. En ese tiempo, para ser campeón mundial debías tener al menos 60 peleas y haberte fajado con lo mejor de la división. Alexis se fajó con lo mejor del mundo y ganó; por eso se le reconoce como un boxeador de primera línea. La gente lo quería. A mí no me gusta ese monumento que le hicieron ahí y a un amigo mío que es arquitecto, tampoco, dice que parece una escena del purgatorio (se ríe).

:::¿En la actualidad tenemos a alguien que se acerque a Alexis?

Nada de lo que hay actualmente se le acerca. Mayorga debería estar preso, un violador, y Rosendo a veces fue mediocre, sin el hambre de triunfo que tenía Alexis.

:::Usted sabe mucho de los Somoza, hablemos un poco acerca de ellos.

Mucho se ha hablado ya de Anastasio Somoza Debayle, cuando en realidad Anastasio Somoza García es nuestro campeón olímpico en dictadura, sagacidad y astucia. Tacho viejo era un gran fisonomista, si te veía una vez no se le olvidaba tu cara. Tengo un amigo que me cuenta: “Fijate que a Eduardo Montealegre me lo han presentado tres veces y siempre dice: ¡Hola! ¿qué tal, hombre? mucho gusto”. Pero Somoza recordaba a la gente, por eso llegó a ser un gran caudillo. Claro, a veces te decía: ‘¡Ideay hijo de la tal por cual!’, pero nadie se sentía ofendido por eso. Tenía gracia. Su trato era entre afable y excesivamente familiar.

:::¿Cómo lo conoció?

En ocasiones, cuando había promociones en el colegio donde me bachilleré, el Pedagógico de Diriamba, él llegaba y saludaba. Lógicamente por la diferencia de edades uno no podía ponerse en plano estudiante- autoridad.

:::¿Y cómo eran sus hijos?

Luis Somoza era muy político, sacó eso a la familia Sacasa de su mamá. A él le tocó una época bien difícil, con insurrecciones de todo tipo. Algunas las manejó bien, sin muertos, pudiendo haber matado a mucha gente.

:::¿Y Tacho Somoza Debayle?

No era sagaz, no era astuto, era torpe. Era un sargentón, bien rústico y bien rudo. Solo con sus guardias se sentía bien. Se ponía una bata de baño, se sentaba en una alfombra a tomar tragos con los amigos. Se acomplejaba porque en su familia era el más moreno y le llamaban negro, una palabra que él consideraba un insulto.

:::¿Qué es lo que más recuerda de él?

Yo tuve la gerencia del Ifagán. En un momento dado, durante la insurrección, cortaron la energía eléctrica y la carne no se podía tener congelada, así que la empezamos a despachar en aviones para Estados Unidos. Tacho Somoza Debayle, dueño de la Carnic, se dio cuenta. El 10 de julio del 79 me llamó por teléfono: “Ingeniero, ¿es cierto que usted está sacando carne para Miami?, ¿podría cederme un vuelo?” Así fue por dos o tres días. Pero me di cuenta de que en el último vuelo ya no sacó carne, sino todo el menaje de casa de la Dinorah (suelta una carcajada). Tacho estaba perdiendo la guerra, pero yo no lo escuché ni achantado, ni triste, ni sobresaltado. Hablaba como un hombre de negocios.

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:::¿Qué cuenta de doña Dinorah Sampson?

No quiero hablar de ella y de sus amantes, no me interesa. Fue una mujer con poder y grandes influencias sobre Somoza. A los 15 años ya era una muchacha bien hecha, muy guapa, y los hombres la perseguían. No se puede decir que era mala, no sacaba dinero a sus amantes. Su vida fue producto del medio.

:::¿Y doña Hope Portocarrero?

Era todo lo contrario. Con su presencia y carisma conseguía fondos y donaciones para obras. Una mujer muy atractiva, elegante, una dama de primera línea. Nunca habló mal de su marido, ni se quejó en público de su situación de esposa abandonada.

:::¿Los políticos de ahora son malas imitaciones de Somoza?

El primero es (Arnoldo) Alemán. Quiere aparecer llamando a las masas y ser popular; es una copia al carbón, pero mala. Ya sabemos que Somoza García era un bandido, no era una monja de la caridad; pero tenía un carisma que no tiene Alemán.

:::¿Y el presidente Daniel Ortega?

Yo lo conocí de chavalo. Él y sus hermanos tenían fama de vagos; pero el papá era un show, usaba boina, salía con su radio a la calle y platicaba con todo el que pasaba. Leía mucho y era medio de izquierda. Daniel estudió un poco y se metió a la lucha como una forma de protesta, siempre detrás de esto el resentimiento social, por eso ahora el que no tuvo trata de tener, todos quieren lo mejor para sus hijos.

:::¿Qué dice de doña Rosario Murillo?

Una mujer súper inteligente. La conocí cuando era secretaria de Pablo Antonio Cuadra, ahí en LA PRENSA. El papá de ella, ganadero, tuvo dinero para mandarla a estudiar a Suiza. Es culta, talentosa y astuta, creo que todo lo que hace Daniel es producto de los planes de ella, incluso haber llegado a la Presidencia. Él no es un hombre de luces. Vos oís hablar a una persona y a los diez minutos te das cuenta, como dicen en el beisbol, si trae algo en la bola. Pero ellos están haciendo su plan y a como sea van a ganar las elecciones.

:::¿Qué le pasó a la revolución?

No sé si reírme o llorar. Murieron tendaladas de muchachos, a mi chofer lo mató un francotirador sandinista. ¿Y toda esa gente murió para qué? ¡Seguimos igual! Seguimos siendo un país que vive de la limosna. De la revolución mexicana se dice que se bajó del caballo y se subió a un Cadillac. Allí todo el mundo es multimillonario a nombre de la revolución. Y ya ves Cuba cómo está, un montón de viejos tratando de gobernar un país y no hallan la forma de hacerlo.

:::¿Qué ocurrió aquí?

Fue una especie de despertar cruel después de la tiranía de los Somoza, pero se ha quedado en el tiempo como un recuerdo nada más. Muy poca gente te puede decir que su vida prosperó después de 1979. En realidad aquí el que es talentoso y puede se va del país a buscar oportunidades de trabajo y estudio. Se han ido hasta los buenos zapateros, por eso fue que cayó la industria zapatera de Masaya y no ha vuelto a surgir a pesar de que es un pueblo laborioso. Es triste ver que no se sabe cuándo vamos a salir de esto.

:::A su juicio, cinco momentos memorables en la historia de Nicaragua…

(Aquí don Bayardo se ajusta el traje de historiador y no solo menciona acontecimientos, también suelta, contento, una sarta de fechas). Cinco momentos… yo diría que el primero es cuando Cristóbal Colón descubre Nicaragua, en 1502, y empezamos a aparecer en los mapas, aunque mal hechos, pero ya estamos en un plano muy distinto. El segundo gran acontecimiento es la Independencia, en 1821. Después, la Guerra Nacional, en 1856, estábamos por perder nuestra identidad como república, íbamos a ser un estado más de Estados Unidos o quedar como Panamá y Puerto Rico. El cuarto momento es el nacimiento de Rubén Darío, ocurrido en 1867. Él se convirtió en el mejor embajador que ha tenido Nicaragua. El quinto lugar se lo doy a las dos memorables visitas del papa Juan Pablo II, en 1983 y 1996.

:::¿Y los de Managua?

Primero cuando es elevada a ciudad, en 1846; después cuando la declaran capital, en 1852. El tercer momento es el terremoto del 31 de marzo de 1931; el cuarto, el terremoto del 23 de diciembre de 1972. El quinto se lo vuelvo a dejar a la religión: en 1914 el Vaticano decidió que en Nicaragua se crearan varios obispados y nombró Arzobispo a monseñor José Antonio Lezcano y Ortega, que para mí era un santo. Esa fue como una coronita para Managua.

:::¿Cuáles son los personajes más importantes y decisivos en la historia de nuestro país?

Eso es bien discutible. Ni próceres, ni gobernantes. Creo que solo Rubén Darío. Aunque Sandino, ya fuera de cualquier enfoque político, poco a poco va adquiriendo su verdadera posición. Uno lo respeta, lo admira y lo celebra. Sobre todo comparándolo con los políticos de ahora, que no tienen esa imagen, la de un hombre que quién sabe dónde está enterrado, cuando lo único que reclamaba era un palmo de tierra para que lo enterraran. En cambio los políticos de ahora, ¡ay, Dios mío!, no se pueden comparar con algo tan limpio como Sandino.

:::¿No hay otro personaje?

Dicen algunos que fue admirable (José Santos) Zelaya, porque fue de los que más impulsaron y quisieron un país moderno. Pero él quiso perpetuarse en el poder y se quedó 17 años hasta que los gringos lo quitaron. Se arrepintió de todo lo que había proclamado e hizo barbaridades.

:::¿Qué le enseña el pasado a Nicaragua?

Que no debemos repetir los errores, sino imitar las cosas buenas que se han hecho.

:::¿Estamos repitiendo la historia?

La historia es cíclica. He perdido las esperanzas de que lleguemos a lo que muchos llaman democracia. Somoza viejo tenía una frase que decía que darle democracia a Nicaragua es como darle chile a un niño. Fijate qué cruel es esa expresión, pero sigue siendo verdadera. Aquí los que se dicen líderes demócratas son un montón de vendidos, Daniel se los compra a todos con que les suba la oferta; solo andan buscando un precio. Este país no tiene de dónde arreglarse con políticos venales, corruptos, vendidos al caudillo. Eso siempre ha habido aquí. Estamos repitiendo la historia.

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