El Gobierno de Nicaragua está ejecutando proyectos sin tomar en cuenta los estudios de impacto ambiental, necesarios para que una construcción o población no colapse cuando llueva o haya temblores.
Esto lo confirmó el Club de Jóvenes Ambientalistas (CJA), que le da seguimiento a los estudios de impacto ambiental que se realizan en Nicaragua.
“La mayoría de proyectos de inversiones del país se sabe que tienen impactos muy graves, como los hidroeléctricos, muchos de estos, lamentablemente, son ejecutados por el Gobierno (sin estudios de impacto ambiental)”, afirmó Rafael Estrada, presidente del Club de Jóvenes Ambientalistas.
Según los datos del CJA, solo 12 estudios de impacto ambiental salieron a luz pública el año pasado. Esa cantidad es menor a la que ejecuta cualquier institución pública en 12 meses de trabajo.
Para dar un ejemplo, sólo la Alcaldía de Managua ejecutó 131 proyectos el año pasado, y eso que no concretó el ciento por ciento de lo que tenía planificado.
Otras fuentes del sector ambiental han insistido en poner como ejemplos al puerto Salvador Allende en Managua y la infraestructura de una zona franca en Villa El Carmen, que no ejecutaron —o no tomaron en cuenta—, los estudios de impacto ambiental obligatorios por ley.
Hasta ahora, pese a las denuncias de los ambientalistas, el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) mantiene en secreto todo lo relacionado con el Gobierno y la actividad referente al medio ambiente.
LA DISCRECIONALIDAD
Al silencio sigue la discrecionalidad que tampoco es saludable, según Hubert Méndez, miembro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). “La base de la corrupción es la discrecionalidad. Pues un funcionario puede decidir a voluntad”, comentó Méndez, quien es especialista en estudios de impacto ambiental a nivel de Centroamérica.
El problema con los estudios de impacto ambiental no es que se realicen o no, sino las consecuencias que eso trae.
Hasta el año pasado, el puerto Allende quedaba bajo agua casi con cualquier lluvia fuerte. “La humanidad no puede seguir tratando a la naturaleza como si ella no tuviera reacción. El estudio de impacto ambiental tiene que prever la capacidad de soporte de la naturaleza; esa es la base del desarrollo sostenible”, comentó Méndez.
A pesar de que el Gobierno sabe esto, los datos del CJA indican que los estudios de impacto ambiental cada vez son menos populares.
En 2007 se reportaron 72 estudios de impacto ambiental. En 2008 la cantidad se redujo a 30.
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