Desde hace aproximadamente siete meses que no existen coordinaciones entre la Policía y los taxistas, para combatir los asaltos que a diario sufren los profesionales del volante, revelaron dos dirigentes de este gremio.
Los taxistas de Managua caminan “a ojo de buen cubero”, buscando pasajeros que por su aspecto no resulten ladrones y “pidiéndole a Dios” no toparse con ningún asaltante, señaló este sábado uno de los representantes de este gremio, Reynaldo Bermúdez.
“La delincuencia no tiene horarios, pero por las noches es peor”, dice Bermúdez, quien afirma que los sectores más peligrosos son los barrios cercanos a la costa del Lago de Managua.
Es el caso de los barrios Las Torres, Selim Shible, Hugo Chávez, Camilo Chamorro, La Primavera, Quinta Nina, entre otros.
“Es una cuestión de la Policía, de orden público”, agrega con cierta desilusión Bermúdez, quien confiesa que desde hace siete meses ya no realizan ninguna coordinación con la Policía para luchar contra la delincuencia en Managua, y los asaltos en contra de taxistas.
“La Policía no nos atiende”, explica el taxista, quien resalta que la última reunión con la institución del orden público se realizó en noviembre del pasado año 2010 y el último plan que se ejecutó en conjunto fue el de Navidad, en diciembre pasado.
Bermúdez, presidente de la Unión de Cooperativas de Taxis de Managua (Unicootaxma), señala que el problema se agrava porque la delincuencia va mejorando sus técnicas para cometer los asaltos en los taxis, pues ahora se disfrazan de personas decentes y eso hace que al taxista se le dificulte detectar a los ladrones.
Estadísticamente es difícil conocer cuántos taxistas son asaltados, ya que hay diversas cooperativas, pero Bermúdez detalló que las 12 cooperativas que conforman Unicootaxma a diario reportan hechos violentos en contra de los taxistas.
COMUNICACIÓN OBSTRUIDA
El presidente del Movimiento Unido de Transportistas Nicaragüenses (Mutranic), Gerardo Matus, confirmó la falta de comunicación que existe entre los transportistas y la Policía Nacional para combatir la violencia en contra de los taxistas y los pasajeros.
Para Matus una de las causas de esa falta de comunicación con la Policía es la interferencia que hace el Instituto Regulador del Transporte Municipal de Managua (Irtramma), Francisco Alvarado, quien supuestamente ha obstruido el contacto entre los taxistas y el jefe de la Policía de Managua, comisionado mayor Róger Ramírez.
La explicación al porqué Alvarado estaría actuando de esta manera podría deberse a que en múltiples ocasiones los taxistas lo han denunciado por presuntos malos manejos en el Irtramma, indicó Matus.
Matus considera que ha habido un retroceso en la organización de los taxistas de Managua, porque se ha perdido hasta la norma de que cada taxista debe portar su identificación en grande, a la vista de los pasajeros.
“Antes era costumbre que nos reuniéramos con la Policía, ahora eso se ha perdido. La Policía no toma cartas en el asunto (de los asaltos a taxis)”, expresó Matus.
ALVARADO MINIMIZÓ
El jueves pasado, cuando se le consultó sobre la violencia que azota a Managua, el director del Irtramma, Francisco Alvarado, minimizó el impacto de la inseguridad en la población y los conductores de las rutas urbanas de la capital.
“Toda ciudad tiene que lidiar siempre con el tema de seguridad ciudadana (…), con jóvenes en riesgo que pueden estar causando daño a las unidades, pero es propio de este bajo nivel de inseguridad que se tiene en esas zonas”, dijo Alvarado.
La voz de alerta de que hay demasiados riesgos en el sector transporte, la dieron hace algunos días los conductores de 28 unidades de la ruta 165, quienes anunciaron la suspensión del servicio para los barrios Las Torres y Pedro Joaquín Chamorro, debido al incremento de los robos y otros delitos en esas zonas del Distrito Cuatro de Managua. Sin embargo, la violencia se extiende a otras zonas de la capital.
“El peligro de la delincuencia está en todo el recorrido de la ruta. Ya ves lo que pasó en la ruta 114 (un tiroteo entre delincuentes y Policía) y en las demás unidades seguimos amenazados”, indicó el transportista de la ruta 163, René Escobar.
PROBLEMAS EN EL MAYOREO
La ruta 163 circula por Sabana Grande y en el sector del Mercado Oriental. Casi en el otro extremo de la ciudad, los conductores de la ruta 104, organizados en la Cooperativa Omar Baca que a su vez forma parte de la Unión Regional de Cooperativas de Transporte Colectivo (Urecootraco), también enfrentan serios problemas con la delincuencia en el sector del barrio Hialeah.
En el mercado de Mayoreo también hay problemas, porque “aquí por ejemplo, el patrullaje (policial) brilla por su ausencia, entonces uno anda en alto riesgo”, reconoce uno de los conductores de la 104.
Para los conductores de las rutas 107 y 158, la inseguridad se incrementa en Loma Linda. Mientras, para los transportistas de la minirruta 4, el problema es en la entrada al Zumen y Villa Roma.
“Lo que sucede es que aquí la población conoce a los delincuentes, pero no los denuncia por miedo a las represalias y la Policía pues no le ha puesto suficiente atención al asunto”, dice por su parte el presidente de la Cooperativa 12 de Octubre, que aglutina a la ruta 165.
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