CORRESPONSAL/NUEVA SEGOVIA
- Haydée Castillo Flores, directora del Instituto de Liderazgo de Las Segovias y coordinadora Capítulo Nicaragua CC-SICA, comentó que “las mujeres somos sujetos con capacidades, sabiduría, talentos y derechos, que no pueden solventarse con favores, pues los recursos que proceden de nuestros mismos impuestos y de los que se convierten en deuda pública nos pertenecen, queremos oportunidades, no regalos ni ayudas carismáticas, no queremos más subordinación de ningún tipo, sino la autonomía de nuestros cuerpos y de nuestras decisiones”.
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Unas 120 mujeres de Nueva Segovia, Somoto (Madriz) y Condega (Estelí), participantes en el primer Encuentro de Mujeres de Las Segovias, que llevó por lema Resignificando Nuestros Derechos Económicos y Sociales, demandaron del Estado nicaragüense la implementación de programas que conlleven al empoderamiento y autonomía económica de las mujeres.
Las mujeres se reunieron recientemente en el Instituto de Liderazgo de Las Segovias, instancia que realizó la convocatoria.
EMPODERAMIENTO
La lucha por el acceso a la tierra y soberanía alimentaria, la incorporación a la economía, la incidencia ante los tomadores de decisiones para lograr que los presupuestos nacionales, municipales y regionales sean elaborados con perspectiva de género y para que las tareas domésticas y el cuidado de personas que realizan las mujeres obtenga la valorización social y reconocimiento económico, fueron entre otras las demandas.
Asimismo, las mujeres participantes se propusieron exigirle al Estado la generación de empleos dignos, que contribuyan a retener la fuerza laboral del país y el acceso a empleos decentes y la igualdad de oportunidades en el campo laboral.
Durante el encuentro el Grupo Venancia, una organización feminista de Matagalpa, expuso los resultados de un estudio reciente que denominó Hambre Cero y el Empoderamiento de las Mujeres, realizado en Matiguás, Muy Muy y Río Blanco.
Eduarne Larracoechea señaló que el programa podría estar mejorando las condiciones materiales de las mujeres, pero a costa de reforzar o sobrecargar su rol de cuidadoras del hogar y presuntamente transformarlas en clientela obediente de los gobiernos de turno.
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