A propósito de las aventuras sexuales de Zeus, sobre lo cual escribí el viernes 17 de junio de 2011, el amigo David Bayardo Muñiz me envió un mensaje en el cual expresa que lo hizo pensar “no solo en el apetito sexual que padecía (Zeus), sino en el mal ejemplo que seguramente daba a sus súbditos”.
Según al amigo Muñiz “el que más se acerca a él (a Zeus) en este aspecto es Hércules o Heracles. Pero mi pregunta ahora es: ¿eran las diosas del Olimpo o las mortales con quienes tuvo relación carnal Zeus, fieles a él o fueron en alguna ocasión infieles? ¿Cometió Hera, su esposa, alguna vez infidelidad con otro dios o mortal a espaldas de su esposo y hermano?” Y plantea la siguiente interrogante: “¿Se imagina usted si los hombres hubiésemos tenido ese poder de transformarnos en otros seres para hacernos de doncellas y similares? No podemos negar que muchos no tienen el don de la transformación, pero sí el poder de disfrazarse o de aparentar lo que no son para sus conquistas, como lobos con piel de ovejas !”
En realidad, la esposa de Zeus al parecer era más bien un ejemplo de virtuosismo y fidelidad conyugal.
Se dice que ella tuvo un hijo que no era de su esposo Zeus, pero tampoco fue el fruto de ninguna relación extramatrimonial. Lo que ocurrió fue que Zeus tuvo una hija por sí mismo, es decir, sin intermediación de ninguna hembra divina ni humana. Esa hija fue Atenea, quien nació de la cabeza de Zeus y precisamente por eso era considerada como la diosa de la sabiduría. Entonces Hera no quiso ser menos que su marido y decidió tener un hijo ella sola, “por despecho hacia el esposo que había hecho salir de su frente él solo a Atenea”, según se dice en el Diccionario de Mitología Clásica en dos tomos, elaborado por los mitólogos españoles Constantino Falcón Martínez, Emilio Fernández Galiano y Raquel López Melero. El hijo autoengendrado por Hera fue Hefesto, dios de las fuerzas del interior de la tierra.
No obstante, se conoce que en algunas ocasiones, cuando Hera se molestó en extremo por las aventuras sexuales de su esposo Zeus, con el propósito de vengarse le provocaba celos simulando interés amoroso o sexual hacia otros legendarios seres masculinos. Eso es lo que habría ocurrido con el gigante Euromidonte, según cuenta el mitólogo francés del siglo XIX Jean Francois Michelle Nöel.
Sin embargo, según otros autores no fue Hera la que quiso seducir o simuló interés sexual en Euromidonte, sino que ocurrió al revés, o sea que fue este gigante el que intentó violar a Hera. Lo mismo quisieron hacer otro gigante llamado Porfirión, así como Ixión, el padre del Centauro que era un ser mitad hombre y mitad caballo. Pero a todos ellos Zeus les infligió terribles castigos por su osadía.
Que Hera debió de haber sido fiel a su marido Zeus, se puede deducir de que sus principales advocaciones eran las de Esposa y Madre, y que además se le veneraba como patrona de los casamientos y protectora de las mujeres casadas.
Ver en la versión impresa las páginas: 9 A