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Virgilio Gurdián C.

El nacionalismo que forjó el general Zelaya

Al conmemorarse un año más de la revolución liberal de 1893, encabezada por el general José Santos Zelaya, es importante remarcar los ejes fundamentales en que se basan las transformaciones políticas sociales y económicas que produjera aquella revolución y analizar el contenido nacionalista de la misma.

Cuatro aspectos primordiales hay que resaltar en aquel proceso revolucionario que abarcaría las postrimerías del siglo XIX e inicio del siglo XX y que habría de crear el Estado moderno, logrando así nuestra nación su pleno desarrollo económico e institucional con carácter de contemporaneidad.

Los pilares en que se fortificaran estas transformaciones se encuentran en: I.— El nacionalismo que identificó en todo momento al gobierno del general Zelaya; II.— Un proceso profundo y moderno en el sistema de enseñanza escolar, sobre todo la primaria que abarcó también la parte rural. III.— El desarrollo pleno de la infraestructura del país, y IV.— Un sistema de legislación avanzada con la creación de abundantes leyes para regir los diferentes campos del desenvolvimiento nacional.

La reincorporación del territorio de la mosquitia, emprendida con la acción decidida de Rigoberto Cabezas en 1894, integró en forma definitiva el litoral atlántico finalizando así las diferencias que permanentemente se mantenían con el representante del gobierno ingles; fue aquel un acto que fortificó nuestra soberanía.

Durante el gobierno de Zelaya se dio la recuperación de los bienes nacionales, tanto mineros, forestales así como financieros, como el caso de Mr. Herbert Clark Emery. El general Zelaya le dio carácter propio a los actos de su administración; sus políticas económicas estaban basadas en consolidar a través del progreso la transformación nacional, siendo su política de Estado eminentemente independiente no permitiendo intromisión extraña en los asuntos de gobierno. Visualizó lo que era favorable para Nicaragua, inclusive dio apertura mundial para la posible construcción de un canal interoceánico a través de nuestro país, fuera esta con Estados Unidos, Japón, Alemania, etc.

A raíz de la llamada revolución de octubre iniciada en Bluefields en ese mes del año 1909 para derribar al gobierno de Zelaya, acaeció el espinoso caso de Lee Ray Cannon y Leonard Groce, dos norteamericanos que fueron capturados in fraganti mientras colocaban cargas de dinamitas para volar dos embarcaciones, que navegaban sobre el río San Juan con más de 400 soldados nicaragüenses a bordo. Juzgados sumariamente por un consejo de guerra fueron fusilados la mañana del 16 de noviembre de 1909; este acto produciría inexorablemente la caída de Zelaya.

Me refería mi bien recordado abuelo, José María Castellón Lacayo (1878-1969), que en reuniones varias y de emergencia de gabinete de gobierno, que se realizaban después de aquellos sucesos en los que él participaba en su carácter de ministro de Hacienda, el general Zelaya explicaba el caso como acto militar de extremo nacionalismo, pues no se podía concebir que por una acción de esa naturaleza hubieran podido perecer tantos soldados nacionales a mano de quienes a la sazón eran tildados de mercenarios al servicio de la revolución de Bluefields.

La muerte de Cannon y Groce fue el detonante que aprovechó el secretario de estado Philander Knox para enviar la nota que lleva su apellido y culminar así con el gobierno de Zelaya; al efecto mi mencionado abuelo en su libro La famosa Nota Knox dice: “fue el pretexto que tuvo Knox para provocar la caída del gobierno liberal”; creo en lo personal que de evitarse aquellos fusilamientos, se hubiera postergado un tiempo la caída del general, y el traspaso de poder al patricio liberal José Madriz, se hubiera logrado con una negociación nacional e internacional sostenida dando así mayor estabilidad al gobierno del doctor Madriz.

Con toda justicia a Zelaya la actual Asamblea Nacional o la venidera debería seriamente considerar en declararlo héroe nacional, pues independiente de ser el mayor propulsor del liberalismo, es el creador del Estado moderno, el gran reformador. Asimismo se debe retomar el nombre de Zelaya Norte, Zelaya Central y Zelaya Sur en el territorio Atlántico.

El autor es presidente en el departamento de Managua de la Alianza PLI-UNE.

Opinión nacionalismo proceso revolucionario Zelaya archivo

COMENTARIOS

  1. gloria maría bonilla valle
    Hace 9 años

    Quisiera que me dijeran si dentro de los Archivos de la Prensa tienen informaciòn de los tributos o impuestos de esa època(1856 – 1905) como se recaudaban o en que se basaban?, por favor y gracias.

  2. Denzo
    Hace 13 años

    Don Virgilio;soy de los que creo que eso de revolucion no existe;es mas propaganda politica que otra cosa;todo gobierno esta en la obligacion de buscar lo mejor para el pueblo sin necesidad de estar inventando revoluciones que loque persiguen es eternizarce en el poder,como lo han hecho los castros,chavez,Zelaya y ahora ortega;revolucion es una palabra para tontos;revolucion es la excusa para la impunidad,robos descarados y hasta asesinatos;ojala que nunca mas haya revoluciones,son de ladrones

  3. Flavio Rivera Montealegre
    Hace 13 años

    No puede ser Héroe Nacional un dictador y mucho si le robó a la nación, a los ciudadanos, si practió la extorsión, y peor aún, si dividió a los sectores importantes en la nación para su beneficio propio, y peor aún, si despilfarró el dinero de la nación en revoluciones fuera de Nicaragua, regaló los recursos de la nación como lo hace Fidel Castro y Hugo Chávez. Zelaya fue es y será nefasto para Nicaragua.

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