Un relato anónimo cuenta que un político murió y le dieron la oportunidad de decidir dónde quería pasar la eternidad.
Después de unas horas en el cielo se aburrió y pidió bajar al infierno para conocer cómo era. Al llegar, el diablo le tenía preparado un recibimiento. Había comida, música, todos reían felices, así que el hombre subió al cielo para renunciar al derecho de permanecer allí.
Al regresar al infierno todo estaba sucio, no había música y en medio de la oscuridad solo logró divisar un enorme caldero, con su nombre, encima de un fogón. Cuando le reclamó al diablo, que con su tridente lo empujaba al aceite hirviendo, este último le respondió: “¿Y qué esperabas? Cuando viniste estábamos en campaña, ahora ya ganamos las elecciones”.
¿Por qué mienten los políticos que aspiran a un cargo? Durante la campaña los candidatos son un producto y el trabajo de su equipo es posicionarlos como tal, asegura el español Xavier Domínguez, especialista en estrategias electorales, en su libro Manual del príncipe .
“En publicidad no se puede pretender que tu producto tenga todos los valores. Es igual en política. Uno no puede representar todos los valores, pero lo que sí puede hacer es intentar representar bajo sus siglas, candidato, mensaje, marca, los valores representados o adquiridos por la mayoría a través de un mensaje”, afirma Domínguez.
El problema en Nicaragua es que los políticos no se preocupan por presentar a los nicaragüenses un buen programa de gobierno, es decir, ese mensaje del que habla el especialista español, sino que creen que solo con la promesa de empleo, salud, educación y seguridad, el votante va a confiar en ellos, pero no dicen cómo, con qué recursos y cuándo van a cumplir sus promesas, considera Denis Darce, sociólogo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).
La característica principal de las campañas electorales en el país es el ataque que se produce entre los candidatos. “No hay un debate serio, de lo que se ocupan (los políticos) es de deslegitimar la actuación de los otros candidatos, no explican nada, solo dicen aquellos son así, yo no voy a ser así”, explica Darce.
La Ley Electoral en su capítulo quinto, artículo 107 señala que la propaganda electoral deberá ceñirse a los valores, principios y derechos consignados en la Constitución Política y que los partidos políticos o alianzas deberán respetar estrictamente las normas éticas, la moral y la consideración debida entre ellos y a los candidatos nominados, a los electores y al pueblo nicaragüense.
“La propaganda deberá versar sobre sus programas de gobierno y los valores y principios en que se sustentan, a la vez podrán promover el conocimiento público de la trayectoria política, cualidades y virtudes que enaltezcan la imagen de los candidatos, a quienes se prohíbe denigrar, ofender o descalificar a sus adversarios”, expresa la ley.
Este artículo no se cumple destaca Denis Darce, pues las últimas elecciones han sido protagonizadas por ratones, patos, trompudos, ladrones, cerdos, entre otros.
“En las últimas elecciones hemos tenido un verdadero zoológico que no solo irrespeta a los candidatos sino a los electores que escuchamos sus ofensas y nada que pueda sugerirnos un cambio hacia el progreso del país y si nos fijamos bien nos daremos cuenta que todos los candidatos que se andan ofertando son candidato repitentes que no han realizado cambios sustanciales”, afirmó Darce.
UNO DE LOS MALOS
hábitos que los nicaragüenses necesitan superar es el no pedir cuentas de lo que prometen a los políticos que llegan al poder.
En ese sentido, los especialistas reconocen que en Nicaragua solo hay una herramienta que sirve para “medirles las costillas” a los gobernantes: La Ley 621, mejor conocida como la Ley de Acceso a la Información Pública, aprobada por la Asamblea Nacional apenas en mayo del año 2007.
Aunque esta ley es útil, en el actual Gobierno todavía impera el secretismo. Las páginas web de las entidades públicas carecen de información completa y detallada, los funcionarios consideran muchos datos como reservados cuando en realidad no lo son, y la burocracia todavía es la reina de las oficinas de acceso a la información.
Recientemente se informó de una carta de la secretaria de Comunicación del Gobierno, Rosario Murillo, ordenando a los relacionistas públicos de los entes del Gobierno que brinden toda la información necesaria a los medios de comunicación afines al sandinismo, pero no orienta el mismo trato para los periodistas de medios independientes, lo cual provoca que la información revelada solo sea aquella que le interesa al Gobierno. De esa manera no se puede saber con certeza si los gobernantes están cumpliendo con sus promesas electorales.
¿QUÉ SERÍA
entonces una promesa electoral? Son compromisos que adquieren los políticos con la ciudadanía cuando andan en campaña electoral.
En principio esos compromisos deben ser serios, creíbles, pero Gonzalo Carrión, miembro del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), señala que en realidad las promesas electorales son un fraude. “Son un paquete de mentiras que deberíamos denunciar como publicidad fraudulenta, porque nos están prometiendo cosas que (los políticos) no cumplirán. El contenido de sus campañas nos vende una cosa irreal y eso es un delito de acuerdo al artículo 272 del Código Penal”, afirma Carrión.
Si un candidato por ejemplo señala que va a crear 500 mil empleos, tiene que decir qué tipos de empleos serán, con qué recursos los creará, cuándo y cómo, explica Denis Darce.
Los siguientes son solo algunos ejemplos de promesas de candidatos que una vez en el poder olvidan sus compromisos y no los cumplen:
EX PRESIDENTE ARNOLDO ALEMÁN LACAYO:
en su campaña de 1996 se comprometió a construir una carretera que uniera el Pacífico con el Atlántico. Reafirmando ese compromiso, a tres meses de su Gobierno mandó a colocar en el parque central de Bilwi un rótulo que decía: “No descansaré hasta ver unido el Pacífico con el Atlántico”. Alemán terminó su período presidencial en el 2001 y los habitantes de la Costa Caribe y todos los nicaragüenses se quedaron esperando la ansiedad carretera. La carretera prometida aún no se construye.
COMO UNA NOTA CURIOSA
fue publicada la noticia de cuando Herty Lewites prometió dos cementerios nuevos para Managua. En la campaña electoral del 2000, el 24 de octubre, Lewites prometió ante un grupo de jubilados: “Y también los vamos a ayudar, ahora que ganemos la Alcaldía, a conseguir unos terrenos para hacer dos nuevos panteones, para que no tengan que andar buscando donde enterrar a sus muertos”. Lewites cumplió a medias, ya que en el año 2004 inauguró el cementerio Puertas del Cielo, ubicado en el barrio Milagro de Dios. Le faltó el otro.
Durante toda su campaña electoral, en 1996, Arnoldo Alemán prometió convertir a Nicaragua en el “granero de Centroamérica. Todavía lleno de la euforia por la victoria electoral, en la madrugada del 22 de octubre, Arnoldo Alemán nuevamente prometió convertir al país en el “Granero de Centroamérica”. Nunca lo hizo.
UNA DE LAS MÁS GRANDES
promesas del actual presidente Daniel Ortega durante la campaña del 2006 fue el tema de la reconciliación. “Lo que queremos es trabajo y paz, juntos digamos: reconciliación”, decía su canción de campaña. “Que las madres se sientan seguras, tranquilas, que nosotros sus hijos, vamos a trabajar con amor, fe, esperanza y con la reconciliación”, prometió Daniel Ortega ante un grupo de madres sandinistas el 30 de mayo del 2006. Bastaron las primeras manifestaciones públicas en protestas contra el Gobierno de Ortega, para que turbas financiadas por el FSLN derrocharan todo el “amor y la reconciliación” a punta de “garrotazos” y tiradoras con tuercas y balines en contra de los manifestantes.
EN PLENA CAMPAÑA ELECTORAL
de junio del 2004, a Dionisio Marenco lo consultaron sobre una calle en el reparto El Carmen que Daniel Ortega mantiene secuestrada y no la abre al público. Para dejar una buena impresión en el electorado, Nicho contestó: “Creo que ahorita (esa calle) es una ruta completamente secundaria, es como una calle interna ya de un reparto, no tiene la menor importancia urbana y no está en mis planes. Ah, (pero) si la población lo demanda, sí (la rehabilito), pero no he oído que lo estén demandando”. La calle continúa cerrada y se le han agregado otras vías clausuradas en el mismo sector, ya que ahora Ortega ocupa su casa como sede del FSLN y también de Gobierno.
Otra de las promesas electorales que el alcalde sandinista Dionisio Marenco no logró cumplir fue el tren regional Managua-Granada, el que propuso el 21 de julio del 2004, en una entrevista brindada a El Nuevo Diario. “Lo que hay que componer son los buses y microbuses que están muy malos. Por eso propongo el tren regional Managua-Masaya-Granada, que puede transportar a unas 50,000 personas al día. Esto ayudará a reducir el congestionamiento de la Carretera a Masaya”, dijo Marenco. Al terminar su Administración al frente de la Alcaldía de Managua, sin el tren, justificó que varios de sus proyectos más ambiciosos no se lograron porque requerían la participación del Gobierno Central, ya que el presupuesto de Managua en ese entonces era 1,200 millones de córdobas, lo cual era muy poco.
EL EXPRESIDENTE ENRIQUE BOLAÑOS,
con su popular reto de “arremangarse las mangas”, también dejó sinsabores entre las personas que votaron por él, especialmente los campesinos, a quienes en su campaña electoral del 2001 les prometió viviendas, granos y financiamiento para las cosechas. “Mi gobierno, el gobierno de todos ustedes, le dará prioridad a la inversión social a través de la educación, salud, vivienda, seguridad alimentaria, electricidad, agua potable y saneamiento, en especial para los más necesitados. Apoyaremos la construcción de 80 mil viviendas urbanas y 100 mil rurales con dinámicas de autoconstrucción”, prometió Bolaños en octubre del 2001. Un mes antes, Bolaños también había prometido transparencia en su gobierno. “Sería otra historia. Mi gobierno no sería réplica del de Arnoldo Alemán. Yo soy yo y no me parezco a nadie”, dijo, según publicó el diario La Nación, de Costa Rica. Al final no le cumplió a los campesinos y su gobierno no fue el mejor ejemplo de transparencia, ya que muchos de sus funcionarios fueron procesados por actos de corrupción.
EL PRESIDENTE DANIEL ORTEGA
apoyó la idea de reconstruir el centro de la ciudad de Managua. Un proyecto presentado ante el presidente por el arquitecto Alfredo Osorio Peters, fue tomado como una promesa de campaña por el equipo de Alexis Argüello, en las elecciones municipales del año 2008. El proyecto buscaba modernizar la Avenida Bolívar, desde Plaza Inter hasta la zona de El Malecón. Aunque Argüello falleció poco después de ganar la Alcaldía de Managua, ni su sucesora, Daysi Torres, ni el presidente Ortega han procurado la realización de la promesa. Se necesitan unos cien millones de dólares para hacerla realidad. Quedó como una promesa de campaña más.
OTRAS PROMESAS DEL PRESIDENTE DANIEL ORTEGA
que han quedado en papel mojado son las siguientes:
Remesas: “Nosotros, como Estado, ¡vamos a asumir ese por ciento! para que venga el ciento por ciento de la remesa, íntegra, a las familias nicaragüenses. Vamos a establecer el mecanismo, para que no se les quite ¡ni un centavo! Que si allá ahorraron 100, 200 dólares, o no sé cuántos colones en Costa Rica, para mandárselos a su familia ¡que eso les pueda llegar completo!
Legalización: “A estos hermanos nicaragüenses que andan trabajando a escondidas en Costa Rica, en Estados Unidos o en otros países, este Gobierno de esta Unidad Nicaragua Triunfa, ¡los va a apoyar para que legalicen su situación en esos países…! y que ya no anden huyendo, como perseguidos, ¡porque los persiguen!”
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