CORRESPONSAL / RIVAS
La oficina de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) de la isla de Ometepe recibe entre cuatro y seis denuncias por día, que de una u otra forma manifiestan la falta de atención a sus demandas, tanto en la Policía como en los juzgados locales, expresó José Iván Cruz Gutiérrez, coordinador de esa institución de derechos humanos.
De acuerdo con Cruz, los casos más comunes son conflictos entre familias, maltrato físico y verbal, pensiones alimenticias y falta de atención a las denuncias de los afectados. “Otros ciudadanos vienen buscando orientaciones y asesorías de nuestra oficina”, dijo Cruz.
La población también busca apoyo de la CPDH cuando se cometen delitos de abuso sexual.
Según Cruz, tienen reportado diez casos desde enero hasta junio de este año, pero los meses en que aumentó el abuso a niñas de 12, 13 y 14 años fue mayo y junio, con cuatro casos denunciados en cada uno de esos meses.
Asimismo, LA PRENSA pudo constatar un caso de maltrato físico y verbal que una joven madre, de 19 años, sufrió de parte del padrastro de su compañero de vida.
- Otras denuncias que está atendiendo la CPDH de Ometepe es sobre la inseguridad causada por borrachos en la comunidad de Tichaná, de donde hay reportes que estos apedrean las casas del lugar, por lo que solicitan a la Policía que realice patrullaje en esa zona.
Otro que se sumó a la lista de personas en que la justicia no hace nada por sus causas es don Mario Alcides Ortiz, propietario del hospedaje Ortiz, a quien en enero del presente año se le robaron un abanico y enseres de la cocina, y aunque dio el nombre del sospechoso, la Policía nunca dio respuesta, según el denunciante.
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La denuncia ante la CPDH la presentó Isaida Elena Ortiz (19), habitante de la comunidad de Los Ramos, en Altagracia, quien detalló que a las 6:30 a.m., en la casa del padre de su pequeño hijo de dos años, “le estaban haciendo groserías al niño, y como yo reclamé, salió el padrastro de mi marido”.
“Se me lanzó encima, me golpeó con un garrote y cuando me tenía en el suelo me golpeó como quiso, y la abuela del niño (su suegra) me lo quitó de encima hasta que ya me había malmatado”, explicó Ortiz, mostrando moretones en su cuerpo que tras diez días de haber sido golpeada se le notaban con facilidad.
COMISARÍA DE LA MUJER NO HA LLEGADO
Ortiz denunció el caso en la Policía, y tras remitirla desde Ometepe hasta la ciudad de Rivas para que la revisara el forense, al día de hoy ni la Comisaría de la Mujer ni la Policía local se han presentado a su casa para las inspecciones oculares, y evitar que el problema se haga más grande, comentó la afectada, pues indicó que sus familiares están a la espera que la Policía actúe y haga valer la justicia, precisó.
Cruz Gutiérrez dijo que ante la falta de un fiscal permanente del Ministerio Público y la falta de un médico forense para Ometepe, a muchos pobladores se les dificulta viajar hasta Rivas a la clínica de un médico forense, y cuando logran juntar el dinero para ir, las lesiones ya no son tan visibles, o el presunto autor del delito tuvo el tiempo suficiente para fugarse.
ANCIANA AGREDIDA Y JUSTICIA AUSENTE
Otra señora que se queja de acceso a la justicia es una anciana de la comunidad de San Marcos, de Altagracia, identificada como Aida Cajina Alemán de 75 años.
Ella refirió a LA PRENSA que el pasado 4 de julio, Gladis Salvatierra de 35 años, mujer de su nieto José Ramón Alemán Álvarez, la mordió en los brazos y en una uña al punto que se la tuvieron que extraer en el Centro de Salud de Altagracia. Asimismo presentaba escoriaciones en rodillas y otras partes del cuerpo producto de la golpiza.
La señora Cajina Alemán dijo que ellos habitan en una propiedad que es municipal, pero que siempre la ha ocupado su esposo José Matilde Álvarez Baldelomar, de 80 años, el cual ha ubicado en el terreno a cuatro de sus hijos, pero les está pidiendo una entrada a la propiedad a su hija María Esther Álvarez Alemán, pero ella junto con sus hijos y una nuera no quieren ceder al deseo de sus padres, y eso originó el conflicto.
La anciana se quejó de la forma de impartir justicia del juez local de Altagracia Carlos Hidalgo, el cual dijo que usa un vocabulario inadecuado en los juicios.
“Nos grita: ‘Choooo, cállense’, como que fuéramos animales, y hasta me dijo que para que me fui a meter ahí, solo para que me dieran mi vergazo, y creo que ese no debe ser el lenguaje de un juez. Y por último, nos dijo que a todos nos iba a meter presos 48 horas y no hizo nada con mi denuncia”, comentó la anciana.
El juez Hidalgo negó que él use un lenguaje inadecuado en sus juicios, y dijo que lo único que hace es llamar al orden y buscar la mediación entre las partes, “más que ese es un pleito entre madre, hija y nietos por una propiedad, y aquí han venido varias veces que se han enfrentado, y lo que queremos es que haya mediación, pero si no hay acuerdo entre ellos, entonces voy a citar para audiencia de este caso”, comentó el judicial.
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