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El padre Alejandro Solalinde en una de las charlas a los migrantes que llegan a Hermanos en el Camino. LA PRENSA/CORTESÍA HERMANOS EN EL CAMINO

Cierran el albergue, termina el negocio

La banda mexicana de sicarios Los Zetas no han actuado contra los dirigentes del albergue Hermanos en el Camino porque pagarían un alto costo político, según el padre Alejandro Solalinde, fundador de dicho albergue para emigrantes, en Oaxaca.

La banda mexicana de sicarios Los Zetas no han actuado contra los dirigentes del albergue Hermanos en el Camino porque pagarían un alto costo político, según el padre Alejandro Solalinde, fundador de dicho albergue para emigrantes, en Oaxaca.

Solalinde, con quien LA PRENSA se comunicó vía telefónica, aseguró que ha recibido amenazas directamente de Los Zetas.

“Lo que no me explico es por qué no me han ejecutado”. El padre relató: “Hace dos años pasaron dos Zetas (por el albergue Hermanos en el Camino). Yo hablé con ellos, y me dijeron: ‘—¿Tu sabes que te podemos matar? —Sí, sé que me pueden matar’, les respondí”.

El padre explicó que Los Zetas le dijeron que no lo matarían “por ahora”, “porque si te matamos van a cerrar el albergue, y si lo cierran, vamos a tener que andar buscando a emigrantes por todos lados. Solo por eso no te matamos”, explicó.

Las personas que trabajan con el sacerdote en el albergue también han recibido amenazas “porque estamos dañando intereses de las personas que comercian con los centroamericanos”.

“Creo que ellos (crimen organizado) se miden porque saben que si nos hicieran algo el costo político sería muy alto” agregó.

[doap_box title=”Más del albergue” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • El albergue Hermanos en el Camino fue abierto el 26 de febrero de 2007, tras un sexto secuestro masivo del que tuvo conocimiento el padre Alejandro Solalinde.
El 13 de mayo de ese año el hogar fue bendecido y el 26 de mayo recibieron a 1,200 migrantes, de ellos 800 se habían quedado en las vías del tren.

Pese a que el albergue no cuenta con suficientes recursos para ayudar a los migrantes, los apoyan en lo básico: alimentación, medicinas, ropa.

Hermanos en el Camino recibe donaciones de amigos, que en algunos casos han aportado miles de dólares que les han ayudado para seguir con la construcción del hogar. Pero también hay comerciantes que les envían verduras y perecederos.

El padre Solalinde mantiene buenas relaciones y comunicación con gobernadores mexicanos. “Al presidente de México le he encomendado muchísimo que cuide a los migrantes, y él me dice que en eso está, pero desgraciadamente ha habido cosas que nos permiten desconfiar de eso (…)”.

Alberto Donis, un guatemalteco que colabora desde hace muchos años en el albergue, contó a LA PRENSA que hay muchos centroamericanos y mexicanos que ayudan en la limpieza y cocina del albergue.

[/doap_box][doap_box title=”Pocos nicas” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

El padre Alejandro Solalinde dijo que los nicaragüenses ocupan el cuarto lugar en cantidad de migrantes que pasan por el albergue. El 24 de junio, cuando se registró el último secuestro de migrantes, habían partido seis nicas, aunque no se sabe de ellos. Según Solalinde, “hay poca presencia consular. Tal vez haya cónsul en Tapachula, pero (…) son muy pasivos, y se requiere que hagan algo porque su gente está sufriendo (…)”.

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El padre manifestó que la delincuencia organizada no está solo abajo, “también están funcionando desde alto nivel. Ellos sí valoran, miden y calculan, el costo político de esa acción desafortunada que sería atentar contra uno de nosotros”, explicó.

Solalinde explicó que Los Zetas se molestan cuando los demanda. “Yo fui la primera persona, y no sé si la única, que les puse cuatro demandas por secuestro”. El padre explica que hasta diciembre de 2010 había interpuesto tres demandas contra Los Zetas, y este año ha interpuesto una.

RECLUTAMIENTO FORZOSO

El sacerdote señaló que en 2009 hubo un “boom” de secuestros, mismos que aumentaron significativamente en 2010. Explicó que “la agresión a los emigrantes ha ido en aumento. Los cárteles que andan desatados, sobre todo Los Zetas, se han vuelto muy sanguinarios. Ellos han ido como en una espiral de agresión, de violencia más fuerte, y han llegado a hacer formas más crueles de violaciones a los derechos humanos de los emigrantes”.

“Ahora sigue algo más grave y mortal que es el reclutamiento forzoso”. Si las personas no aceptan entrar en el reclutamiento “los matan”, señaló Solalinde, quien agregó que si aceptan el reclutamiento “es cuestión de tiempo que van a morir porque no van a durar vivos”.

“Empezaron con los emigrantes, como el caso de los 72 que secuestraron en San Fernando, Tamaulipas. Todo ese grupo se negó a participar como sicarios de Los Zetas (…)”. Los 72 emigrantes de Centro y Suramérica fueron asesinados en agosto de 2010.

El padre también comentó que Los Zetas reclutaron a un grupo de jóvenes en Veracruz “y fueron a hacer una matanza en Petén (Guatemala). 27 personas decapitadas”. “Estos jóvenes tuvieron la suerte de que no los mataran y fueron a la cárcel. Quién sabe cuántos años van a estar ahí, pero por lo menos no los mataron”.

La matanza fue perpetrada el 14 de mayo pasado. Los campesinos trabajaban para Otto Salguero, hijo del propietario de la finca donde ocurrió el suceso. El diario guatemalteco Prensa Libre informó el 19 de mayo, citando datos de la Policía de Guatemala, que Los Zetas fueron en busca de Salguero para matarlo porque les robó unos 2,000 kilos de cocaína.

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BASE SOCIAL DE LOS ZETAS

El padre Solalinde señaló a LA PRENSA que Los Zetas tienen una base social desde hace muchos años, y están “trabajando” a las nuevas generaciones. “Ellos son muy atentos en darles regalitos a los niños (…) Además, están haciendo reuniones con los jóvenes. A ellos les ofrecen trabajo y los protegen al igual que a sus familias”.

Solalinde manifestó que a todos lados adonde va el crimen organizado hay reclutamiento de jóvenes. “Ya no con los emigrantes solamente, sino con la población local. Esto es más grave”.

El padre se mostró preocupado pues no sabe qué más puede seguir. “Después de esta cosa tan criminal ya no sé qué siga. No sé qué cosa pueda hacer yo. Si los están obligando a ser sicarios o los matan”.

De acuerdo con Solalinde, Los Zetas tienen presencia en 20 de los 31 Estados mexicanos. La banda está ubicada en Estados que van desde la zona fronteriza con Guatemala hasta la frontera con Estados Unidos, aunque en esta última parte se enfrentan con el cártel del Golfo.

El padre asegura que Los Zetas “son los únicos que secuestran. Los demás cárteles se dedican a la droga, a las armas, pero los únicos que secuestran son Los Zetas”.

RUTA DE LOS EMIGRANTES

Los emigrantes que van a México tienen que pasar Tucún Umán, la zona fronteriza entre Guatemala y México, pasan por los Estados de Chiapas y Oaxaca, donde está el albergue Hermanos en el Camino.

Se quedan dos o tres días en el lugar y luego siguen su ruta por varios pueblos de Veracruz, hasta llegar a la frontera con EE. UU.

Los emigrantes tienen una segunda ruta que comienza en Tabasco y llega a Veracruz, donde se une con la primera. Luego, toman el tren “La Bestia” que los llevará a otra parte del territorio mexicano.

Solalinde explicó a LA PRENSA que al llegar a Medias Aguas (Veracruz) es como llegar al “Triángulo de las Bermudas”, pues desde aquí no vuelven a tener comunicación con ellos.

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