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Con una escofina se limpia el casco y a la vez se le da forma, eso se hace antes de poner la herradura, para lo cual el herrero utiliza un aditamento para poner la pata del caballo. LA PRENSA/DIANA NIVIA

El arte del herraje

“Los caballos se empiezan a herrar a los dos o tres años, antes de eso solamente se les da forma”, aseguró Ismael Reyes Mejía, presidente de la Asociación Nicaragüense de Criadores de Caballos Pura Raza Española (ANCPRE).

El herraje es la parte esencial para que un caballo pueda ser funcional, es decir, que pueda trabajar.

“Los caballos se empiezan a herrar a los dos o tres años, antes de eso solamente se les da forma”, aseguró Ismael Reyes Mejía, presidente de la Asociación Nicaragüense de Criadores de Caballos Pura Raza Española (ANCPRE).

Según él, a los caballos no se les pone herraduras cuando son jóvenes porque se le reduce el diámetro del casco y se necesita que el caballo tenga casco grande.

“Hay equinos que tienen grande el casco, mientras que en otros es más pequeño, por eso las herraduras vienen con diferentes numeraciones según el tamaño del casco. El pequeño no le da buena estabilidad”.

El único trabajo que se le hace cuando el caballo es joven, es darle forma, se le da con una escofina para ir formándolo, el casco debe ser redondo y no puntudo. “Nosotros le decimos que no deben ser caitudos, por eso solamente se la da con la escofina para formarlo”, señaló.

Ojo con los cascos

Explicó que se debe tener mucho cuidado con los cascos de los caballos. “S e deben revisar diario, ya que padecen de hongos y se les tienen que curar. Otros caballos tienen debilidad en los cascos y se les debe dar suplementos alimenticios y medicamentos para que se les endurezcan ”, indicó.

El caballo nació para andar sin herradura, pero como se usa para trabajo se le pone con el fin de que les ayude y el casco no se les deforme.

Reyes recomendó que a los equinos que están en establos se les limpie diario el casco, para prevenir enfermedades. “Los animales que están en encierro se paran en el estiércol, además se orinan, hacen lodo y si no se hace eso, el casco se daña”, enfatizó.

Un arte

El herraje es un arte, cualquiera puede poner una herradura, pero no es solamente ponerla, sino que se deben seguir ciertos pasos para hacerlo bien. “Estos muchachos que yo tengo han recibido capacitación de especialistas en herraje”, aseguró.

Dio a conocer que existen dos tipos de herrajes, el herraje en caliente, lo que significa que la herradura se pone a calentar y después se le pone, eso deja marcado el lugar donde va la herradura, además le da más fortaleza al caballo.

La otra es la que se hace sin calentar, para eso el que la pone debe seguir determinados pasos para lo cual debe haber recibido algún tipo de entrenamiento.

El primer paso es limpiar el casco, luego se retira la herradura, para seguir la limpieza.

El siguiente procedimiento es darle con una escofina para darle forma y limpiarlo a la vez.

Hay un cuchillo especial que sirve para recortar o limpiar el casco, después se le da con la es

cofina para emparejarlo.

Antes de poner la herradura se miden los ángulos de las patas delanteras con un compás, esas dos tienen una medida determinada. Las patas traseras igualmente se miden con el compás y se les da otro ángulo.

Una vez realizados esos pasos se empieza a medir el ángulo de los cascos de las patas delanteras, se mide la herradura y cuida que no quede desnivelada, si ocurre eso se le empareja el casco. La herradura también es nivelada, en algunos casos hasta se cierra un poco si está muy abierta.

La clavada

Una vez que se ha medido la herradura y se tiene el ángulo requerido para los cascos tanto delanteros, como traseros, se pasa a la clavada de la herradura.

“Los clavos que se le ponen a la herradura son flexibles y traen una pequeña curvatura la cual al momento de introducirla debe estar hacia el lado de afuera para que el clavo busque hacia afuera”.

Explicó que si un clavo se va hacia la corona del casco, deja renco al caballo. “Para eso el herrero sabe que hay unas líneas que debe respetar”.

Aclaró que a los caballos se le van recortando los cascos, pero hay que saber hacerlo. “Si lo recorta mucho lo puede dejar renco y curarlo se puede llevar hasta tres meses. Igualmente, con los talones, si les quitan mucho, el caballo se apoya en ellos y eso es muy tierno y se puede dañar”, dijo.

Cada mes

R

eyes insistió que las herraduras se deben cambiar cada mes o mes y medio. “Hay que estar pendiente, ya que a algunos caballos les crece más rápido el casco que a otros. Además, le da la oportunidad no sólo de componer el casco, sino que sirve para revisarlo para ver si está sano, que no tenga hongo o algún otro tipo de enfermedades”.

Comentó que uno de los objetivos que persiguen con la herradura es que el casco se vaya expandiendo, nunca se ponen ajustadas al casco, sino un poco más grande.

El herraje de los caballos es una labor muy delicada, si la persona que lo hace, no lo hace bien, más bien dañará al caballo. “Al momento de una competencia el buen herraje le da una gran posibilidad de ganar, pero si está mal herrado, tiene grandes posibilidades de perder”, apuntó.

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