La importación de huevos desde Honduras que el Gobierno ha autorizado no solo pone en riesgo la estabilidad de las pequeñas empresas avícolas de Nicaragua, sino también el estatus sanitario avícola, sostuvo ayer el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).
José Adán Aguerri, presidente del Cosep, indicó que una carta que el pasado 15 de julio enviaron empresarios avícolas grandes y pequeños a la Presidencia y ministerios competentes, sigue sin tener respuesta.
“Se solicita que no se continúe aprobando las importaciones, pues de otro modo el sector huevo será afectado permanentemente y con ello puesto en riesgo la seguridad alimentaria, el estatus sanitario avícola, el empleo, y el desarrollo que general”, afirmó Aguerri.
Explicó que desde el 2009 Honduras ha notificado en tres ocasiones la reaparición de newcastle y tifosis aviar, enfermedades que han sido erradicadas en Nicaragua.
Añadió que no hay que perder de vista que esta situación es coyuntural, provocada por la sobreproducción de huevo de Honduras, que para evitar pérdidas está vendiendo el producto a Nicaragua, pero que regularmente vende al mismo precio que los avicultores nacionales.
Aguerri recalcó que no están “en contra del consumidor nacional”, sino que “queremos asegurarnos que el consumidor nacional tenga el mejor precio posible, pero que también tenga la seguridad de que se está protegiendo su sanidad y que adicionalmente estamos protegiendo el empleo”.
El líder de la mayor cúpula empresarial del país recordó que los avicultores nicas se han visto obligados a bajar el precio del huevo, a pesar de las pérdidas que genera la medida, pues el tiempo de vida del huevo es muy corto.
El mayor impacto de la importación de huevos desde Honduras se da en los pequeños productores nacionales, pues “las empresas grandes van a sobrevivir”.
El ingreso de huevo desde Honduras ha presionado a la baja el huevo nacional, que ha dejado de venderse a 80 córdobas por cajilla, para situarse en 70 córdobas.
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