EMPATÍA
La vez pasada le preguntaba a una joven sandinista: Si durante el gobierno de Alemán o de Bolaños, vos hubieses encontrado la bandera del PLC ondeando junto a la de Nicaragua a la entrada del INSS, por ejemplo ¿te gustaría? ¿Lo hallarías correcto? “No”, me dijo. Entonces, ¿por qué te parece correcto que lo haga tu partido, el Frente Sandinista? Nicaragua sería otro país, si al menos recobráramos la capacidad de poder “ponernos en los zapatos del otro”. Empatía, le llaman a eso.
DOBLE RASERO
El asunto es que el país no avanza porque tenemos un doble rasero para medir todo: uno según el cual todo lo que haga el grupo con el que simpatizamos es correcto y justificable, aunque agredan, roben o violen las leyes, mientras usamos otro para que todo lo que haga el grupo contrario se vuelva incorrecto y condenable, así sea que un buen día Daniel Ortega decida repartir su fortuna a los pobres.
PRINCIPIOS Y VALORES
Digo esto porque en toda la avalancha de comentarios que suscitó la agresión que sufriera un joven Rejudin esta semana, la opinión mayoritaria está tristemente determinada por si simpatizamos o no con el joven agredido, y perdemos de vista el hecho mismo: una agresión cobarde contra alguien que protesta pacíficamente. La empatía sería, para los orteguistas: ¿opinarían lo mismo si en circunstancias similares el agredido fuese un joven de su partido? Y para los opositores: ¿condenarían de la misma forma la agresión a un joven orteguista por alguno de sus simpatizantes? Y cuando nosotros tengamos la misma respuesta para uno y otro lado de la cancha, ya podemos estar hablando de principios y valores, que no basta ponerlos en un eslogan electoral.
TRIPLE PRUEBA
Y con la agresión al joven de Rejudín el Frente Sandinista, la Policía y el sistema judicial están de nuevo frente a otra prueba que los definirá como lo que son. El Frente Sandinista, porque está obligado a desmarcarse del agresor para demostrar que fue una reacción individual y no una “orientación partidaria”. La Policía, porque debe demostrar que no es la policía del Frente Sandinista y debe aplicar la ley, como si el agresor fuese uno de los rejudines a quienes persiguen con tanta saña; y al sistema judicial porque un fallo de inocencia ante tanta evidencia, solo confirmaría la caricatura de justicia que desde hace tiempo se dice tenemos por acá.
UN BOTÓN
Para muestra un botón. El acto de celebración del 19 de julio es un pequeño ejemplo del porqué en Nicaragua está prohibida la reelección. Ortega repitió una y otra vez su canción de campaña electoral como candidato en una cadena de radio y televisión que ordenó como presidente de la República. Eso es abuso aquí y en la conchinchina.
MÁQUINA TRITURADORA
Hay un video que circula por internet y que muestra al otrora poderoso coronel Lenín Cerna intentando entrar a la tarima principal del acto del 19 de julio. No lo dejaron entrar y más bien fue “escoltado” hacia una tarima de “segundones” donde se le vio en un rincón rumiar su desgracia. La suerte de Lenín Cerna debería servir de advertencia a muchos que creen que estarán en el poder para siempre, sin percatarse que el orteguismo es una máquina trituradora, y que los mismos que hoy mueven la picadora contra los que caen en desgracia, mañana serán los nuevos triturados por esta máquina cuyo combustible es el servilismo incondicional.
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