Desde un aula de clases oscura, unos 55 alumnos de primer año de secundaria aprenden cómo ahorrar energía a través de un consumo eficiente, tanto en la escuela como en sus casas.
Lanusly Izayana González, de 7 años, sabe que en su casa debe apagar la luz y desconectar los electrodomésticos que no estén en uso. Así reducirá el consumo de energía eléctrica tanto en su casa como en su centro de enseñanza.
Esta niña cursa su primer grado de primaria en el colegio Villa Libertad, situado en la colonia del mismo nombre, y aunque en su escuela no dispone de luz y abanicos, porque no hay acceso al sistema eléctrico, sabe que estos consumen mucha energía.
En este centro educativo al menos 11 de las 20 aulas de clases que existen en el centro de enseñanza no tienen acceso al sistema eléctrico.
Por ejemplo, ayer unos 55 alumnos de primer año de secundaria aprovechaban la luz solar que entraba al salón de clases por la ventana.
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“Casi no se ve porque no hay luz y eso genera muchas dificultades a la hora de copiar o leer. Cuando el aula de clases ya está más oscura (a eso de las 4:30 de la tarde) lo que hacemos es que nos salimos al patio con los alumnos para continuar las clases con luz”, contó García.
El estudiante de primer año, Luis David López, dijo: “Hemos aprendido que hay que apagar la luz cuando no se está utilizando y también sobre el uso eficiente de los abanicos, esos no hay que dejarlos encendidos toda la noche”, recomendó López.
Se estima que cada centro escolar, al menos los que atienden los turnos matutino, vespertino y nocturno, gasta entre 2,500 y 3,000 córdobas de luz.
Si en las escuelas se implementan medidas de uso eficiente de energía eléctrica se podría ahorrar incluso un 30 por ciento de ese total, explicó Milton Espinoza, responsable del Centro de Eficiencia Energética de Gas Natural.
“Hay recomendaciones básicas que van desde no abrir el refrigerador a cada rato, desconectar los electrodomésticos que no se estén utilizando, utilizar los abanicos solo cuando se necesiten. No apagar y encender los bombillos a cada rato si no es necesario”, dijo Espinoza.
Desde la escuela, una de las primeras medidas a tomar, según Espinoza, es el cambio de bombillos de luz amarilla por unos de luz blanca que consume menos energía.
En el colegio parroquial San Ignacio de Loyola, situado en la entrada de Sabana Grande, todas las aulas de clases disponen de bombillos de luz blanca.
“Desde hace dos meses cambiamos los bombillos para tener un consumo más eficiente de energía. Aún nos falta tiempo para empezar a ver el ahorro (…) nosotros pagamos alrededor de dos mil córdobas en luz eléctrica”, manifestó Marlon Ibarra, administrador del colegio.
El pasado lunes la distribuidora de energía Gas Natural inició la campaña educativa para el uso eficiente y ahorro de energía en 50 centros educativos de todo el país.
Con estos programas de ahorro que promueve la distribuidora, según Espinoza, se ha incidido para que en los hogares se logren ahorros de hasta el 15 por ciento, reduciendo así el consumo de energía y los pagos en las facturas eléctricas.
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