14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Pedro J. Chamorro B.

Encuestas para engañar y para autoengañarse

El 24 de enero de 1990, a solo un mes de las elecciones nacionales en que el candidato Daniel Ortega del FSLN fue derrotado estrepitosamente por Violeta Barrios de Chamorro, candidata de la UNO, el diario Barricada, órgano oficial del FSLN anunciaba con bombos y platillos en su titular principal de primera página: “Pronóstico seguro: ganará Daniel. Resultados al 19 de enero, FSLN 54.2, UNO 18.1, otros 2.5 por ciento”.

Barricada develaba su fuente inexorable: se trataba de la cuarta encuesta de la firma ECO-UCA que “analizaba la tendencia del voto del electorado”. La encuesta era consistente con el resultado de otras firmas encuestadoras, inclusive norteamericanas, como Greenberg Lakes, que también daba por ganador a Ortega por un 59 por ciento contra un 24 por ciento de doña Violeta.

Solo una firma, que había sido contratada por la UNO, acertó el resultado final de aquella elección histórica, en la que el Frente Sandinista perdió el poder: fue la firma costarricense Borge y Asociados, que predijo que doña Violeta derrotaría a Ortega por 14 puntos porcentuales: 55 por ciento contra el 41 por ciento, a como en efecto fue en el resultado de aquella votación el 25 de febrero de 1990. ¿Cómo lo logró Borge y Asociados?

Para cerciorarse de que la encuesta sería representativa, Víctor Borge convenció a la jefatura de campaña de la UNO de realizarla con una muestra gigantesca de 9,600 entrevistados, lo que le daba un margen de error mínimo. Fue realizada con el método de “caja negra”, marcando una boleta en el interior de su casa y para asegurarse que el encuestador no produjera un sesgo hacia un lado u otro, Víctor Borge trajo 25 jóvenes encuestadores ticos desde el vecino país del sur para realizar el trabajo de campo.

La firma norteamericana Greenberg Lakes que contrató el FSLN, para mayor credibilidad, posiblemente realizó bien el muestreo, pero el trabajo de campo lo hicieron jóvenes de la Juventud Sandinista 19 de Julio, quienes con solo su presentación ante los encuestados producían un sesgo en la encuesta, ya que se identificaban como “compañeros”. Traer encuestadores norteamericanos hubiera tenido un costo prohibitivo. En cambio los encuestadores de Borge y Asociados, con su inconfundible acento tico, hacían que el entrevistado se mostrara confiado, de tal manera que se obtenía un resultado más confiable que con los encuestadores nacionales, que previo sabían quién iba a ganar, a como lo anunciaba el diario Barricada.

¿Qué objetivo podría tener la dirigencia de un partido que contrate o manipule una encuesta para engañar al pueblo sobre las tendencias electorales y peor aún, para autoengañarse a sí mismo?

En primer lugar, la percepción de ganador en las encuestas ayuda al candidato en un aspecto fundamental de la campaña: la recaudación de fondos, porque hay donantes que siempre quieren estar bien con el poder, porque por el giro de sus negocios les interesa mantener una buena relación con el gobierno; también hay quienes no quieren apoyar al que perciben que va a perder; pero hay un tercer grupo que aporta por convicción política, por nexos familiares cercanos o por amistad verdadera.

En segundo lugar, inducir a la población la percepción del ganador tiene su rentabilidad política a la hora del voto, porque hay algunos electores que no se deciden hasta el final y que les gusta votar por el ganador.

Por último, y quizás lo más importante, una serie de encuestas engañosas que den por ganador a un determinado candidato por un margen abrumador, aunque en la realidad no sea así, podría ser la antesala del fraude electoral. La idea es que a muy poca gente le podría extrañar un resultado fraudulento, si después de todo, todas las encuestas habían señalado a un ganador.

La manipulación de las encuestas, o su realización con métodos reñidos con la ciencia estadística, no tendría ningún sentido práctico ni político, si todos los que representamos el universo electoral tuviéramos la certeza absoluta de contar con un CSE imparcial. Si fuese así, todos estaríamos convencidos, a como en efecto lo están los electores de democracias bien asentadas, que la única encuesta que vale es la del día de la elección y si hay un partido que por medio de una guerra sutil de encuestas ha logrado proyectar en la campaña la imagen de ganador, de nada le serviría haber engañado al público y haber autoengañado a sus seguidores, el día que los votos sean contados imparcialmente y con una adecuada observación internacional que verifique la transparencia del sufragio.

Opinión auntoengaño encuestas FSLN archivo

COMENTARIOS

  1. Como la novia de Tola.
    Hace 13 años

    ¿Hoy Objetivamente que candidato es de Unidad Nacional? Existen tres corrientes liberales compitiendo, con candidatos a presidente que no son los mejores y dos con candidatos a diputados muy cuestionadas. Además de que de las anomalías señaladas en el proceso electoral desde el inicio, durante y posiblemente al final con los resultados.

  2. Como la novia de Tola.
    Hace 13 años

    1990 no es igual al 2011, Doña Violeta era un candidato de Unidad Nacional al que todos los partidos políticos se plegaron, con ciertas excepciones como el MUR y otros desconocidos mini partidos que decidieron participar solos. Además existió una súper vigilancia internacional de las elecciones porque el FSLN necesitaba legitimar los comicios.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí