Este año la derecha nicara- güense pretende retomar el poder perdido tras la derrota electoral del 2007, acosada por la falta de líderes, ideas y propuestas de qué hacer si alcanzan la presidencia.
La derecha nicaragüense gobernó 17 años, desde 1990 hasta el 2007. A excepción de la administración de Violeta Barrios de Chamorro, las administraciones siguientes no se comprometieron con los nicaragüenses que les dieron el voto para que mejoraran sus condiciones de vida, sino que los traicionaron y los embaucaron.
El expresidente Arnoldo Alemán, acabó enjuiciado por la acusación de robar 250 millones de dólares del erario público, coleccionando fincas, pactando con los sandinistas y más de 25 ministros y funcionarios de su gobierno fueron acusados de corrupción. Sin embargo, a pesar de las abrumadoras pruebas en su contra, Alemán goza hoy de libertad y la mayoría de aquellos que lo ayudaron, viven tranquilos y sin más remordimiento que el de no haberse enriquecido más.
El gobierno de Enrique Bolaños intentó enmendar los abusos cometidos durante la administración (o más bien, la abusadera) de Alemán, pero el mal estaba tan enraizado, que fue difícil sacar adelante su gobierno por el acoso de la oposición y de los allegados de Alemán.
¿Qué ganamos los nicaragüenses esos 17 años de gobiernos de derecha? Es indiscutible que recuperamos la democracia y la alternación en el poder. Además, se acabó el conflicto armado y el país se modernizó. Sin embargo, las ansias de dinero mal habido tanto en la administración de Alemán como en la de Bolaños, fue más fuerte que sacar adelante el país. Esos años parecía como si Alemán y sus ministros querían literalmente tragarse todas las riquezas de Nicaragua y el huracán Mitch en 1998, fue la excusa para saquear desde los fondos de ayuda externa destinada a la tragedia, hasta las láminas de zinc y leche en polvo que llegaba de países amigos.
Ahora vemos la patética campaña electoral de Alemán pidiendo otra oportunidad, pero no perdón por todo lo mal habido y por el aún vigente pacto con el actual Presidente Daniel Ortega que tiene a Nicaragua de rodillas y de vuelta a una alarmante situación de intolerancia y abuso de los derechos civiles.
¿De verdad la derecha quiere ganar la presidencia o todo su actuar es el mismo sainete de estos años pasados a favor del Presidente Daniel Ortega? ¿Tiene la derecha un plan para sacar adelante a los más necesitados de Nicaragua o solo quieren retomar o asegurar cuotas de poder? ¿Acaso alguien le cree a Alemán con su promesa de crear un millón de empleos de la nada? ¿Acaso el señor Fabio Gadea Mantilla cree que apunta de cartitas convencerá a los decepcionados electores? ¿Cree Enrique Quiñónez que promoviendo el odio, la derecha ganará terreno? ¿Qué le interesa a la derecha además de sacar del poder al Presidente Daniel Ortega? ¿Será su prioridad la educación y la salud o continuar el pacto con los sandinistas, con el enriquecimiento ilícito y los abusos de poder?
A pocos meses de las elecciones presidenciales, tengo más preguntas y dudas que la certeza de que la derecha esta vez haría lo que no hizo en sus administraciones pasadas: simplemente gobernar para todos con transparencia y ayudar a los más necesitados.
El autor es periodista y escritor.
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