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Margarita Montealegre primera fotoperiodista de Nicaragua “Las mujeres somos súper valientes ”

La primera fotoperiodista nicaragüense enfrentó el machismo y la insurrección nacional cuando tenía poco más de 20 años de edad y apenas era estudiante de periodismo. Más tarde le tocó vivir la guerra en las montañas, a veces en duermevela y siempre armada con fusil y cámara.

Por Amalia del Cid
Fotos de La Prensa/ Carlos Malespín/ Cortesía
[email protected]

La primera fotoperiodista nicaragüense enfrentó el machismo y la insurrección nacional cuando tenía poco más de 20 años de edad y apenas era estudiante de periodismo. Más tarde le tocó vivir la guerra en las montañas, a veces en duermevela y siempre armada con fusil y cámara.

Hoy día, Margarita Montealegre tiene 55 años, ha sido maestra de generaciones y se ha especializado en los Estados Unidos. Hace un mes volvió a Nicaragua. Y en medio de trámites, papeleos y mudanza, esta semana hizo un tiempo para hablar con Domingo acerca de sus memorias, aspiraciones y frustraciones.

:::¿Llega a la fotografía o la fotografía llega a usted?

Yo estaba estudiando y trabajando en Bélgica. Comunicación. Sentí pasión por el mundo de la imagen, que me atrapaba cada vez que leía revistas o libros de fotografías. Tenía un amigo que me daba seguimiento en la parte técnica. Con mi trabajo compré una camarita. Trabajé y trabajé limpiando casas, hice un recorrido en tren y tomaba fotos en cada pueblo donde nos deteníamos.

:::¿Cuándo entra al fotoperiodismo?

Decidí regresar a Nicaragua y empezar periodismo aquí en la Unan. Vengo a una realidad bien dura, hay una dictadura y la mayor parte de mis amigos están involucrados en la lucha contra Somoza. La Unan es un hervidero. Había manifestaciones, movimientos de mujeres que eran, fuimos, increíblemente valientes. La determinación de toda esa generación era derrocar a la dictadura. El mundo de la imagen era apremiante en las cosas de las que yo estaba siendo testigo.

:::Hábleme de su llegada a LA PRENSA.

Me dijeron que había una pasantía. Entré en el 77, era para periodismo escrito, pero ya tenían el cupo lleno. Me preguntaron si tenía una cámara profesional, yo les dije que una semiprofesional y me dijeron: si querés, te aventás. Pero una cosa es que estés con calma, imprimiendo, y otra tomar fotos diario y estar revelando y el peligro de la Guardia. Esos eran otros cien pesos.

:::¿Su primera cobertura?

Cuando yo empiezo, hay una noticia importantísima, porque levantan la censura de prensa que tenía Somoza. Hay una familia en Condega que tiene escondidas evidencias y la mamá llama por teléfono y dice: por favor, quiero que vengan aquí porque yo ahora quiero hablar de cómo asesinaron a mi hijo. Fui con Roberto Sánchez. Esa es de mis experiencias iniciales, que tiene que ver con la seguridad del Estado, la seguridad de Somoza.

:::¿Cómo recibieron a una mujer en un grupo de hombres?

Desde que entré fue un shock para ellos. Yo entraba (al laboratorio) y no se daban cuenta porque estaba oscuro, encendían las luces y decían: ¡y a qué horas entraste vooos! Pero me recibieron muy bien, me dijeron que tenía que aguantar y que si aguantaba el ácido, sobrevivía. El doctor (Pedro Joaquín) Chamorro me dijo: no es nada fácil.

:::¿Y en la calles, trabajando?

No creás que era fácil. Para mí significaba que a veces te descalificaban, o el rollo de los piropos. O sea, como si vos andabas como un adorno. Es una cosa rara, que te molesta. Además, eran momentos durísimos, todos los días había algo y los momentos de la morgue, eran tantos, tantos…

:::¿Qué pasaba con la morgue?

En esa época tenías el reportero con el que salías, esa era tu fuente. Yo ya sabía que tenía que ir a la morgue, a la cárcel, a cosas ambientales, con Roberto Sánchez. Pero después de un mes me aceptan y me dicen que soy parte del personal de LA PRENSA y empiezo a tener contacto con otras fuentes. Fue muy rico como experiencia, ya no solo la morgue, que ahí me tocaba ir a cada rato. Fue una experiencia durísima.

:::Cuénteme.

Tengo recuerdos bien fuertes. El morguero está familiarizado, entonces te dice: abrí la gaveta. Y primero, yo soy chaparra. Entonces me tenía que subir en un banquito y a veces quedar cara a cara con el muerto y le tenía que tomar fotos porque había una página que se llamaba Sucesos donde sacaban: ¿Lo conoce usted? o ¿Sabe usted quién es? Todo eso tenemos que ubicarlo en el marco de la represión de Somoza, había cantidad de jóvenes hombres y mujeres que los apiñaban en las gavetas. ¿Me entendés?

:::¿Iba todos los días?

No todos los días, pero eran situaciones tan tensas. Por ejemplo, recuerdo a los padres de un muchacho al que asesinaron y estaba casi partido por la mitad. El señor empezó a tratar de unirlo. Y dice: pero si era tan lindo mi niño, por qué me le hicieron esto. Y uno tiene que ser fuerte. Era cantidad de jóvenes, de los muertos que iban a tirar al lago de Managua.

:::¿Cómo fue la experiencia de cubrir la cárcel?

Cuando iba a tomar una foto, todos me amenazaban de muerte. Roberto era mi filtro, “ese no lo vamos a publicar” o “ese sí es importante”. Te encontrabas que con los reos políticos había muchísima más seguridad que con los delincuentes. La cárcel tenía unas condiciones no muy limpias, habían amarres de cómo sacar a la gente, todo ese trasiego lo oía a veces.

:::¿Uno de los momentos más intensos?

Managua. De forma metódica y rutinaria había bombardeo todos los días. Hasta tenía nombre el avión, se llamaba el “Dundo Eulalio”. Hay una parte que para mí es difícil reconstruir: cuando bombardearon un refugio de niños que incluso en el techo decía: Aquí refugio de niños. Dejaron caer una bomba. Hubo cantidad de muertos niños y mujeres. (…) En el marco de la guerra, la Guardia lo justificada todo. Hubo masacres horribles. Yo titubeé un segundo, entre si tomar fotos o ayudar.

:::¿Dónde están esas fotos?

Tengo la frustración de haber perdido cantidad de fotos que se mandaban fuera. Por otro lado, todo lo que se perdió en LA PRENSA. Ahí estaba toda la historia gráfica del fotoperiodismo. Todo eso se perdió, cuando a LA PRENSA la bombardearon. En el 79.

:::¿Alguna vez estuvo cerca de morir?

Me tocaba introducir a los periodistas, si querían hacer una entrevista, llegar a un lugar o hablar con la población. Los iba a buscar a una barricada para meterlos, porque yo sabía cómo llegar. Pero donde se creía que estaba totalmente liberado había francotiradores. Entonces tenías que correr rapidísimo en zigzag y ahí nos escaparon de matar varias veces. En las calles principales de Managua, en las copas de los árboles o en los techos había siempre un francotirador. Todos pasábamos muchos riesgos todos los días. Cuando asesinaron al doctor Chamorro, al salir de LA PRENSA era como tierra de nadie.

:::¿No se respetaba a los periodistas?

No se respetó ni a Bill Stewart.

:::¿Cómo se sintió cuando se fue Somoza?

Fue triste porque mi mejor amigo había muerto en la guerra. Pero sentí un alivio. Sabía que venían momentos duros, pero no me imaginaba cuán duros. Ni me imaginaba que venía una guerra fortísima de tantos años. En ese momento sentí alegría.

:::¿Qué hizo durante los 80?

Yo viví la guerra. Trabajé para Barricada, para editorial Vanguardia. Estuve como en tres batallones. (…) Tuve movilizaciones como por dos meses donde yo era la única mujer. Ya te imaginás el tipo de broma: No va a aguantar, esta se va a quedar. Y se quedaron varios de ellos. Pero yo decía: al suave, yo llego.

:::¿En qué trabaja ahora?

En cosas que no son monetarias. Unos quinceaños de unas niñas con cáncer; trabajé con Nicaragua Lee. Tengo mi estudio. Y… nada, ando buscando trabajo (ríe).

:::¿Hubo una mejor época para la fotografía?

Cada momento es diferente. Mi compromiso como fotoperiodista durante la insurrección era mostrar las cosas de las que estabas siendo testigo visual. Tenías ese compromiso de mostrar la represión o no represión, lo que estaba pasando cada día. Era diferente el ritmo y la situación política y social del país. No sé, para mí, mi compromiso día a día es seguir tomando fotos, historias.

:::¿Le preocupa la memoria histórica?

Aquí no hay interés, como en El Salvador y Guatemala, de recopilar la historia gráfica. Quisiera que hubiera gente que se preocupara por recuperar y decir: esta es la historia de este país, no la de este gobierno. Mi otra preocupación son los derechos de autor. En Nicaragua todavía se publican fotos sin citar. Hay fotos de compañeros que ya murieron y no se les cita. No se dice: ¡le rindo el charro por esta foto y voy a citarlo! Eso me duele.

:::¿Cómo está la fotografía en Nicaragua?

Aquí es difícil. Pero hay mucha gente interesada, hombres y mujeres. Es importante perder el miedo, es importante que se vaya registrando, en todos los planos, lo que ocurre en este país. (…) Ojalá algún día haya algún interés de la universidad de formar fotógrafos profesionales. Sería un buen cierre en mi vida poder presenciar eso.

:::Hablemos de sus preferencias, ¿blanco y negro o a color?

Los dos. Pero me fascina el blanco y negro. Es magia y es sacrificio, pero el resultado es bello.

:::¿Rollo o digital?

Creo que el rollo todavía tiene sus ventajitas. No se ha logrado la calidad del rollo en digital. Son (fotos) como tridimensionales, con más profundidad.

:::¿Y lo bueno del digital?

Digital es bello, primero por la inmediatez, eso es mágico para mí. Te imaginás lo que me hubiera evitado en la insurrección (ríe). Me fascina que la fotografía se ha vuelto accesible para todo el mundo.

:::¿A quién le gustaría fotografiar?

(Suspiro) La única persona que me hubiera gustado conocer y creo que ya no se va a poder es Nelson Mandela. Le tengo un absoluto respeto. Me hubiera fascinado tomarle fotos. Con una que le hubiera tomado, me habría sentido resarcida.

:::¿Las mujeres ponen un toque distinto a la fotografía?

En algunas cosas, creo que sí. Hay una fotografía de la mujer. Pero no puedo generalizar. Sí te puedo decir que las mujeres somos súper valientes y antes solo los hombres tenían esa connotación. A mí nadie me puede decir que en la guerra me devolví de algún lado. Y como yo, miles de mujeres.

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COMENTARIOS

  1. manuel zuniga
    Hace 9 años

    Es un ejemplo de lucha y vivaz lucha su carrera que incursiona cada dia en el arte fotografica. Su presentacion de ayer fue exquisita en elegancia historia y arte

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