EFE
Las fiestas patronales de Managua en honor a Santo Domingo de Guzmán culminaron hoy tras diez días de celebraciones en las que se mezclaron rezos y bailes de pagadores de promesas con abundante consumo de alcohol y ritos católicos y paganos.
A estas fiestas, cuyos inicios se remontan a 1886 y que se celebran durante los primeros 10 días de agosto, acuden miles de nicaragüenses, unos rindiendo culto a la imagen del santo, considerado milagroso, y otros por simple tradición o curiosidad.
También asiste una romería de vendedores ambulantes que, entre la muchedumbre, ofrecen desde agua fría, perros calientes y cerdo con yuca hasta aguardiente o cervezas, todo a bajo costo, acorde con la fiesta popular.
Las celebraciones culminaron con la tradicional “dejada” del santo hacia su altar mayor, en el santuario de la Iglesia de Las Sierritas, ubicado al sur de Managua.
La multitudinaria procesión salió del templo Santo Domingo, en el antiguo casco urbano de Managua, donde se celebró una eucaristía de despedida de la imagen, de tan sólo18 centímetros de alto que permaneció diez días en ese lugar, destruido por el terremoto de 1972.
El párroco de la iglesia Santo Domingo, Orlando Aguilar, entregó medallas de reconocimiento a los cargadores de “Minguito”, como le llaman al santo los capitalinos.
“Estamos muy contento por todo lo que (Santo Domingo) nos ha regalado este año”, dijo a periodistas el párroco, que pidió a los católicos mantener “esa fe, esa alegría y esa devoción” por el santo.
Durante la romería de este miércoles, de unos doce kilómetros, los nicaragüenses pagaron promesas con ojos vendados, se mortificaron con recorridos de rodillas, se pintaron con aceite negro o se disfrazaron de indígenas o esclavos africanos.
La imagen de Santo Domingo fue “dejada” en su santuario en Las Sierritas dentro de una urna de vidrio conducida en una peana muy pesada que llevaban sobre sus hombros los cargadores tradicionales que hoy cumplen 40 años quienes lo van bailando lentamente, en medio de disparos de cohetes y música de chicheros.
Las fiestas patronales en honor a “Minguito” fueron presididas por la alcaldesa desiganda por Managua, Daisy Torres, nombrada mayordomo por la diócesis de esta capital por tercer año consecutivo.
“Estamos muy felices y contentos de que las fiestas se hayan desarrollado en orden, con mucha devoción y con mucha fe religiosa”, señaló Torres.
Unas 5.000 personas, entre policías, miembros de la Cruz Roja y cuerpos de bomberos fueron replegadas para prestar seguridad y servicios durante estas fiestas patronales de la ciudad capital.