“ Todos los seres humanos deberían dejar relatadas por escrito sus vidas ”.
José Saramago
El premio nobel de literatura José Saramago escribió hace tres años un artículo el cual lo considero una propuesta muy original y consiste en que todos los seres humanos deberían dejar por escrito sus vidas considerando que todo lo que decimos y hacemos son una especie de piezas sueltas de nuestra autobiografía.
Agrega que estos miles y millones de volúmenes cuando comenzaran a no caber en la tierra, fueran llevados a la Luna y con el tiempo al no tener espacio allí, llevarlos a los otros planetas del sistema solar, suponiendo que estos tuvieran condiciones ambientales tan benévolas que respetasen la fragilidad del papel.
Algunos de estos relatos por ser tan simples deberían de ser enviados al planeta más alejado como es Plutón, aunque los científicos dicen haber encontrado otro más lejano, cuya temperatura sería de 184 grados bajo cero, por lo que sería imposible que haya vida en él.
El problema que planteó el escritor consiste en determinar que autobiografías deberían quedarse en la tierra y cuales deberían de enviarse largo, lo más largo posible para que nada ni nadie tenga acceso a ellas.
La lista de las vidas priorizadas para ocupar un sitial en las bibliotecas del planeta tierra sería extensa y para lo cual entiendo que cada país deberá hacer una selección de sus candidatos, por lo tanto nos ocuparíamos los nicaragüenses de proponer una lista de las biografías que se quedan, y cuales debemos desterrar y enviarlas al décimo planeta.
Jorge Eduardo Arellano se adelantó y hace algunos años hizo una selección en su libro Héroes sin fusil de aquellos nicaragüenses que son y deberían ser ejemplos para las presentes y futuras generaciones.
Se destacan escritores, políticos, académicos, artistas, deportistas, en fin hombres y mujeres que a través de sus actuaciones han marcado con su ejemplo una ruta y un modelo a seguir.
Pero ahora corresponde elaborar la otra lista. De aquellos nicaragüenses que a través de la historia desde nuestros aborígenes hasta la actualidad han estado contaminando nuestras vidas con el síndrome de la violencia, la traición, el servilismo, la corrupción y otras lacras que aun subsisten.
Dice Saramago que al hacer las valoraciones de qué biografías dejamos aquí y cuáles desterramos deberán reflejarse valoraciones subjetivas, prejuicios, miedos, rencores, perdones imposibles, justificaciones tardías, espanto, desesperación o agonía.
¿A quiénes incluiríamos en la otra lista? Posiblemente serían muchos, muchísimos encabezados por caciques caudillos, militares, políticos, presidentes, ministros, congresistas, y hasta deportistas cuyas autobiografías, si es que tienen el valor de escribirlas algún día, deberían ser desterradas y enviadas al planeta más lejano para que ni estas, ni las futuras generaciones sientan vergüenza de cómo escarnecieron su país.
Y termina diciendo el escritor, que como la mayor parte de las buenas ideas, esta es irrealizable. Qué lástima porque de Nicaragua habría que desterrar varios centenares de biografías para que sus vidas no traten de ser imitadas por el daño que han causado a través de la historia.
El autor es abogado y periodista.
Ver en la versión impresa las páginas: 9 A
