Si las prácticas agrícolas actuales en Nicaragua se mantienen, probablemente las futuras generaciones estarán peleando por agua, comida y un poco de sombra.
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Hay proyecciones que lo demuestran, como es la reducción de las lluvias en un diez por ciento, el aumento de la temperatura en tres grados Celsius, y la desaparición de los bosques en 60 mil hectáreas por año.
Para ayudar a “cambiar” ese destino, la Universidad Nacional Agraria (UNA) se encuentra preparando una actividad en la que pretende demostrar cómo se puede producir sin dañar el medioambiente.
Se trata del I Congreso Nacional sobre Agricultura Sostenible del 25 al 26 de agosto, en el que habrán 150 ejemplos exitosos, con la participación de 240 personas de todo el país, entre productores, especialistas, investigadores, catedráticos, académicos y tomadores de decisión.
LA IMPORTANCIA
Dennis Salazar, decano de la Facultad de Agronomía de la UNA, afirmó que la agricultura sostenible es importante porque abarca varias dimensiones, la social, la ambiental y ecológica, la económica y la institucional.
La social —según Salazar— consiste en una producción que no dañe la salud de los consumidores ni de los trabajadores, así como mejorar el nivel de vida local.
La ambiental tiene que ver con la protección del medioambiente.
La dimensión económica busca la sostenibilidad y mejorar los sistemas productivos.
Y la institucional que los productores se organicen para tener más oportunidades en el mercado nacional e internacional.
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