Por Wilder Pérez R.
Imagine que después de almorzar, en vez de tirar “la sobra” a la basura, la lanza a un tanque en el patio de su casa, y horas más tarde todo sale convertido en gas para cocinar la cena.
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Esto se hizo posible recientemente en Nicaragua, tras varios años de estudios y experimentos de los científicos del Centro de Estudios Biotecnológicos (Cebiot) de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), a lo largo de este año. El trabajo consistió en construir un Digestor de Presión Hidráulica (DPH), para casas e industrias..
Lo que hace el DPH es tomar las sobras o cualquier tipo de desecho orgánico, sólido o líquido, y lo convierte en biogas, gracias a unas bacterias instaladas en el fondo. “Es maravilloso, ahorramos dinero”, aseguró Nelly Jarquín, jefa de la cocina de la Upoli, que alimenta a más de 120 personas a diario.
ALCALDÍAS LO QUIEREN
Las alcaldías de Juigalpa, Granada, Jinotega, Yalagüina y Sébaco, están seriamente interesadas en el DPH. Según Luis Garay, colaborador de Proyectos del Cebiot, después de varios años de pláticas, las comunas de Juigalpa y Granada están interesadas en comprar varios módulos de DPH, para procesar los desechos de sus rastros.
El objetivo es dejar de contaminar sus suelos y ríos, y a la vez producir gas para hervir el agua que desinfectará las herramientas y el lugar donde matan el ganado.
Otras alcaldías quieren que el gas sea utilizado en los mercados, para abaratar los costos de las comidas. Byron Reyes, responsable de Proyectos del Cebiot, dijo que un DPH de la Upoli cuesta unos 5,000 dólares, y uno casero que en Costa Rica vale 3,000 dólares, en Nicaragua cuesta en promedio 1,200 dólares.
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